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Descubriendo los antepasados incas

Los departamentos de Lambayeque y La Libertad son los centros arqueológicos que conservan la historias de las culturas mochica y chimú.

Redacción Buen Viaje
30 de marzo de 2012 - 05:27 p. m.

Las enormes hojas y ramas verdes impiden que los rayos intensos del sol y la temperatura de 30 grados calienten el ambiente. Después de unos minutos de camino comienzan a asomarse entre los árboles y arbustos las cúspides de 20 pirámides que se levantan en medio del bosque seco de Túcume, un sitio sagrado de la cultura mochica, que se ubicó en el territorio que hoy es el departamento de Lambayeque, donde se han encontrado tumbas de 17 metros de profundidad.

Este lugar es sólo uno de los más impresionantes que se encuentran en la zona norte del Perú, que el pueblo mochica y luego los chimú y sicán, habitaron desde el año 2000 a.C. hasta 1470, cuando llegaron los incas.

La idea es que el visitante llegue de Colombia a Lima y allí tenga un primer encuentro con la Ruta Moche en el museo de Larco, donde se exhiben cronológicamente galerías que muestran un panorama excepcional de 3.000 años de desarrollo de la historia del Perú precolombino.

La segunda parada es Trujillo, capital de La Libertad, donde se ubican los sitios arqueológicos La Guaca de la Luna y Chanchán, una urbe de barro perteneciente a la cultura mochica, con edificios de adobe escalonados o pirámides que datan de hace más de 3.000 años.

Entre Trujillo y Chiclayo, capital de Lambayeque, es recomendable hacer el viaje en bus, ya que por el camino hay puntos importantes como el Valle Chicama, donde está el complejo arqueológico El Brujo, también perteneciente a la cultura mochica. En esta zona se hallaron los textiles más antiguos del Perú y una guaca donde yace el cuerpo de una momia, conocida como “la Bruja”, con toda su parafernalia y joyas. Lo curioso de esta mujer es que está vestida como hombre y su piel está casi intacta a pesar de que murió en el año 300, y es posible ver sus tatuajes.

Parte del encanto de la ruta es su variedad. También se puede disfrutar de las playas, como la de Pacasmayo, donde hay un hermoso muelle histórico del siglo XX, o la de Huanchaco, en la cual se pueden encontrar las encantadoras embarcaciones llamadas caballitos de totora, hechas con hojas de esta planta, en las que los nativos pescan.

Por Redacción Buen Viaje

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