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Tom, Jerry, Oscar, Tiffany, Delilah, Goliah, Miko, Romeo y Lily fueron los gatos de Freddie Mercury, líder de la banda británica Queen, y según el libro “Freddie Mercury. Su vida contaba por él mismo)”, los principales beneficiarios de su fortuna.
Poco tiempo antes de morir, Mercury dijo en una de las pocas entrevistas que concedió que “nadie mas sacará un sólo penique, excepto mis gatos Oscar y Tiffany. Aparte de ellos, no voy a regalar ninguna de mis cosas cuando esté muerto. Voy a acapararlo todo”.
El líder de la banda británica, cuya vida es contada en la película Bohemian Rhapsody, actualmente en cartelera, decía que sus gatos eran los únicos leales e incondicionales. El artista además les dedicó un álbum a sus animales “Mr. Bad Guy”, que también dedicó “a todos los amantes de los gatos del universo”.
La mayoría de sus mascotas fueron adoptadas en un refugio animal en Inglaterra, llamado Blue Cross. Mercury rescató a casi todos sus mininos del abandono. Menos a Tiffany. Esta gata Himalaya fue un regalo de Mary Austin, su exnovia, a quien el mismo cantante bautizó como “el amor de su vida” y quien lo conocía como nadie.
De su tropa felina, su favorita, contaron sus amigos, era Delilah, una hembra de pelolargo y regordeta, a quien le dedicó una canción del mismo nombre que está incluida en el álbum “Innuendo” (1991).
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Delilah estuvo con el artista en su lecho de muerte. En su último video, “These are the days of our lives”, les rindió un homenaje al usar un chaleco con imágenes de gatos.
Según cuenta el periódico inglés The Sun en uno de los muchos artículos que ha publicados sobre Mercury, cuando se iba de gira, los llamaba a diario para hablar con ellos.
En el libro “Mercury & Me”, su última pareja, Jim Hutton, cuenta cómo el cantante estuvo al borde de un ataque cuando una noche se perdió Goliah. “Cuando llegó a casa a la media noche le dijimos que Goliah no aparecía y su cara cambió, comenzó a buscarlo y hasta pensó ofrecer mil libras como recompensa”, relata. Al final, el mismo Freddie encontró al gato temblando debajo de un auto frente a la casa. “Nunca lo ví tan feliz”.
Por eso nadie se sorprendió de que sus felinos estuvieran en su testimonio, como anunció en varias ocasiones. ¿Se convirtieron en millonarios los gatos cuando Mercury murió? En realidad no. El cantante repartió su fortuna a padres, exnovia, su asistente y Hutton. Los gatos se quedaron en la casa que habitó con ellos hasta el final de sus días.