Electronic Arts (EA), estudio desarrollador de videojuegos fundado en Estados Unidos el 27 de mayo de 1982 y creador de la saga “FIFA” —o EA Sports FC, como se le conoce oficialmente desde septiembre de 2023—, picó la chequera del Fondo de Inversión Pública de Arabia Saudita (PIF), Silver Lake (un fondo de inversión estadounidense) y Affinity Partners (firma dirigida por Jared Kushner, exconsejero presidencial de Donald Trump) los cuales pagaron USD 55.000 millones por la compañía de Gaming. Esta venta constituye la segunda transacción más grande en la historia de esta industria, solo por detrás de los USD 68.700 millones que pagó Microsoft Gaming en 2022, los mismos creadores de la Xbox, por Activision Blizzard, el estudio dueño de la franquicia de Call of Duty.
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El interés de PIF, liderado por el príncipe heredero Mohamed bin Salmán, en una empresa de juegos como EA se puede explicar a partir de su deseo de diversificar las fuentes de ingreso de su economía más allá del petróleo. Esta no es la primera inversión de los saudíes en la industria de los videojuegos, pues aparte de sus inyecciones de capital a Nintendo, Capcom (desarrollador de la serie Resident Evil), Take-Two Interactive (empresa matriz de Rockstar Games, estudio de GTA) y Activision Blizzard, antes de ser adquirida por Microsoft Gaming, los árabes desembolsaron USD 4.900 millones y USD 3.500 millones por Scopely y Niantic, respectivamente. El primero desarrolló el juego Monopoly GO —basado en el popular juego de mesa— y el segundo creo Pokémon GO, fenómeno mundial de 2016. Todo esto sin contar la eSports World Cup, copa del mundo de deportes electrónicos, que también fue adquirida por Arabia Saudita para que cada año se celebre en Riad, la capital.
“PIF goza de una posición privilegiada en los sectores globales de videojuegos y eSports. Crea y apoya ecosistemas que conectan a aficionados, desarrolladores y creadores de propiedad intelectual. Esta alianza contribuirá a impulsar el crecimiento a largo plazo de EA, a la vez que impulsará la innovación en la industria a escala global”, dijo Turqi Alnowaiser, vicegobernador y director de Inversiones Internacionales de PIF en el comunicado oficial de Electronic Arts.
Aunque esta cuantiosa compra ya fue aprobada por el Consejo de Administración de EA, se cerrará totalmente hasta el primer trimestre del año fiscal 2027, pues estará sujeta a las condiciones de cierre habituales, incluyendo la obtención de las aprobaciones regulatorias requeridas y la aprobación de los accionistas de EA. Antes de esta venta, la multinacional cotizaba en la bolsa de valores. Aunque, la manera en la que se entregará el total de la transacción siembra dudas sobre el futuro de Electronic Arts. Unos USD 36.000 millones serán entregados en efectivo por los tres socios: PIF, Silver Lake y Affinity Partners. Los USD 20.000 millones restantes serán prestados por JPMorgan Chase Bank, lo que hace presagiar que, por lo menos a corto plazo, los nuevos dueños del estudio reducirán drásticamente algunos costos operativos para enfrentar la deuda con la que empieza este nuevo proyecto.
Estamos hablando de uno de los mayores déficits registrados en la compra de una compañía, lo que podría llevar a EA a la programación de títulos con ayuda de inteligencia artificial; práctica muy rentable que ya está realizando masivamente Microsoft Gaming, pero que les ha costado el trabajo a cientos de personas e incluso grupos de desarrollo enteros. De acuerdo con Financial Times, esta situación podría condicionar el empleo o incluso el futuro de equipos desarrolladores más pequeños que los de EA Sports (la división responsable de los simuladores deportivos más exitosos del mundo) y Battlefield, la segunda saga bélica más vendida de la historia, solo por detrás de la ya mencionada Call of Duty.
¿Cuál es el panorama de este mercado?
En 2024, la industria de los videojuegos generó entre USD 182.700 y USD 187.700 millones, según datos de Newzoo. Eso es más dinero que el que produjo el negocio de la música y el cine juntos. De acuerdo con estos mismos datos, una cuarta parte le corresponde al mercado estadounidense, otra cuarta parte vino de los jugadores de China y casi un 10 % fue responsabilidad de los usuarios en Japón. Los tres países aglomeran más de la mitad de los ingresos de esta industria. Además, de los 3.580 millones de gamers que se estiman para finales de 2025, 2.985 millones (83%) han jugado al menos una vez en algún dispositivo móvil; Candy Crush en el celular, por dar un ejemplo, demostrando la magnitud de este negocio. Algo que también explica el liderazgo de Tencent Games, conglomerado chino, amo y señor de las entregas móviles y valorado en USD 774.000 millones. En el ranking de las multinacionales de Gaming más valiosas del mundo le siguen Microsoft Gaming (Xbox) con USD 318.210 millones, Sony Interactive Entertainment (PlayStation), USD 179.370 millones; Nintendo, USD 112.050 millones, y Roblox Corporation, avaluada en USD 98.000 millones.
“En la década de los 80, Nintendo con su consola NES estableció estándares de calidad y franquicias legendarias. La década del 90 trajo los gráficos en 3D y el auge de PlayStation, consolidando a los videojuegos como experiencias narrativas profundas. Y, por último, el cambio de siglo introdujo el acceso a internet y la incursión de servicios como Xbox Live que conectaron a millones de jugadores en comunidades globales”, reseñó Juan Carlos Urrego, líder de innovación de productos masivos de Claro Colombia, en conversación con este diario.
En conclusión, la adquisición de Electronic Arts por Araba Saudita no solo significa la venta del estudio de videojuegos no fabricante de consolas más grande del mundo, sino que también es una sacudida al tablero de una industria que, según proyecciones de Statista, espera llegar a los USD 733.220 millones en ingresos durante 2030 y casi 4.000 millones de usuarios; convirtiéndola en la industria del entretenimiento más grande del mundo.