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Start of the Seas de Royal Caribbean: a bordo del crucero más grande del mundo

El segundo barco de la línea Icon de Royal Caribbean tendrá su primer viaje el próximo 31 de agosto. Las impresiones de un viaje previo y en exclusiva, una experiencia única.

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Andrés Montes Alba
27 de agosto de 2025 - 05:59 p. m.
Este crucero Star of the Seas saldrá desde Puerto Cañaveral en Orlando, Florida.
Este crucero Star of the Seas saldrá desde Puerto Cañaveral en Orlando, Florida.
Foto: Cortesía
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Al que se le ocurrió la idea de que el mar y los barcos eran para algo más que ir de un punto a otro o llevar carga entre puertos, quizá sí llegó a pensar en lo que hoy por hoy son los cruceros, pero seguramente jamás dimensionó lo que significa estar a bordo del más grande del mundo. Lujo, exclusividad, y una oferta multigeneracional de entretenimiento definen a Star of the Seas, el buque insignia de Royal Caribbean y, sí, así suene repetitivo: es el crucero más grande del mundo.

En un viaje previo y exclusivo antes de su primera salida, tuvimos acceso a Star of the Seas, que es el segundo crucero de la clase Icon- la más exclusiva de Royal Caribbean - que zarpará por primera vez este 31 de agosto desde Puerto Cañaveral, en Orlando, Florida. Con diferentes planes y experiencias, y un día único en “Perfect Day at Cococay”, un paraíso exclusivo en uno de los cayos de Bahamas, seguramente este barco pasará a marcar la pauta de cómo serán los cruceros de ahora en adelante.

El lujo y la exclusividad son conceptos y visiones que han evolucionado con la humanidad, y la transformación de los cruceros es muestra de ello. La historia de los primeros cruceros data de inicios del siglo pasado, con barcos llenos de elegancia y lujo, que estaban pensados para las clases más altas de la sociedad de entonces. Con las guerras mundiales del siglo pasado, los cruceros tuvieron una pausa en su tecnificación y desarrollo. En Estados Unidos en la época de la prohibición, los cruceros fueron ideales para encontrar en el mar todos los licores que en tierra no eran permitidos. Hoy existen barcos temáticos, algunos especializados en rutas gastronómicas, cruceros musicales o en los que priman los recorridos de actividades deportivas. En buena medida, la empresa naviera Royal Caribbean cumple con todo lo anterior.

La magia de Orlando, capital mundial de los parques temáticos

Dimensionar la extensión de un barco capaz de transportar a más de 7.000 personas es una tarea complicada. Son cerca de 2.805 cuartos, 20 cubiertas en total, 18 de ellas para los viajeros. Todo esto soportado en una estructura capaz de transportar 248.663 toneladas brutas, de 364 metros de largo y 66 metros de ancho y un calado-la profundidad a la que se sumerge el barco-de nueve metros. Cuenta con acomodaciones sencillas, otras con balcones con vista exterior, e incluso algunas temáticas pensadas para los más pequeños, o suites de muy alto nivel de dos pisos. También existen zonas que simulan míticas calles de Chicago o Nueva York, salones de música para conciertos y un sinfín de actividades para diferentes generaciones.

De inicio, cuando uno entra por primera vez y para el recuerdo, Royal realiza una curiosa y entretenida actividad que consiste en pasar por estaciones y recolectar calcomanías como pretexto para recorrer el crucero, familiarizarse con los espacios, los accesos, las diferentes instalaciones. Más adelante se revela que es más que necesario haberlo hecho para no perderse por las 20 cubiertas que hacen parte de este barco.

Entretenimiento a otro nivel

Unas vacaciones en Estados Unidos aseguran de entrada entretenimiento. Los espectáculos a bordo de este crucero son un homenaje y una mezcla a toda la cultura norteamericana. Es un poco irreal pensar que a bordo de un barco en el calor del Caribe exista una pista de hielo. Allí se realiza “Absolut Zero”, una presentación de patinaje que es más un recorrido por la Costa Este, con reconocidos homenajes a la música caribeña como el son cubano y el reggaeton, para luego atravesar la cultura estadounidense y pasar a sonidos más típicos como el country o el pop y temáticas como el rodeo y el lejano oeste.

Dentro de esta oferta, Royal Caribbean le sumó a este crucero un show imperdible de clavadistas y nado sincronizado. “Torque”, es el nombre de esta rutina de poco más de una hora en la que el agua y la tecnología son protagonistas. Dos plataformas para saltos y una piscina con diferentes profundidades permiten múltiples tipos de acrobacias. Las luces, la música, el ir y venir del agua lo hacen uno de los espectáculos más reservados.

Un párrafo aparte merece “Back to the Future”, el musical inspirado en la exitosa trilogía de películas de Robert Zemeckis, en la que Marty McFly y el doctor Brown viajan en el tiempo. Este show, a pesar de que no puede ser grabado, es un homenaje absoluto a esta película. La calidad de las actuaciones, la música y la escenografía, van muy ligadas a todos los avances tecnológicos con los que cuenta el barco. La escenografía, el Delorean, los efectos especiales hacen de este show un imperdible y si preguntan, de lejos, lo mejor que puede ofrecer Star of the Seas.

Para poder disfrutar de todos estos espectáculos es clave la app de Royal Caribbean. Un aplicativo en el que cada viajero puede consultar la ubicación de un salón, ver el horario de una actividad específica, reservar un cupo en alguno de los restaurantes o incluso saber a qué hora y cómo subir o bajar del barco. La facilidad que esta herramienta permite va muy de la mano del internet satelital de alta velocidad con el que cuenta el crucero. Así que para quienes, aún están en vacaciones, deben sacarle un espacio al trabajo o al estudio, el internet está más que garantizado.

La maravilla de un día perfecto

Esta intención de hacer grandes barcos fue algo que comenzó la naviera hace casi 10 años y este nivel de sofisticación, lujo y tecnología ha llevado a que el entretenimiento pase a un aspecto más que importante.

“Hoy no solo es que las personas se bajen y vuelvan de un crucero, sino que cada segundo de las vacaciones cuente”, explica Itzel Valdez, vicepresidenta asociada para LATAM y el Caribe de Royal Caribbean. Por eso lugares como Perfect Day en Bahamas son más que acertados para aprovechar cada instante del viaje.

“Thrill” es el nombre del parque acuático, con toboganes, una playa de espacios exclusivos para adultos, buena comida y buenos tragos, todo esto rodeado de un profundo color azul del Mar Caribe, es lo que se puede encontrar en Perfect Day at Cococay.

La mejor atracción quizá puede ser el tobogán “Sling Shot”, por la caída, las vueltas, y lo inesperado de los giros. Vale la pena la fila de una de las atracciones acuáticas que son un gran homenaje a Orlando y sus parques temáticos. Esta isla de Bahamas es una expansión de ese espíritu de aventura y de querer desafiar la adrenalina.

Además de los toboganes, en este cayo es posible disfrutar de un corto vuelo en globo aerostático, una tirolesa que atraviesa la isla, múltiples piscinas con atracciones para los más pequeños y naturalmente, las famosas piscinas de surf, que junto a Sling Shot son las que más fila de espera tienen.

La velocidad del barco es variable, y depende mucho del recorrido mismo del viaje. En un crucero de estas dimensiones, la velocidad oscila entre las seis y trece millas náuticas, lo que en kilómetros por hora vendrían siendo entre 6 y 11 Km/h. Poco importa eso, porque ante la pregunta de muchos, no, no se siente: el andar en todos los espacios del crucero es tranquilo, realmente es una experiencia de descanso y disfrute.

¿Qué más se puede contar de un crucero? Sí, sí es posible comer todo lo que se quiera, salvo algunos restaurantes que no están incluidos en las tarifas, al igual que las bebidas, pero lo mejor es que ese gasto está dentro de cualquier presupuesto porque la oferta de coctelería es tan global como el mismo barco. Además, qué mejor que disfrutar de las piscinas o los jacuzzis teniendo su coctel favorito en la mano.

Probablemente la imagen más triste del viaje es el momento de dejar las maletas afuera de cada cuarto. El desembarque en un crucero marca el cierre de una experiencia inolvidable. Para muchos es un momento de nostalgia, pero también la puerta de entrada a nuevos viajes, eso sí, siempre con el mar de fondo. Hoy es común pensar que hay que tachar ciertas cosas en la vida, y para muchos hacer un crucero es uno de esos indispensables. Sí, hacerlo en el más grande del mundo lo hace algo diferente, pero es más que seguro que serán días inolvidables que quedarán en la memoria del viajero, una memoria que sirve para recordarnos que la vida es mejor cuando se disfruta de esta forma.

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