Colombia tiene una nueva Zona de Reserva Campesina y está al lado de Chiribiquete

Este miércoles se aprobó la creación de una Zona de Reserva Campesina (ZRC) en inmediaciones del PNN Serranía de Chiribiquete. Es la primera en ser constituida en un área de reserva forestal establecida por la Ley 2.ª de 1959, y busca mitigar la deforestación y el aumento del ganado en la región.

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26 de noviembre de 2025 - 08:50 p. m.
El PNN Serranía de Chiribiquete es uno de los parques de la Amazonia más afectados por la deforestación en los últimos 15 años.
El PNN Serranía de Chiribiquete es uno de los parques de la Amazonia más afectados por la deforestación en los últimos 15 años.
Foto: (EPA) EFE - Mauricio Dueñas Castañeda
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Este miércoles 26 de noviembre se aprobó una figura inédita en la historia de la conservación ambiental del país. El Consejo Directivo de la Agencia Nacional de Tierras dio luz verde a la creación de una Zona de Reserva Campesina (ZRC) en la zona de amortiguación del Parque Nacional Natural (PNN) Serranía de Chiribiquete. Su objetivo es ayudar a detener la deforestación y el aumento del ganado en la región.

Se trata de una apuesta de más de 4.000 campesinos de 26 veredas del municipio de Calamar, en el departamento de Guaviare, que viene consolidándose desde hace más de cinco años. Con ocho votos a favor de su aprobación y una abstención, esta ZRC, denominada Guardiana del Chiribiquete, se convierte en la primera en ser constituida en un área de reserva forestal establecida por la Ley 2.ª de 1959.

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La iniciativa se había caído cuatro veces, durante el proceso de consulta previa que los campesinos debían adelantar en dos resguardos indígenas, con los cuales limita la zona propuesta. Finalmente, en octubre pasado, se logró que las comunidades dieran su visto bueno. Entonces, los ojos de los campesinos e investigadores (que llevan años trabajando en este proceso) quedaron puestos sobre el Consejo Directivo y la reunión de este miércoles.

La decisión recayó sobre diez personas: los representantes de los ministerios de Agricultura, Interior, Justicia y Ambiente, un delegado del Presidente, los representantes del Departamento Nacional de Planeación y el Instituto Geográfico Agustín Codazzi, así como tres delegados de comunidades indígenas, negras y agropecuarios.

Como contamos en El Espectador, aunque nadie se animaba a anticipar el resultado de la votación, los campesinos y varias organizaciones esperaban un apoyo de varios de los representantes del Gobierno Nacional (siete de diez). Por el momento, se sabe que quien se abstuvo de votar fue el delegado de los indígenas.

El camino de la ZRC Guardiana del Chiribiquete

Véiler Peña, un joven campesino que hace parte de una de las 26 veredas de Calamar, dice que tanto él, como sus demás compañeros, quieren que se deje de ver al campesino amazónico “como el terrorista de la selva” para pasar a ser sus “guardianes”.

Tras décadas atravesadas por el conflicto armado, distintas bonanzas económicas como el caucho, el tigrilleo (caza de felinos), la hoja de coca y, de manera más reciente, la ganadería, los campesinos de Calamar vieron, luego del Acuerdo de Paz, firmado en 2016 por el Estado colombiano y la guerrilla de las FARC, “la necesidad de organizarnos bajo una figura que nos representara como campesinos y trabajadores sin tierra”, dice Peña. Ese mismo año, nació la Asociación Campesina de Trabajadores de los Ríos Unilla e Itilla (ASCATRUI).

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Aunque el Acuerdo de Paz generó expectativas de inversión y de un nuevo relacionamiento con las entidades estatales, “la reconfiguración de poderes territoriales ante la acción fragmentada y diferenciada de instituciones del Estado llevó a un aumento sin precedentes en la deforestación y a la consolidación de una economía productiva basada en la ganadería extensiva” generó nuevos retos, reconocen los campesinos de ASCATRUI.

Con ese nuevo panorama, Centro de Alternativas al Desarrollo (CEALDES) y la Fundación Luterana Mundial empezaron en 2022 un acompañamiento a la Asociación para buscar cómo gestionar los nuevos conflictos socioambientales. La respuesta, recuerdan ahora Peña y los investigadores, fue la constitución de una Zona de Reserva Campesina “como estrategia para acompasar la conservación del bosque amazónico con los derechos y las economías campesinas”.

Sin embargo, esta figura de ordenamiento social, productivo y ambiental que busca, según el Ministerio de Agricultura, “el cierre de la frontera agropecuaria a través de la estabilización de la economía campesina, la formalización de la propiedad rural y superar los conflictos sociales en el campo”, no se podía establecer en territorios de Ley 2.ª, como Calamar. Eso cambió en 2023, cuando la Agencia Nacional de Tierras, a través del Acuerdo 337, habilitó la constitución de ZRC aun cuando exista un traslape con una Zona de Reserva Forestal.

*Este artículo es publicado gracias a una alianza entre El Espectador e InfoAmazonia, con el apoyo de Amazon Conservation Team.

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