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¿Quién no ha soñado con viajar en un crucero alguna vez? Esas enormes embarcaciones que parecen auténticas ciudades flotantes, donde cada día ofrece nuevas experiencias mientras se recorren mares y destinos fascinantes. La idea de tenerlo todo a bordo —diversión, descanso, gastronomía y aventura— resulta irresistible. Pero, como sucede en cualquier medio de transporte, también existen reglas sobre lo que se puede llevar. Y es ahí cuando surge una de las preguntas más comunes entre los viajeros: ¿se puede ingresar al barco con alcohol propio?
Según Andrés Gómez Quintana, abogado auditor de Centro Jurídico Internacional, no existen normativas internacionales específicas que regulen el ingreso de alcohol en cruceros. Todo depende de la política interna de cada naviera y de las leyes del país de bandera o del puerto. Por eso, es responsabilidad del viajero informarse con anticipación sobre las reglas de la compañía con la que realizará el recorrido.
En el caso de Royal Caribbean, no está permitido llevar cervezas ni licores a bordo. La única excepción es que cada huésped mayor de edad legal para beber puede ingresar el día del embarque una botella sellada de vino o champán de 750 ml. No se acepta vino en caja ni otros envases.
Enfatizan que cualquier botella de alcohol encontrada en el equipaje será retenida y devuelta únicamente al finalizar el crucero, siempre que esté en su envase original y sellado. Para garantizar el cumplimiento de la norma, el personal de seguridad puede revisar botellas, latas e incluso envases de productos como refrescos o enjuagues bucales.
Las sanciones por infringir estas disposiciones son estrictas e incluyen la expulsión del barco o la negación de embarque, con la obligación del pasajero de asumir los gastos derivados.
Según Gómez, la normativa puede variar dependiendo del puerto de salida y de las leyes del país desde donde zarpe el crucero, aunque la política de cada naviera suele ser el principal marco de referencia. Esto incluye restricciones relacionadas con la edad mínima para consumir alcohol, que cambia según la jurisdicción. Por ejemplo, en Colombia la mayoría de edad para consumir licor es a partir de los 18 años, pero a bordo puede regir la legislación del país de bandera del barco o del puerto de salida.
“Los barcos están sujetos a las leyes del país en el que están registrados. Estas normas no solo regulan aspectos operativos y de seguridad, sino que también pueden incidir en disposiciones sobre consumo y transporte de alcohol a bordo”, explica Gómez.
Esto se puede ver en el caso de Disney Cruise Line, que aunque las reglas son más flexibles, también dependen de la ruta. Los huéspedes mayores de 21 años —o desde los 18 en itinerarios que parten de Australia, Nueva Zelanda o Singapur— pueden llevar al inicio del viaje y en cada puerto de escala hasta dos botellas de vino o champán de 750 ml cada una, o bien seis cervezas de 355 ml. Estas bebidas deben ir en el equipaje de mano y no en el facturado.
Eso sí, quienes deseen consumir las botellas en los restaurantes del barco deberán pagar una tarifa de descorche de 29 dólares por botella. El alcohol excedente o comprado en puertos se almacena hasta el final del crucero.
El incumplimiento trae consecuencias: el alcohol detectado en equipaje despachado se retira sin compensación y se corre el riesgo de dañar pertenencias. Tampoco se aceptan botellas abiertas, con sello roto o parcialmente consumidas.
¿Es legal que lo puedan bajar por incumplir la norma?
La respuesta corta es sí. Gómez explica que al comprar un tiquete para un crucero, el pasajero celebra un contrato de transporte y hospedaje con la empresa naviera. En ese contrato se establecen condiciones de uso y normas de convivencia a bordo, que el viajero acepta al momento de adquirir el pasaje.
“Los cruceros suelen contar con reglamentos internos y términos y condiciones que incluyen, entre otras, la prohibición de ingresar bebidas alcohólicas externas. Esta medida busca garantizar la seguridad, el control sanitario y, por supuesto, las políticas comerciales de la empresa” dijo el abogado.
Menciona que, por ejemplo, en Colombia, la jurisprudencia reconoce la autonomía contractual y la facultad de las compañías para establecer reglas razonables en la prestación de su servicio, siempre que estas no vulneren derechos fundamentales. Por lo tanto, siempre que la restricción esté contemplada en el contrato o en el reglamento del viaje, la naviera puede aplicarla y sancionar su incumplimiento.
“En la práctica, la naviera puede retirar o confiscar el alcohol prohibido para preservar la seguridad y el orden a bordo. También puede exigir al pasajero que se abstenga de reincidir y, en casos graves, proceder a desembarcarlo en el puerto más cercano, con los perjuicios que esto conlleva para el viajero. Además, si la conducta ocasiona daños a la empresa o a otros pasajeros —como disturbios, daños materiales o lesiones—, el infractor puede ser declarado civilmente responsable y estar obligado a reparar esos perjuicios. En situaciones extremas, podría incluso enfrentar consecuencias penales“, advirtió el abogado.
Cinco consejos sobre el alcohol en cruceros:
- Revise las políticas de la naviera antes de viajar: Cada compañía tiene reglas diferentes sobre el ingreso de bebidas alcohólicas. Consulte siempre la página oficial de la naviera y verifique si existen excepciones según la ruta o el puerto de embarque.
- Empaque correctamente las botellas permitidas: Si la naviera autoriza llevar vino, champán o cerveza, estas deben ir en el equipaje de mano, nunca en el facturado, para evitar que sean retiradas sin compensación o que dañen otras pertenencias.
- Tenga en cuenta las tarifas de descorche: Algunas compañías, como Disney, permiten ingresar botellas pero cobran un recargo si se consumen en restaurantes o áreas comunes. Evalúe si le conviene consumirlas en la cabina.
- Considere las compras en puertos: El alcohol adquirido en tierra suele ser retenido por la tripulación y devuelto al final del viaje. Planifique estas compras sabiendo que no podrá disfrutar de ellas durante la travesía.
- Cumpla con las normas para evitar sanciones: Llevar alcohol en exceso, en botellas abiertas o mal empacado puede generar sanciones que van desde el decomiso hasta la expulsión del barco, además de la obligación de cubrir gastos adicionales.
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