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El modelo de ganadería sostenible en Caquetá y Meta que deja una semilla en Colombia

En estos dos departamentos del país, 1.067 familias ganaderas participaron en una iniciativa para impulsar un desarrollo sostenible de esta cadena productiva. Sus resultados, que fueron expuestos recientemente en un evento en Bogotá, dan pistas de cómo es posible crear sistemas ganaderos rentables que conservan los ecosistemas y generan bienestar.

Redacción BIBO

31 de octubre de 2025 - 05:29 p. m.
En estos dos departamentos del país, 1.067 familias ganaderas participaron en una iniciativa para impulsar un desarrollo sostenible de esta cadena productiva. Sus resultados, que fueron expuestos recientemente en un evento en Bogotá, dan pistas de cómo es posible crear sistemas ganaderos rentables que conservan los ecosistemas y generan bienestar. 
Foto: Prorural / GIZ

Esta semana se conoció que en los últimos 40 años, Colombia perdió un estimado de 5,68 millones de hectáreas de bosques —un área equivalente a dos veces el tamaño del departamento del Tolima— según reveló una nueva base de datos verificada por la plataforma Mapbiomas Colombia. En esta problemática histórica, la Amazonía concentra la mayor parte de esta destrucción, con 2,7 millones de hectáreas menos desde que se llevan registros de este ecosistema clave para la estabilidad del clima en el mundo.

Como explica Leonard Maue, consejero de Acción Climática de la Embajada de Alemania, “lamentablemente en los últimos meses, hemos visto de nuevo un aumento de la deforestación en la Amazonía que, aunque en niveles menores que los históricos, es una situación preocupante. Y en estos retos, la ganadería es el principal motor de pérdida de bosque en la Amazonía, por lo que existe la necesidad de armonizar estas producciones con la conservación”.

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Con este enfoque, en el país se ha venido desarrollando el proyecto Prorural, ejecutado por GIZ, la agencia de la Cooperación Alemana en Colombia, por encargo del Ministerio Federal de Cooperación y Desarrollo de Alemania (BMZ), con el objetivo de fortalecer capacidades de actores públicos y privados, para avanzar hacia una ganadería sostenible y libre de deforestación.

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El balance de estos esfuerzos en el territorio fue presentado esta semana en un evento en Bogotá, en el que se reunieron actores privados, públicos y comunitarios para compartir las lecciones que deja este proceso, así como los proyectos semilla que empiezan a crecer en estos territorios. En este se realizaron paneles y presentaciones de las claves de estos procesos para asegurar el desarrollo sostenible en estas regiones del país.

Estas acciones se concentraron en 15 municipios del Caquetá y 8 del Meta, en los que se buscó fortalecer las capacidades para impulsar una ganadería sostenible, para generar mejores condiciones para los productores y, al tiempo, impulsar la conservación.

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Estas acciones hacen parte de las más de 24.600 hectáreas de bosques que están protegidas en predios ganaderos de ambos departamentos, gracias a acuerdos voluntarios de conservación promovidos en el marco del programa Prorural. Con ello, se contribuye al cumplimiento de los compromisos nacionales de reducción de la deforestación. En total, 1.067 familias ganaderas participaron en el programa, fortaleciendo sus capacidades para implementar prácticas de ganadería sostenible.

La estrategia para avanzar hacia una ganadería sostenible

Tanto el Meta como el Caquetá son departamentos ganaderos, en los que un gran número de familias e industrias se dedican tanto a la producción de leche y carne para el consumo nacional e internacional. Para ponerlo en perspectiva, cifras oficiales apuntan a que en Colombia se producen cerca de 20 millones de litros de leche al día, de estos, alrededor de dos millones provienen del Caquetá, lo que representa cerca de un 10 %. Y el objetivo del programa era demostrar cómo es posible hacerlo de manera sostenible.

Para lograr esto, desde 2022, el programa desplegó una estrategia de fortalecimiento en tres niveles: el nivel nacional, el nivel de organizaciones regionales, y el nivel empresarial y en medio de talleres y espacios de discusión sobre la sostenibilidad del sector, se identificaron tanto retos como oportunidades para fortalecer el sector.

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El modelo de ganadería sostenible en Caquetá y Meta que deja una semilla en Colombia.
Foto: Prorural

Uno de los primeros asuntos que se atendieron fue el despliegue de prácticas sostenibles, lo que se logró, con el apoyo de extensionistas, para lograr un mejor manejo de potreros, con rotaciones y periodos de descanso en los suelos, así como el ajuste de carga animal para evitar la degradación de los ecosistemas, el uso de biopreparados y abonos orgánicos, todo esto apoyado con un acompañamiento técnico para consolidar producciones sostenibles.

Claudia Viviana Martínez, productora de Vista Hermosa (Meta), quien considera, por su parte, que “con la ganadería sostenible generamos más ingresos para nuestros proyectos en la finca y ahorramos tiempo, evitamos muchos procesos negativos que se presentan en la ganadería extensiva”.

En sentido, estas buenas prácticas vinieron acompañadas de un aumento de la productividad en el Caquetá y en el Meta, con un aumento respectivo del 31 % y 46 % en las producciones de leche, y para el caso de la industria cárnica se logró mejorar los rendimientos en un 23 % y 5,6 %. Además, se implementaron medidas e inversiones para mejorar la calidad e inocuidad del transporte de la leche con la consolidación de una cadena de frío.

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“Lo que se desarrolló en el proyecto fue hacer crecer la productividad sin aumentar un solo metro de potrero en el bosque. Pudimos duplicar la productividad cuando aplicamos prácticas sostenibles sin aumentar la presión en los ecosistemas, sino al contrario devolviendo esa conectividad”, afirma Rafael Torrijos, del Comité de ganaderos de Caquetá.

En este aspecto, uno de los elementos claves fue la prestación del servicio de extensionismo, en el que profesionales brindan acompañamiento técnico y de transferencia de conocimientos para apoyar el desarrollo rural y agropecuario. En el área de influencia del programa este servicio fue prestado a 536 familias para las mejoras en sus predios, y se tienen planes para ampliar la cobertura a más productores.

En esta misma línea, con el apoyo del SENA y otros aliados formaron 92 extensionistas en el territorio, así como 64 promotores para fortalecer la aplicación de diferentes metodologías en el territorio. Esto último, se espera, pueda contribuir a fortalecer las estrategias de monitoreo para mejorar la trazabilidad de la ganadería.

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Lo invitamos a leer: Empresas lácteas que impulsan la transición energética en el Caquetá y el Meta.

Precisamente, otro de los puntos que apoyó el programa es el apoyo a los Acuerdos de Cero Deforestación de las cadenas láctea y cárnica, que hacen parte de la apuesta mundial para frenar la deforestación para 2030. A ojos de Sandra Durango, de la Alianza de Bioversity International y el Centro Internacional de Agricultura Tropical, “desde Prorural se le dio un gran impulso a estos compromisos de evitar la pérdida de bosque a través de la asistencia técnica para que empresas empiecen a desarrollar protocolos de verificación revisados por los ministerios y terceros, y así asegurar que los actores a lo largo de su ciclo productivo no deforesten. Esto, además, abre la puerta para estas empresas, que han parte de estos acuerdos, puedan a la vez distinguirse en los diferentes mercados por estas acciones de sostenibilidad”.

Uno de elementos claves para el éxito de Prorural, ha sido lograr una sinergia entre los diferentes actores en el territorio. “Creo que una de las claves del proyecto es que los diferentes tomadores de decisiones, desde el nivel nacional y departamental como los ministerios y las gobernaciones, hasta las organizaciones regionales, como los comités ganaderos, las mipymes lácteas y las familias ganaderas trabajaron de la mano para materializar esas ideas que nos propusimos”, explica Maue, de la embajada de Alemania.

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De acuerdo con los organizadores del programa, el éxito de la iniciativa se explica por la articulación de actores clave como el SENA, FEDEGAN, la Universidad de la Amazonia, el Comité de Ganaderos del Caquetá, ICA, AGROSAVIA, Alianza Bioversity – CIAT, el Ministerio de Agricultura, el Ministerio de Ambiente, en el marco de los Acuerdos Cero Deforestación, entre otros.

Uno los enfoques de esta estrategia es la gran participación de las mujeres, con cerca del 30 % de los predios intervenidos son liderados por ellas. También se logró contar con la participación del 50 % de mujeres en los programas de capacitación, con lo que se busca que este cambio en términos de sostenibilidad también avance hacia la equidad de género en el sector ganadero.

Las oportunidades verdes que surgieron de la ganadería

Uno de los hitos del proyecto, en el marco del fortalecimiento de la cadena láctea y cárnica fue la identificación de oportunidades para utilizar energía alternativa para fincas ganaderas y mipymes lácteas.

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En particular, de la mano con la consultora Óptima, se logró formular un proyecto de prefactibilidad para la creación de una comunidad energética conformada por empresas de la industria láctea del Caquetá, una figura que viene siendo desarrollada por el Ministerio de Energía para que asociaciones instalen sistema de energía sostenible y vendan energía a la red.

Se trata de una granja solar para generar energía limpia para 18 empresas lácteas del Caquetá. “El objetivo de la granja solar es que produzca energía, aprovechando la radiación solar que tenemos en el departamento para venderla a la red nacional y con esos recursos subsidiar el tema de los costos de las industrias y empezar a reducir los costosde producción”, explica Luisa Fernanda Maya, presidente de la Asociación Amazónica de Industriales Lácteos del Caquetá (AMALAC).

A esto se suma, como explica Pedro Valderrama, asesor político de GIZ para Prorural, que, en alianza con la Universidad de la Amazonía, Fedegan, Comité de Ganaderos de Caquetá y la Agencia de Reincorporación y Normalización, “se identificaron oportunidades de negocio verdes complementarias, con la obtención de frutos amazónicos, y con actividades de turismo naturaleza para mostrar la gran biodiversidad de la región, en las que algunas familias ya están generando ingresos y otras tiene todo listo para empezar a hacerlo en el futuro. El objetivo es conservar el bosque a la vez que se logran más ingresos a las familias, en particular para jóvenes y mujeres”.

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A partir de estos y otros aspectos, el programa Prorural deja varios perfiles de proyecto, proyectos en prefactibilidad, y propuestas de ‘proyectos tipo’ con los que se espera que la red de actores públicos y privados que ha sido parte del proyecto, puedan seguir avanzando hacia una ganadería más competitiva, sostenible y comprometida con la protección de los bosques, y que lo que hizo ProRural sea un modelo escalable en Meta y Caquetá y replicable para otras regiones del país.

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