En Ginebra, Suiza, durante esta semana se está realizando la Sexta Conferencia de las Partes (COP6) del Convenio de Minamata sobre el Mercurio de las Naciones Unidas, un tratado internacional que tiene como objetivo proteger la salud de las personas y del ambiente de los efectos de este metal.
Durante la conferencia, la Agencia de Investigación Ambiental (EIA, por sus siglas en inglés) presentó el análisis Mercurio: Una emergencia amazónica, en el que concluye que “el creciente flujo ilegal de mercurio, impulsado por la minería ilegal de oro y sus causas subyacentes, constituye una crisis que genera emisiones comparables a las emisiones globales de mercurio de todos los sectores industriales”.
La EIA también señaló que en la Amazonía, la contaminación por mercurio de los pueblos indígenas y las comunidades locales ya está alcanzando niveles críticos. De hecho, en las últimas dos décadas, la contaminación que se ha registrado en los ríos por este metal se ha intensificado y ha afectado sus grandes afluentes, provocando altos niveles en el agua y sus sedimentos.
Para este análisis, la EIA se basó en los resultados del monitoreo científico, los cuales señalaron que las concentraciones de mercurio superan con “creces los umbrales de seguridad en muchas áreas, con peces depredadores y delfines de río gravemente contaminados”.
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En cuanto a las fuentes de contaminación, la EIA explicó que la mayoría del mercurio que llega a la Amazonía es primario, es decir, aquel que es extraído directamente de depósitos geológicos.
En este debate tampoco se puede dejar de lado la minería de oro informal e ilegal, la cual es responsable de la gran mayoría de las emisiones de mercurio a los ríos y arroyos amazónicos. Según han documentado varios estudios, en los últimos años, cientos de toneladas de mercurio han llegado a la Amazonía, la mayor parte de ellos son de contrabando.
Alexander von Bismarck, director ejecutivo de EIA, aseguró que la rápida expansión que se ha reportado de la minería de oro ilegal en esta región, que es impulsada por el tráfico de mercurio proveniente de minas primarias, “representa una violación del Convenio de Minamata”.
“La situación exige una respuesta urgente y coordinada de las Partes, ya que están en juego la vida de miles de personas, la integridad de ecosistemas únicos y la credibilidad del Convenio”, sentenció.
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Frente a esta situación, la EIA hace una serie de recomendaciones, entra las que están:
🍃 Las Partes deberán crear un Grupo de Trabajo Interseccional sobre el Comercio Ilegal de Mercurio, con el objetivo de facilitar el intercambio de información sobre los flujos ilegales de mercurio y las lecciones aprendidas en la lucha contra las redes criminales, nacionales y transnacionales.
🍃 La Secretaría deberá liderar el seguimiento de un proyecto piloto de cierre de una mina de mercurio para mejorar el conocimiento colectivo y la experiencia técnica de las Partes en materia de cierre eficaz de minas.
🍃 La Secretaría además deberá digitalizar los procedimientos de consentimiento por escrito para las importaciones de mercurio y poner esta información a disposición. Lo deberá hacer a través de una base de datos en línea para facilitar una mayor transparencia, rendición de cuentas y trazabilidad.
🍃 Las Partes tendrán que priorizar y acelerar la eliminación gradual de la minería de mercurio a nivel mundial, idealmente a más tardar en diciembre de 2027 para las minas de mercurio mexicanas.
🍃 Las Partes deberán eliminar la denominada minería aurífera artesanal y en pequeña escala (MAAPE) de la lista de usos permitidos del mercurio en virtud del Convenio.
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