Turismo

El Sisga en carpa

Además de ser un destino ideal para la práctica de deportes acuáticos, este embalse es un extraordinario escenario para quienes buscan descansar en medio de la naturaleza.

Redacción Buen Viaje
19 de agosto de 2015 - 03:19 a. m.

Acampar es tal vez uno de los planes más tranquilos, prácticos y relajados cuando se quiere huir del ruido de la ciudad sin gastar mucho dinero. El éxito está en la compañía, el lugar elegido y el equipo: una buena carpa, morral, navaja, linterna, cantimplora y sleeping bag. Los alrededores de Bogotá son perfectos porque combinan llamativos escenarios naturales con actividades para los amantes del turismo de aventura. El embalse del Sisga se ha convertido en uno de los más apetecidos.

Ubicado en el municipio de Chocontá, a 54 kilómetros de Bogotá por la vía a Tunja, su paisaje verde con montañas pobladas de árboles, praderas y especies como el pino ciprés y el pino pátula (representativos del bosque alto andino), sumado a las buenas condiciones de la vía, lo han hecho uno de los destinos predilectos de deportistas y turistas que aprovechan los fines de semana para disfrutar de un escenario que en días despejados ofrece una vista única: tres lagunas, una parte del Parque Chingaza y de la sabana de Bogotá.

Además de ser una opción para hacer camping o disfrutar de un picnic, gracias a sus 750 metros cuadrados de superficie tiene una variada oferta de actividades náuticas a motor y vela, y pesca deportiva. Para llegar se puede tomar toda la Autopista Norte o iniciar el recorrido en la carrera 13 con calle 72, en donde se coge el colectivo Pasohondo, que va por La Calera vía Guasca. Al final del trayecto hay que emprender una caminata de diez minutos hasta un aviso de Parques Naturales que reza: “El páramo es presente y futuro de la humanidad”. Una vez allí, se debe andar cerca de una hora hasta encontrar la cabaña del guardaparque.

Debido a la alta afluencia de visitantes, abundan las opciones de restaurantes, así como de alquiler de cabañas para quienes prefieren dormir más cómodos. Para rendirles un homenaje a las tradiciones de la región, los protagonistas de los menús son el caldo de papa con carne, las almojábanas, el agua de panela, el chocolate, la arepa con queso, la trucha, sobrebarriga, cuchuco y postres como cuajada con melao, postre de natas y brevas con arequipe.

Sin duda, una experiencia perfecta para aquellos que buscan escapar de la rutina y esconderse entre la naturaleza, rodeados de montañas y bajo un cielo repleto de estrellas.

Por Redacción Buen Viaje

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