Mientras el Gobierno titula y otorga concesiones mineras y de hidrocarburos no está teniendo en cuenta el conocimiento de la biodiversidad ni del patrimonio natural que afecta con estas decisiones.
A esta conclusión llega Gonzalo Andrade, biólogo e investigador de la Universidad Nacional (UN), cuando revisa el inventario de los bienes en biodiversidad de Colombia, que ha realizado en el Instituto de Ciencias Naturales de esa institución durante 20 años en Bogotá.
Según datos contrastados durante ese tiempo, resulta alarmante el incremento en la aprobación de títulos mineros en el país (autorizaciones concedidas por el Gobierno para explotar áreas mineras) en comparación con los pocos avances en las caracterizaciones biológicas.
Hasta el momento, se han concedido cerca de 9.000 títulos y existen alrededor de 15.000 solicitudes pendientes, la mayoría corresponden a zonas protegidas o zonas de páramo. El impacto de estas concesiones se hace cada vez más evidente en regiones como Chocó, Boyacá y Santander, donde la explotación de oro, por ejemplo, está ocasionando una gran sedimentación en el río Atrato o en la Ciénaga de Ayapel.
Según el profesor Andrade, existe una falta de conocimiento sobre el potencial estratégico de la biodiversidad en el país. Colombia es uno de los 14 países con mayor biodiversidad del mundo, entre los cuales se encuentran Argentina, Bolivia, Brasil, China, Indonesia y Venezuela.
Asimismo, dentro de los países megadiversos (grupo de países con mayor índice de biodiversidad de la tierra), el país ocupa el cuarto lugar en diversidad de plantas, quinto en mamíferos, primer lugar en aves, tercero en reptiles, segundo en anfibios, segundo en peces dulceacuícolas y segundo en mariposas.
“La riqueza de especies y los endemismos (tendencia de algunas plantas y animales a limitarse de manera natural a una zona determinada) son, quizás, el patrimonio más importante que tiene el país. Por ello, se debe establecer una política de Estado que le permita a Colombia liderar el tema y convertirse en referente para las demás naciones”, asegura el experto, quien niega de forma categórica que los ecosistemas afectados por la minería sean recuperables, tal y como se anuncia en algunas campañas mediáticas realizadas por algunas multinacionales que trabajan en el país.
“Estos ecosistemas son irrecuperables. Solo para dar una idea: se necesitan entre 2.000 y 100.000 generaciones para la aparición de una nueva especie”, explica Andrade, cuyo estudio se basó en la información disponible en los institutos de investigación adscritos o vinculados al Ministerio de Ambiente, Vivienda y Desarrollo Territorial.
De ahí que estudios como este, realizado entre los años 2001 y 2010, con actualizaciones hasta 2013, resulten clave para conocer de forma específica las cifras de la biodiversidad, especialmente entre los propios organismos e instituciones del Estado.
Avance de la minería va más rápido que el estudio de la biodiversidad
Hasta el momento, se han concedido cerca de 9.000 títulos y existen alrededor de 15.000 solicitudes pendientes, la mayoría corresponden a zonas protegidas o zonas de páramo.
Sin comentarios aún. Suscribete e inicia la conversación