Turismo

Con espíritu de montaña

A más de 1.500 metros de altura, entre lagos, bosques y la cordillera de los Andes, los maestros de la cocina patagónica se reunieron para hacer del invierno la mejor estación gastronómica.

Pilar Cuartas Rodríguez, Argentina*
23 de agosto de 2013 - 07:32 a. m.
Los asistentes a Chef en Altura disfrutaron de la vista en el Cerro Bayo mientras los chefs cocinaban sus recetas. / Pilar Cuartas
Los asistentes a Chef en Altura disfrutaron de la vista en el Cerro Bayo mientras los chefs cocinaban sus recetas. / Pilar Cuartas

Un murmullo ronda las mesas de los mejores restaurantes gourmet de Villa La Angostura, entre cada plato servido y entre cada copa de vino blanco. Un murmullo que habla sobre aquel 4 de junio de 2011 cuando el volcán chileno Puyehue despertó. Entonces, una nube negra e imprevista sobrevoló la Punta del Este de la Patagonia, acompañada de una lluvia de cenizas que dejó las calles cubiertas de un oscuro gris y se robó el verde de las montañas y el azul del lago Nahuel Huapi. Las carreteras se desdibujaron, los siervos salieron del bosque desorbitados y cientos de voluntarios llegaron desde todos los rincones de Argentina a ayudar a los afectados. (Ver: Planes imperdibles en La Patagonia)

Hoy, dos años después, quienes residen en la Villa y quienes conocen su historia cuentan con nostalgia, pero también con orgullo, cómo una cadena humana logró desempolvar 80 kilómetros cuadrados y devolverle el color a la región. Una batalla contra la naturaleza, al parecer ganada, y una victoria que aún se celebra y por la que se brinda en las mesas servidas por reconocidos cocineros franco-argentinos, argentinos y chilenos, participantes de la décima edición de Chef en Altura. Este evento constituye un impulso económico para la provincia, luego de la tragedia, y ofrece las mejores propuestas de menú fusión a cargo de chefs residentes e invitados.

Cada año y durante cinco días, más de diez cocineros se dan cita en Villa La Angostura, el Cerro Bayo y el Parque Nacional Nahuel Huapi, donde funden diferentes texturas, sabores y aromas para deleite de los comensales, quienes además pueden disfrutar de actividades paralelas, como caminatas ecológicas, esquí y paseos en barco.

Este año, el festival se llevó a cabo desde el 30 de julio hasta el 3 de agosto. Los platos, en los que el cordero, la trucha, los hongos y el chocolate tuvieron gran protagonismo, fueron presentados en los mejores escenarios.

La apertura estuvo a cargo del chef Manuel Aladro, quien dictó una clase de cocina y brindó una degustación de sus mejores recetas. Una tarde de té en el hotel Correntoso, el primero en la Villa, y una cata de vinos fueron los siguientes pasos. Anabella Alcuaz, representante de la bodega Luigi Bosca y experta en vinos, se encargó de mover la copa y guiar al auditorio para descubrir la identidad de un buen vino. El Malbec D.O.C. se destacó por su rojo intenso y su sabor a ciruela, madera y frutos rojos.

Neuquén, una de las seis provincias de la Patagonia y de la que hace parte Villa La Angostura, es una de las regiones vitivinícolas más jóvenes de Argentina, pero también una de las más promisorias en la elaboración de vinos de alta gama al estilo europeo. La tierra y el clima favorecen los cultivos de uva. Vinos como el Merlot, Pinot Noir, Malbec, Cabernet Sauvignon, Chardonnay y Sauvignon Blanc son propios de la zona y datan en su mayoría del siglo XIX.

Varias de estas cepas acompañaron la siguiente parada de Chef en Altura. A 1.500 metros sobre el nivel del mar, en el Cerro Bayo, Ana Lucía Arias y el francés Olivier Hanocq, quien dirige L’Épi, la panadería de leña más antigua de Buenos Aires, prepararon un ossobuco de cordero al vino tinto con risotto de cebada, queso brie y cebollas asadas. El postre, crème brûlée de dulce de leche, salteado de manzanas verdes, uvas, pasas y nueces, cerró con broche de oro el mediodía y le dio paso a las actividades en la nieve.

El centro de esquí Cerro Bayo ofrece un descenso máximo ininterrumpido de 6 kilómetros por un camino panorámico. Las 25 pistas con cuatro niveles de dificultad son aptas para toda la familia. De bajada, desde la telesilla o la telecabina se puede apreciar el paisaje incrustado de lagos y la cordillera de los Andes.

La novedad de este año corrió por cuenta de un paseo embarcado hacia la isla Victoria, donde se encuentra un bosque de arrayanes, inspiración para la puesta en escena de la película Bambi. Los visitantes recorrieron la isla en busca de los siervos colorados y jabalíes que abundan en la zona.

Mientras tanto, al aire libre, Bárbara Medín, chef propietaria del restaurante Viejos Tiempos, acompañada por Walter Leal, de Chile, prepararon el almuerzo, que incluyó un goulash de cordero escondido en un pan de campo crocante y un cheesecake marmolado de chocolate, con salsa de frutos frescos de la Patagonia y menta.

Bajo el fogón de leña y sobre los caminos de esta isla, aún se ven las cenizas en la tierra, como evidencia del impacto de la erupción del volcán en el paisaje y como testigo de la rápida recuperación que emprendieron sus pobladores.

Los hoteles Las Balsas, Luma y La Escondida, y los restaurantes Tinto Bistró, Waldhaus y Delfina fueron otros de los escenarios en los que la cocina patagónica hizo de las suyas.

Estas recetas, con espíritu de montaña, entre lo rústico y lo gourmet, volverán a reinventarse el próximo año en la primera semana de agosto. Sin embargo, durante todo el año los turistas pueden disfrutar de una ruta gastronómica en San Carlos de Bariloche, a una hora de Villa La Angostura. El chocolate, la trucha y el vino reinarán una vez más.

 

 

* Invitación del Instituto Nacional de Promoción Turística (Inprotur).

pcuartas@elespectador.com

 

Por Pilar Cuartas Rodríguez, Argentina*

 

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