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Palmas por alegrías

Desde Cádiz llega al Teatro Mayor Julio Mario Santo Domingo la compañía flamenca Madera Vieja.

Juan Carlos Piedrahíta B.
15 de octubre de 2011 - 02:59 a. m.

La mejor hora para flamenco es el tiempo de juerga. Cuando aflora lo esencial, se dan licencias y se deja a un lado lo que se entiende socialmente como ‘correcto’, aparece la herencia gaditana en su perfecta dimensión. De puertas para adentro, las palmas son a otro sentir y por eso la compañía de cante y baile Madera Vieja expone ese proceso tras bambalinas que los demás grupos esconden y permite que el público se acerque, sin prevenciones, a una muestra al desnudo, sin efectos mayores, que dejan ver el estado real de las manifestaciones que hace unos meses la Unesco consagró como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad.

Para Madera Vieja y para tantas otras experiencias musicales españolas, el flamenco siempre ha estado ahí. Ha sido y será patrimonio desde hace más de un siglo, cuando comenzó como pieza de exhibición exclusiva para ‘los señoritos’ (la clase económica más favorecida) y luego pasó a colmar los escenarios más relevantes de Europa y América.

“Nuestro montaje es al descubierto, porque los instrumentos somos todos. Ahí están la guitarra flamenca y la percusión con el cajón, pero el resto somos voces y bailaores. Nuestro estilo es rítmico, en el que se puede apreciar algo de lo contemporáneo pero también la pureza del género”, manifiesta Joaquín Linera Cortez, líder de la compañía Madera Vieja, una agrupación que se formó en Cádiz hace más de ocho años.

Para este colectivo, el bailaor es mucho más percutivo que la bailaora. Ella debe tener un movimiento de cintura hacia arriba y un contoneo de brazos muy elegante con el que se va desarrollando la sincronía entre el cante y la danza.

“Los cantes de aire son los más complicados porque jugamos con unos tiempos bien difíciles de manejar. Uno con estos palos flamencos está en la punta del abismo y a punto de caer. Sin embargo, ahí es en dónde más nos divertimos nosotros, porque experimentamos con las alegrías de Cádiz, con las bulerías y los tangos”, dice Linera Cortez mientras se prepara para presentarse en Colombia, Argentina y Japón, en donde ratificará que la mejor hora del flamenco es el tiempo de juerga.

Sábado, 8 p.m. y domingo 11 a.m. Teatro Julio Mario Santo Domingo, Calle 170 Nº 67-51. Informes y boletería: 593 6300 y www.tuboleta.com.

Por Juan Carlos Piedrahíta B.

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