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La capital de Francia, París, es reconocida mundialmente por ser una ciudad romántica y cautivadora para los millones de turistas que la visitan anualmente y que se dejan sorprender por las maravillas que la “Ciudad de la Luz” guarda en cada rincón. Y sin lugar a duda, la Torre Eiffel es el símbolo de la ciudad, y los más de 7 millones de visitantes que la recorren anualmente la convierte en el monumento de pago más visitado del mundo.
La Dama de Hierro, como también se le conoce a la Torre Eiffel, fue construida por Gustave Eiffel con motivo de la Exposición Universal de 1889 que conmemoraba el primer centenario de la Revolución Francesa. De acuerdo con el portal web oficial del monumento, su construcción duró 2 años, 2 meses y 5 días y fue una auténtica proeza técnica y arquitectónica del ingenio francés.
“Diseñada para durar solo 20 años, se salvó gracia a los experimentos científicos promovidos por Gustave Eiffel y, en concreto, las primeras transmisiones radiográficas, seguidas de las telecomunicaciones: señales de radio de la Torre al Panteón en 1898; sirvió como radio militar en 1903; primera emisión de radio pública en 1925 y después la televisión hasta la TNT más recientemente”, se lee en el portal.
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Su iluminación, epicentro de la restricción
Los 330 metros que mide la Torre Eiffel ya la hacen llamativa, pero su iluminación es el atractivo que hace a este monumento uno de los más reconocidos, visitados y fotografiados del mundo. El sistema fue diseñado por el ingeniero de iluminación Pierre Bideau, y se inauguró el 31 de diciembre de 1985 con 336 proyectores, equipados con lámparas de sodio de alta presión de tonalidades naranjas y amarillas.
Y aunque el sistema lumínico de la Dama de Hierro ha tenido varios cambios desde su inauguración, al ser considerado una obra artística, posee derechos de autor. Según la página web de la Torre Eiffel, las luces que iluminan el monumento pertenecen a la Sociedad de Explotación de la Torre Eiffel (SETE), por lo que, en teoría, se debería solicitar un permiso para fotografiar o filmar la Torre. No obstante, esta norma, por fortuna, nunca ha afectado a ningún turista, pues de aplicarse la ley, se tendrían que eliminar de la red las más de 25 millones de imágenes que existen.
Ahora bien, la situación es diferentes para los profesionales o el material que es usado con fines comerciales. Al estar las iluminaciones y los destellos protegidos por derechos de autor, la explotación de la imagen de la Torre Eiffel de noche requiere una autorización previa y puede estar sujeta al pago de una tasa. Por consiguiente, los profesionales deberán ponerse en contacto con la SETE, que les indicará las condiciones de explotación de las imágenes, según el caso.
Evolución de la iluminación
Los destellos inaugurados el 31 de diciembre de 1999 para el paso al año 2000, se superponen a la iluminación dorada gracias a 20.000 bombillas que hacen que la Torre centellee durante 5 minutos a cada hora en punto. El portal explica que cada una de las bombillas tienen una potencia baja y se iluminan de forma aleatoria, y el paso de la duración de los destellos de 10 a 5 minutos por hora (en 2008), ha permitido reducir el consumo de energía y prolongar varios años la vida útil de la instalación. “Todos los esfuerzos de modernización del dispositivo de iluminación de la Torre están contribuyendo a mejorar su rendimiento energético, que ha ido disminuyendo de forma continua, 9 % al año en promedio desde 2016″.
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Si usted quiere deslumbrarse con este juego de luces, le aconsejamos que no pierda de vista el reloj y esté a una hora en punto al anochecer en la segunda planta, nivel inferior, para admirar al máximo el espectáculo de destellos en toda la estructura mirando hacia arriba.
En 2004 se instalan proyectores con una potencia eléctrica de 600 vatios, generando un ahorro en el consumo de energía de aproximadamente el 40 %. Este mejor rendimiento luminoso conserva toda la belleza del aspecto final. Desde entonces, cada 4 años, los técnicos de la SETE proceden a la renovación las 336 bombillas de los focos de iluminación, que otorgan a la Torre Eiffel su manto dorado cada noche. En diciembre de 2019, los cuatro focos de 2000 vatios que alumbraban la antena, desde 1985, han dado paso a focos LED, que son 10 veces menos potentes y gastan menos energía.
En 2020, los 28 focos que iluminan la parte saliente de los cuatro pilares (los resaltos) fueron cambiados, lo que resulta en una reducción del 80 % de la potencia instalada. Cada 4 años, los técnicos de la SETE proceden a la renovación las 336 bombillas de los focos de iluminación, que otorgan a la Torre Eiffel su manto dorado cada noche. Es de resaltar que, la iluminación nocturna de la Torre (manto dorado) representa únicamente cerca del 4 % de la factura energética anual del monumento.
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¿Qué se puede hacer en la Torre Eiffel por la noche?
Visitar la Torre Eiffel por la noche es una experiencia totalmente distinta de la visita diurna. Una visita a la Torre, especialmente por las escaleras, entre la estructura iluminada, ofrece un ambiente muy particular que no hay que perderse. Sin entrar en detalle de la vista panorámica que se puede apreciar de París iluminada en la noche, desde la parte más alta del monumento a la cual solo se llega en ascensor.
Le recomendamos una cita al final del día en la cumbre con una copa de champán para disfrutar de una romántica e inolvidable puesta de sol. Para cenar, le esperan las opciones de comida rápida o en mesa en la segunda planta, y en la primera, puede reservar en el restaurante. Para disfrutar de una cena en el restaurante gastronómico del segundo piso, el Jules Verne, hay que reservar con mucha anticipación (no incluye la entrada de visita a la torre Eiffel).
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