Vivimos hiperconectados. Día a día, hora tras hora, minuto a minuto recibimos tanta información y tantos estímulos que es difícil desconectarnos. La vida va pasando, se repite, no nos detenemos para sorprendernos, para complacernos, para contemplar los colores, los olores, los sabores y los sonidos. Corremos, cumplimos, nos preocupamos, nos enfermamos. La vida sigue pasando. Cada vez admiramos y agradecemos menos.
Hola, ¿cómo estás? Suele ser un saludo general, ¿pero de verdad queremos saber cómo está la otra persona y estamos dispuestos a escucharla, a leerla, a entenderla o apoyarla? ¿Hay tiempo para eso? ¿Solo queremos contactar o aún queremos conectar?
Nadine Gordimer, escritora sudafricana ganadora del Premio Nobel de Literatura en 1991, aseguraba que “la gente pierde la capacidad de sorprenderse porque diariamente presencia desastres que suceden en todos lados”. Estamos tan saturados de información, vivimos entre tantas guerras, enfermedades, desastres naturales e injusticias, que ya no nos asombramos, una capacidad que es muy beneficiosa para la salud mental, según el reconocido psicólogo Dacher Keltner.
“Les pido que nos detengamos a pensar en la grandeza a la que todavía podemos aspirar si nos atrevemos a valorar la vida de otra manera. No pido ese coraje que nos sitúa en la verdadera dimensión del hombre. Todos, una y otra vez, nos doblegamos. Pero hay algo que no falla, y es la convicción de que -únicamente- los valores del espíritu nos pueden salvar de este terremoto que amenaza la condición humana”, escribió el escritor argentino Ernesto Sábato en ‘La resistencia’. Eso fue en 2000... cuánto ha pasado, hasta una pandemia, y muchas otras amenazas. Les pido que nos detengamos a pensar en la grandeza a la que todavía podemos aspirar si nos atrevemos a valorar la vida de otra manera… y no esperar a que una llamada, un mensaje o una noticia nos cambie y ya no podamos hacer nada.
👀🌎📄 (Vea también: En fotos: ¿Cuáles son los mejores países para viajar en 2024?)
“Al ser humano se le están cerrando los sentidos, cada vez requiere más intensidad, como los sordos. No vemos lo que no tiene la iluminación de la pantalla, ni oímos lo que no llega a nosotros cargado de decibeles, ni olemos perfumes. Ya ni las flores los tienen”, también se lee en La resistencia, por eso hay que viajar.
Según el psicólogo Óscar Díaz, viajar abre la mente, permite conocer todo un universo novedoso que hace que haya una mayor confianza en sí mismo, un mayor deseo de explorar y de aprender, lo cual fortalece procesos cognoscitivos, como el lenguaje, la memoria y, especialmente, las estrategias de solución de problemas. Viajar consciente, responsable, con los sentidos abiertos. Viajar para probar, para crecer, para extrañar. Viajar para sentirse igual en la diferencia. Viajar para creer en la inmensidad del mundo y en la bondad de la humanidad.
Y sí, viajar es un placer, aunque cada uno tenga sus gustos y preferencias, se incline más por el mar o la montaña, por los lugares solitarios o los más masivos, las grandes ciudades o los destinos rurales, prefiera viajar solo, en pareja, con amigos o la familia, y otra cosa que es un placer para la mayoría es comer. ¿Será por eso que una de las tendencias de viaje para el próximo año, según Booking.com, es el turismo gastronómico?
“El 64 % de los viajeros colombianos estarán más interesados en aprender y sumergirse en los orígenes de las delicias gastronómicas de un destino que en su historia. Asimismo, el 78 % desean probar cocinas autóctonas, y es probable que aumenten las experiencias culturales típicas que llevan a los viajeros a lugares que cuentan la historia que hay detrás de la comida que sirven, generando ingresos a comunidades”, se lee en el informe sobre las tendencias de viaje para 2024 de Booking.com.
Y agregan que los viajeros aficionados a la gastronomía adoptarán un enfoque experiencial que alterne entre realidades digitales y físicas para transformar cada descubrimiento en una extravagancia multisensorial. Más de la mitad (52 %) de estos perfiles en Colombia desean experiencias inmersivas mejoradas por la realidad virtual y aumentada como la iluminación que altere el estado de ánimo, armonización de aromas y paisajes sonoros que realcen la tradición culinaria.
Un maridaje perfecto entre gastronomía, vinos y paisajes
Entonces, al hablar de despertar los sentidos, desconectarnos del día a día y disfrutar de delicias gastronómicas un destino ideal para estos propósitos es Mendoza, una provincia ubicada al oeste de Argentina, en la llanura al este de la cordillera de los Andes, y ese no es un dato menor, ya que los mendocinos coinciden en que su cercanía con esta mítica montaña hace que sus vinos, su comida y su misma forma de ser, tranquila, amable y generosa, sea especial.
👀🌎📄 (Lea también: Colombia, en el centro de atención de la industria turística global)
Recorrer Mendoza, una de las principales provincias vitivinícolas de Argentina y reconocida en el mundo como la tierra del Malbec, invita a conjugar una armonía perfecta entre gastronomía identitaria, vinos destacados y el imponente paisaje de la cordillera.
Restaurantes, viñedos y bodegas abren sus puertas con degustaciones, arte y cultura, paseos en bicicleta y cabalgatas, alojamientos en posadas y spas temáticos para ofrecer turismo de lujo al alcance de todos. Tenga en cuenta que Argentina es un país muy conveniente para los viajeros internacionales, entre otras, por el “dólar para turistas extranjeros”, un tipo de cambio enfocado especialmente en el turismo.
En total, según comparte la directora de Promoción Turística de Mendoza, Claudia Yanzón, son 4.802 espacios gastronómicos y 206 bodegas abiertas al turismo y una capacidad de alojamiento de 45.000 plazas las que están disponibles para que los viajeros de todo el mundo puedan disfrutar de lo mejor de esta provincia durante todo el año. Degustaciones de los mejores vinos del mundo y sabores frescos que vienen de los cultivos de temporada de esta tierra rica y abundante.
“El turismo es una fuente muy importante de generación de riqueza y empleo para Mendoza. Nuestra provincia tiene mucho para ofrecer”, asegura el gobernador de Mendoza, Rodolfo Suárez, al destacar que “hoy la gastronomía se está imponiendo como un eje individual dentro del turismo, ubicándose como una de las más importantes del país”.
Es tal el impacto que ha tenido esta provincia, sobre todo en los últimos tiempos, que Mendoza fue nombrada Capital Iberoamericana de la Gastronomía y el Vino para 2023, por el valor que emana del trabajo que se realiza en esta tierra mediante la selección de cada ingrediente, rescatando y valorizando sus costumbres. Este es un destino donde la naturaleza y la cultura se fusionan, dando como resultado una gastronomía identitaria de alta cocina, donde sobresalen aromas, sabores y contrastes que llevan a distintos recuerdos o se crean nuevos. Bocados del corazón.
Paralelamente, Mendoza es reconocida a nivel global por su excelencia en el sector enoturístico. Este posicionamiento es avalado por la Academia Iberoamericana de Gastronomía y la Academia Argentina de Gastronomía, destacando la excelencia culinaria y ponderando el vino como alimento.
“El conocimiento empieza en el asombro”, dijo el filósofo griego Sócrates. El asombro de encontrarse con paisajes que parecen pinturas, de saborear comida fresca pensada minuciosamente para complacer a todos los sentidos y de sentirse abrazado y acogido por la hospitalidad, la sonrisa y la copa de algunos de los mejores vinos del mundo que los mendocinos siempre ofrecen.
Elegidos por Michelin
De igual manera, en los últimos días se presentó la primera selección de restaurantes de la “Guía Michelin Buenos Aires y Mendoza”, donde 71 restaurantes, de los cuales 52 están en Buenos Aires y 19 en Mendoza, son recomendados por los inspectores de la destacada guía y se convierten en los dos primeros destinos hispanos de Suramérica en tener sitios recomendados.
En el listado está un restaurante con Dos Estrellas Michelin: Aramburu, del chef: Gonzalo Aramburu (Buenos Aires); seis restaurantes con Una Estrella Michelin: Don Julio, del chef: Guido Tassi (Buenos Aires); Zonda Cocina de Paisaje, del chef Augusto García (Mendoza); Casa Vigil, del chef Iván Azar (Mendoza); Brindillas, del chef Mariano Gallego (Mendoza); Azafrán, del chef: Sebastián Weigandt (Mendoza) y Trescha, del chef Tomás Treschanski (Buenos Aires) y siete establecimientos Bib Gourmand, distinción que la guía otorga a los restaurantes que ofrecen una cocina de calidad a precios moderados. Siete restaurantes también han sido galardonados con la Estrella Verde Michelin por su destacado compromiso con la gastronomía sostenible.
👀🌎📄 (Lea también: ¿Dónde comer en Argentina? La Guía Michelin presenta su primera selección)
“Estamos encantados de presentar nuestra primera selección de restaurantes para Buenos Aires y Mendoza. Nuestros inspectores llevan mucho tiempo observando estos dos destinos y se han dejado seducir por la calidad, la creatividad y la cálida hospitalidad que ofrecen aquí los restaurantes de primer nivel. El número y la diversidad de establecimientos encontrados demuestran claramente cómo Argentina se ha consolidado como un destino gastronómico global digno de ser descubierto”, dijo durante la ceremonia Gwendal Poullennec, director internacional de la “Guía Michelin”.
👀🌎📄 ¿Ya está enterado de las últimas noticias del turismo en Colombia y en el mundo? Lo invitamos a verlas en El Espectador.