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De fiesta en la isla

Las noches en San Andrés transcurren al ritmo del reggae y el calipso, con el mar de los siete colores como telón de fondo.

El Espectador
11 de junio de 2013 - 06:14 a. m.
De fiesta en la isla

Pasadas las 10 de la noche San Andres toma otro aire. Las playas quedan desoladas y las calles se alistan para acoger a decenas de grupos de reggae, socca, calipso y reggaetón. Las coloridas vestimentas de los rastas, sus inconfundibles camisas con estampados de palmeras, flores y arabescos, que hacen juego con unos pantalones blancos y sandalias, o simplemente los pies descalzos, seducen a los turistas.

Sobre la vía principal peatonal principal de la isla, Sprat Bey o Bahía Sardinas se observa un centenar de jóvenes y adultos bailando al ritmo de merengue, salsa y vallenatos, mientras toman unos cuantos tragos de la bebida típica: el coco loco. A unos pocos metros de allí se encuentra el bar y restaurante Aquarius, ubicado frente a la playa. Con una vista excepcional hacia la isla de Johnny Cay, es el lugar predilecto de los visitantes para degustar mariscos, pescados, carnes y pastas mientras observan espectáculos en vivo de los artistas más reconocidos de San Andrés.

Si la intensión además de disfrutar del hotel es impregnarse del ambiente sanandresano, de la cultura raizal, la mejor opción es visitar el barrio San Luis, al suroeste de la isla. Caminar por sus calles empinadas, mientras se observan las casas típicas de madera de dos pisos, pintadas de colores es un buen plan sobre todo en la noche donde los faroles enmarcan las entradas principales de las viviendas. Al final de la vía se llega a una de las playas más silenciosas, Sound Bay. Reconocida además por sus arenas blancas y olas tranquilas.

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El Kiosko de Quella es uno de sus atractivos. El dueño, un raizal que lleva 15 años viviendo en el lugar y quien ya es una leyenda del sector, construyó este bar con palos de madera, techo de paja y sin puertas con el propósito de invitar a los turistas a contagiarse de los ritmos con los que creció, el reggae y el calipso, que se tocan en vivo hasta el amanecer.

Los seguidores de la rumba crossover pueden caminar por la Avenida Colombia, considerada la zona rosa de la isla, y encontrar una gran variedad de bares y discotecas como la famosa Coco Loco, con capacidad para mil personas e inaugurada en 2010. Su terraza frente al mar la ha convertido en una de las más concurridas de San Andrés.

Los hoteles también tienen un lugar reservado para las personas que viajan en busca de un poco de diversión nocturna. La discoteca Extasis, en el último piso del hotel Sol Caribe Centro por ejemplo, es uno de los lugares preferidos tanto por los huéspedes como por personas de afuera que han escuchado la fama del sitio y no dudan en venir a disfrutar del ambiente dominado por la música latina. Aquí los acordes de un vallenato, los tambores que afinan el ritmo de la cumbia o los timbales que invitan a disfrutar una salsa retumban con alegría casi toda la noche. Los que prefieran un plan más relajado tienen la opción de acudir a Banzai, un bar de música reggae ubicado en el primer piso del Hotel Sunrise. Ideal para tomar cocteles y conversar. 

Por El Espectador

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