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Los juegos violentos o que incluyen violencia, sea con armas de fuego, armas blancas o sangre, siempre han sido un dolor de cabeza para la industria de los videojuegos. Comúnmente se les atribuye parte de la culpa de acciones violentas ejecutadas por adultos jóvenes o adolescentes.
Y aunque algunos títulos que incluyen armas de fuego y violencia se han visto envueltos en casos de tiroteos en Estados Unidos, no hay evidencia social ni científica que pueda concluir que las entregas violentas puedan influir directamente y de gran manera en el comportamiento de todos los gamers que los juegan.
Claudia Sheinbaum, presidenta de México, habló en mayo de 2025 sobre la posibilidad de prohibir esté tipo de juegos en su país. Sin embargo, la mandataria mexicana fue tajante al decir que no estaba de acuerdo con prohibirle a los consumidores jugar esta clase de títulos.
“No es un asunto de prohibición. Lo mismo ocurre con los videojuegos que tratan sobre matar a otra persona. Es mejor generar otras formas de diversión y estas sean adoptadas por la sociedad en su conjunto”, declaró la jefa de Estado.
No obstante, ahora desde ese mismo país aparece un proyecto de ley controvertido, al menos desde el punto de vista económico, de agregar un impuesto a los videojuegos que incluyan contenido violento. Esto es lo que plantean desde el país norteamericano.
¿Qué propone México sobre los videojuegos?
Como parte de su Paquete Económico 2026, el gobierno mexicano ha aprobado un impuesto del 8% a títulos violentos producidos fuera de México. Una medida arancelaria que afectaría notablemente la comercialización de GTA VI y Call of Duty: Black Ops 7.
El gobierno de Sheinbaum lo ha llamado “impuestos saludables” en los que también están incluidos otros productos como el tabaco y las bebidas azucaradas. En el caso de las entregas, el impuesto aplicaría para todos los contenidos marcados con la clasificación C y D, que internacionalmente equivalen a M y AO, es decir para mayores de 16 años.
“Estudios recientes han encontrado una relación entre el uso de videojuegos violentos y un mayor nivel de agresión en adolescentes, así como efectos sociales y psicológicos como aislamiento y ansiedad”, aseguró un documento gubernamental.
¿Se venderá mal GTA VI en México?
De acuerdo con Sergio Fuentes Rodríguez, responsable del Sector de Industrias Creativas de la Secretaría de Economía, la intención es que el impuesto aplique únicamente a videojuegos de origen extranjero, dejando exentos los juegos producidos en México, sean “violentos” o no.
Sin embargo, expertos señalan que esta diferenciación puede vulnerar la libre competencia. David Santiváñez Antúnez, CEO de GameMetron, apuntó que la medida podría generar tensiones comerciales con Estados Unidos y Japón, los dos epicentros más importantes del Gaming.
El impuesto, aplicado junto al IVA, elevaría el precio final de un título en aproximadamente un 24%. Incluso, si un servicio digital contiene entregas violentas, este polémico arancel se podría sentir en el cargo mensual de suscripciones como Xbox Game Pass y PlayStation Plus.
México le pone una barrera a los shooters
La Encuesta Nacional de Consumo de Contenidos Audiovisuales 2024 indicó que el 26% de los jugadores mexicanos son usuarios de shooters -juegos de disparos- uno de los géneros más afectados por esta medida y que representan buena parte de la oferta actual de videojuegos.
Analistas advierten que, en un mercado ya presionado por los altos costos de importación, este nuevo impuesto podría frenar el crecimiento que ha experimentado la industria de los videojuegos en los últimos años, especialmente en México y América Latina.
Habrá que esperar como se comporta esta medida arancelaria en términos prácticos para los consumidores. Además, sin desestimar la idea que otras naciones latinoamericanas, como Colombia, repliquen este arancel como una medida para relegar la compra y venta de títulos que contengan violencia.