Turismo
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Algunos recuerdos de viajes

En los últimos 43 años de vida profesional tuve la suerte de viajar con mi esposa.

Jean Claude Bessudo
01 de marzo de 2011 - 06:27 p. m.

Hemos tenido la oportunidad de alternar los viajes recorriendo el territorio nacional a sitios recónditos como el Parque de los Katíos, con varios destinos al exterior como Tahití, Bora Bora, Morrea, Rangiroa, Bután y Katmandú, meca del turismo hippie de mayo del 68.

Sitios tan diversos que hacen soñar como Tombuctú y el territorio de los Dogones en la República de Mali, Sudáfrica, Botsuana y en Suramérica: las líneas de Nazca, el Cruce de los Lagos…

Obviamente visitamos Egipto con sus pirámides, la Turquía de mis ancestros de la cual recuerdo particularmente su exquisita gastronomía. También hicimos un viaje por el medio Oriente, Chipre, Líbano, Siria y Jordania, para terminar pasando por el desierto del Sinaí hasta el golfo de Aqaba y llegar a la frontera Israelí en Elath.

Recuerdo que cuando llegamos a esa frontera después de varias horas en el desierto tragando polvo, conocimos la falta de humor de los soldados israelitas quienes apuntando con sus Uzis nos preguntaron (viajaba con César Gaviria) si traíamos armas. Yo no encontré nada más oportuno ni adecuado que sacarles la lengua indicando que puede ser un “very dangerous weapon”. Eso nos valió una estadía en un cuarto de custodia. Si no fuera por la llegada una hora después de nuestras esposas hubiéramos pasado varios años en un calabozo israelí.

Viajamos también a Grecia, Escandinavia, Finlandia, Italia, Sicilia, Cerdeña y Praga. Siempre me han gustado mucho las islas desiertas. Recuerdo viajes a Roatán donde por primera vez mi hija Sandra descubrió el mundo submarino y sus maravillas. Después de cuatro tentativas fallidas logramos llegar a la isla de mis sueños, Clipperton, en el Pacífico Este.

En otros viajes descubrimos Bután, tal vez el país más autentico que he conocido en esta vida, donde prima antes que el producto interno bruto, la felicidad interna bruta como norma institucional y es un concepto que rige los designios del país.

Conocimos el Principado de Sikkim y su capital Gangtok donde coincidimos con el Dalai Lama. Tuve la suerte de ir a las Islas de Komodo en Indonesia y conocer sus dragones en un barco que debía ser contemporáneo del Arca de Noé. Viajamos a Filipinas. En esa ocasión logramos cuadrar con el piloto una escala en la Isla de Palimancan, entre Palawan y Manila, y a mis hijos que se habían quedado en el hotel, les contaron que el papá había secuestrado un avión a lo que ellos contestaron, con mucha razón, que no eran responsables de las acciones de su padre.

Hubo un destino que nos demostró que no se necesita infraestructura para tener turistas: el Reino de Mustang, donde sólo dan 500 visas al año y cobran 700 dólares la entrada después de tomar cuatro aviones para llegar: Bogotá-Frankfurt, Frankfurt-Katmandú, Katmandú-Pokhara, Pokhara-Jomsom y luego desde la frontera de Jomsom cruzando el puesto fronterizo, caminando cinco días en el Himalaya para llegar a Lo Mantang, su capital, cruzando ríos helados, sin energía ni agua corriente y mucho menos comunicaciones. No sé si hoy en día seríamos capaces de repetir este viaje.

Conocimos la felicidad en Brasil en Itaparica, recuerdo maravilloso donde compartimos la costumbre brasilera de meterse al mar con velas encendidas.

Se habían acabado los sitios exóticos en nuestros desplazamientos. Empezamos a viajar a París, a Miami, a Disney World. Hice otros viajes en Colombia a destinos como Barú, a la casa de descanso en Barichara o Villa de Leyva. Lo más lejos que estuve fue en el Amazonas.

¿Será que nunca iré a Pitcairn? Al fin lo logramos el año pasado haciendo un recorrido de tres semanas entre la Isla de Pascua y Tahití. Solamente contaré que mandé de Pitcairn una postal a mis hijos y que esta llegó cuatro meses después. Pero esta historia será tema para otra crónica de viajes.

Recomendaciones al viajar a Nepal

1. Clima e idioma

El clima es seco y continental. Temperaturas bajas aunque durante el día el sol calienta con rapidez.

Nepalí e inglés y otros 36 dialectos locales. El inglés está extendido en el valle de Katmandú.

2. Deporte

Los amantes del trekking y el montañismo encontrarán en Nepal rutas de todo tipo.

Las jornadas de dificultad media son de 4-5 horas y se atraviesan pasos de montaña a gran altitud.

3. Hoteles

Katmandú: Hotel Malla 4

Pokhara: Trek O Tel 3

Tiendas de campaña durante el trekking.

4. Gastos extra

Tasas aéreas, visado para Nepal (US$30) que se gestiona en el aeropuerto a la llegada.

Impuesto de salida de Katmandú (Aprox 16 €).

Propinas.

5. Moneda

Rupia nepalí (NPR).

Por Jean Claude Bessudo

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