Suramérica diversa
El continente suramericano puede recorrerse en barco por el extremo del Océano Pacífico o del Atlántico. Si se elige la primera opción se conoce la riqueza de las culturas Maya e Inca en México y Perú, respectivamente, así como las heladas aguas del Polo Sur en Chile. Si escoge la ruta por el Atlántico, los turistas se encontrarán con las exóticas playas de Brasil y el encanto de los cafés y tanguerías de Buenos Aires.
Alaska sorprendente
En la tierra donde el sol aún no se ha ocultado a la medianoche, los turistas pasarán unas vacaciones diferentes mientras contemplan el imponente campo de hielo o la grandeza del paisaje silvestre. En Alaska es posible elegir uno de los 21 ‘cruisetours’, una combinación de vacaciones en crucero y excursiones en tierra que duran entre 10 y 14 días.
Cruzando los océanos
Estos cruceros ofrecen un entretenido recorrido para ir d el continente americano hasta el europeo mientras se contempla la belleza de los océanos. Durante el viaje se pasa por lugares como Islas Canarias, Irlanda, Francia y Portugal, en donde es posible hacer excursiones por tierra. Se zarpa desde New Jersey o Fort Lauderdale, en Estados Unidos, o también desde Panamá.
La hermosa Europa
El Viejo Continente cuenta con un sinfín de lugares interesantes: está el Mediterráneo, donde se asentaron las antiguas civilizaciones del Imperio Romano y Griego, y la ruta por Tierra Santa, el centro espiritual del mundo católico y judío, en la que hay decenas de lugares históricos e iglesias. Para los amantes del arte y la moda el recorrido por las cosmopolitas París, Milán, Madrid y Berlín resulta ideal. Y quienes prefieren la tranquilad pueden conocer los enigmáticos países escandinavos.
El paraíso caribeño y Hawái
La playa siempre ha sido catalogada como el destino ideal en vacaciones, ya sea para ir de plan romántico con la pareja, de diversión con los amigos o de aventura con la familia. Explorar las cascadas del río Dunn en Jamaica, recorrer en bicicleta la selva tropical de Costa Rica, bucear con rayas venenosas, dar un paseo a caballo por la playa, sumergirse a 243 metros bajo el nivel del mar en un submarino o apreciar los peces de un arrecife de coral desde un bote con el piso transparente son algunos de los programas a los que se puede acceder a bordo de un crucero.