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Vacaciones bajo cero

Argentina y Chile desafían a quienes creen que el esquí es un deporte complejo y selecto. Su práctica promete un momento de libertad y vértigo incomparable.

Jahel Mahecha Castro
04 de julio de 2013 - 11:03 a. m.
La estación de esquí Cerro Castor, en Argentina, tiene 29 pistas para principiantes y expertos. / 123rf
La estación de esquí Cerro Castor, en Argentina, tiene 29 pistas para principiantes y expertos. / 123rf

Mientras un buen número de países se prepara para unas vacaciones de verano, al sur del continente las montañas y cordilleras se van cubriendo de una espesa manta de nieve que transforma los paisajes verdes en verdaderas obras de arte. Los glaciares revelan todo su esplendor, la naturaleza entra en un estado de letargo, el sol se impone en medio del cielo azul y los vientos fríos se cuelan por debajo de la ropa de los turistas que visitan esas tierras en busca de aventura. Para olvidar la dureza de la temperatura y la rutina típica de la ciudad, basta con dejarse tentar por las posibilidades que ofrecen los centros de esquí en Argentina y Chile.

En tierras gauchas, los parques de nieve y los centros de deportes de invierno son un ícono turístico por excelencia, y por eso se preparan con antelación para recibir a principiantes y expertos de distintas partes del mundo que quieren disfrutar de la increíble sensación de deslizarse por la nieve en un entorno natural.

Uno de los más reconocidos es La Hoya, ubicado en la Patagonia. Este centro está rodeado de imponentes cascadas y espesos bosques. La finura de su nieve no sólo es ideal para practicar esquí alpino, sino también para realizar snowboard, ski cross y boardercross. Con más de 64 hectáreas de superficie, cuenta con 10 medios de elevación (con capacidad para transportar más de 7.000 personas) y 29 pistas. Todo un escenario deportivo para aprender a esquiar o perfeccionar la técnica.

A pocos kilómetros de Mendoza, Las Leñas reafirma cada temporada su fama de ser un clásico del esquí en Argentina. Este paraje turístico es uno de los más elevados y modernos del país. Tiene largos circuitos para todos los niveles, escuelas de esquí, snow park y uno de los mejores campos fuera de pista del continente (para expertos que desean esquiar en la nieve virgen). A quienes el día no les basta este gran complejo les ofrece 2.000 metros de pistas iluminadas durante la noche, casinos y restaurantes para deleitarse con la gastronomía típica argentina.

Las opciones para esquiar no terminan ahí. La ciudad más austral del planeta está a tres horas en avión de Buenos Aires. Ushuaia, capital de Tierra del Fuego, es conocida como “el fin del mundo” y en ella se esconden las maravillas de Cerro Castor, una estación de esquí que encara la temporada de vacaciones con 29 pistas, listas para que los amantes de este deporte puedan “volar” entre tablas, rodeados de glaciares y bosques de lengas, únicos de esta región.

Una de las modalidades preferidas para practicar es el esquí de fondo o esquí nórdico, donde el cuerpo traza libremente el camino en medio de pistas forestales con una inclinación moderada. Para conocer la gran ciudad desde las alturas, el paseo por aerosillas ofrece una impactante panorámica del canal Beagle, el glaciar Martial y la isla Navarino. Otras de las actividades favoritas de los visitantes son el patinaje sobre hielo en lagunas congeladas, las excursiones en motos de nieve, el polo y el rugby.

Con más de 4.000 kilómetros de cordillera, Chile se posiciona como unos de los destinos preferidos en el mundo para hacer esquí y snowboard. Uno de los centros más antiguos, Portillo, está en pleno corazón de los Andes del sur. Sin centros comerciales ni ciudades a su alrededor, este complejo deportivo es un punto legendario para esquiadores profesionales, pues goza de altos picos montañosos, un considerable nivel de nieve, pistas con alto grado de dificultad y un paisaje de lujo, gracias a la laguna del Inca.

Para quienes buscan vivir una experiencia todavía más extrema, el centro Valle Nevado, a menos de dos horas de Santiago, cuenta con más de 37 kilómetros de pistas aptas para todas las edades. Este complejo invernal es el más grande del hemisferio sur y el más vanguardista de Latinoamérica, ya que posee un snow park y un half pipe (estructura en U), para la práctica de snowboard, bajo estilo libre. Las montañas que rodean el Valle son el hogar de una gran variedad de aves, como el gaviotín antártico y el cóndor, insignias de la biodiversidad chilena.

Otra estación invernal que vale la pena conocer es Colorado, un rincón privilegiado de la cordillera que está cerca de la capital. Desde la década de los 30, este centro empezó a promover la práctica del esquí en medio de fuertes nevadas y ahora, con una moderna cadena de 22 pistas, se ha convertido en una de las mejores estaciones de América del Sur.

Año tras año, el encanto natural de Argentina y Chile despierta el interés de viajeros de todo el mundo que después de sus primeras vacaciones de invierno no se niegan a alistar una vez más su equipo de esquí para retar esas tierras sureñas que cada temporada prometen una experiencia de pura adrenalina.

 

 

jmahecha@elespectador.com

@jahelmahecha

Por Jahel Mahecha Castro

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