En mayo de 2020, la Dirección de la Mujer Rural del Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural (Minagricultura), con el apoyo de la Unión Europea, publicó el diagnóstico “Situación de las mujeres rurales en Colombia 2010-2018”, el cual visibiliza las principales brechas de género en la población rural.
El diagnóstico señala que, en comparación con los hombres rurales, las mujeres rurales dedican más horas de su jornada diaria al trabajo no remunerado, tienen una mayor tasa de desempleo e informalidad productiva, reciben menor ingreso promedio, cuentan con mayores índices de pobreza y acceden menos a activos productivos y servicios del sector agropecuario, como lo son la tierra, el crédito y la extensión agropecuaria, por mencionar algunos.
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Programas de cooperación con la Unión Europea como el de “Desarrollo Rural con Enfoque Territorial” (DRET) han contribuido al cierre de estas brechas, fortaleciendo políticas y proyectos del sector agropecuario mejorando indicadores de género relacionados con el acceso a tierras, créditos y extensión agropecuaria, así como con el fortalecimiento de capacidades técnicas para aplicar el enfoque de género en el talento humano de las instituciones.
Adicionalmente, entre los esfuerzos del Gobierno por impulsar las políticas y proyectos a favor de las mujeres rurales se debe resaltar el trabajo en conjunto entre la Dirección de la Mujer Rural del Minagricultura y el Programa DRET, que en su segunda fase impulsa la cohesión de acciones sectoriales y el diálogo multiactor de la mano de la Unión Europea, la Agencia Italiana de Cooperación para el Desarrollo (AICS) y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
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Gracias a esta alianza, se logró avanzar hacia la equidad de género en la ruralidad a través de la incorporación del enfoque de género en la Agencia de Desarrollo Rural (ADR), entidad encargada de ejecutar la política de inclusión productiva del sector agropecuario. “Esto contribuye a fomentar la autonomía económica de las mujeres rurales, lo cual a su vez genera un impacto positivo en su calidad de vida y la de sus familias, así como en el crecimiento económico rural”, indica Gina Pérez, directora de Mujer Rural del Minagricultura.
De otro lado, se destaca la estructuración del sistema de información del Fondo de Fomento para las Mujeres Rurales (Fommur), el cual fue concebido con la Ley 731 de 2002 (Ley de Mujer Rural), pero sólo en 2022 se logró la creación de un rubro de gasto propio en el presupuesto de la nación, garantizando su sostenibilidad. El Fommur es una herramienta estructural que también promoverá la autonomía económica de las mujeres rurales.
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“Esta alianza con la Unión Europea, AICS y FAO igualmente ha permitido robustecer las estrategias para fomentar la participación de las mujeres rurales en los espacios de toma de decisión del sector agropecuario y para optimizar la articulación entre Gobierno Nacional, entes territoriales y mujeres rurales”, afirma la directora Pérez.
Y agrega que los resultados mencionados “nos demuestran que la cooperación internacional es una gran impulsora en el camino hacia la equidad de género en la ruralidad, extendiendo la capacidad técnica y el alcance del Estado”.
Para la directora de Mujer Rural, “la inclusión de la mujer rural con equidad es clave para potenciar el crecimiento económico, el desarrollo rural y así avanzar hacia la creación de una sociedad más justa y en paz”.