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Canal del Dique a prueba del cambio climático

Gobierno puso en marcha un proyecto de restauración que promete beneficiar a un millón 500 mil personas de 18 municipios de la Costa Caribe.

El Espectador
12 de agosto de 2013 - 01:36 p. m.
Canal del Dique a prueba del cambio climático

 

El ministro de Ambiente y Desarrollo Sostenible, Juan Gabriel Uribe, anunció este fin de semana en Cartagena la contratación de los estudios y diseños integrales de las obras de recuperación del Canal del Dique, que estarán a cargo del Consorcio Dique.

Estamos celebrando dos hechos históricos: uno, por Cartagena y el Caribe, y otro, por Colombia, que logra adaptarse con este proyecto al cambio climático, fenómeno que nos ubica como el tercer país del mundo más vulnerable”, dijo Uribe.

El proyecto busca que se plantee la mejor solución para controlar los sedimentos que arrastra el río Magdalena hacia el canal de tal manera que se pueda recuperar parte de su navegabilidad. También se busca garantizar el suministro de agua para consumo humano, la prevención y mitigación de impactos ambientales y el control de inundaciones en temporadas de invierno.

Es un proyecto que constituía un anhelo de toda la vida y hoy es una realidad con el apoyo de Holanda, país que más sabe del tema”, aseguró Uribe al resaltar que incluye el tema de desarrollo sostenible, porque contempla las variables social, económica y ambiental.

Agregó que un millón 500 mil personas que viven en la cuenca del Canal del Dique se beneficiarán con la restauración de la ecorregión, que comprende cerca de 100 mil hectáreas. “Con la activación de este proyecto se busca salvar la bahía de Cartagena”, enfatizó.

Alrededor de los 115 kilómetros que recorre el canal, se desarrollan actividades de ganadería, agricultura, pesca, navegación fluvial y se prestan servicios ambientales. Del sistema hacen parte 18 municipios de los departamentos del Atlántico, Bolívar y Sucre; las bahías de Barbacoas y Cartagena, y el Parque Natural Nacional Corales de Islas del Rosario.

La gerente del Fondo Adaptación, Carmen Arévalo, dijo que por sus funciones multipropósito y su riqueza ambiental, la restauración del sistema Canal del Dique es un proyecto clave para la ecorregión y para Colombia.

Hoy es un día histórico para el país, para esta zona, para Cartagena, para la cuenca del Canal, cuando efectivamente materializamos este proyecto del Canal del Dique”, afirmó.

El gobierno ha dicho que el proyecto no se limitará a reforzar obras de ingeniería sino que busca tener un enfoque integral para incluir aspectos físicos, sociales y de biodiversidad. El Consorcio Dique, a cargo de los estudios, está conformado por la empresa holandesa Royal Haskoning DHV y la firma colombiana Gómez Cajiao, que ejecutará el contrato en un plazo de 25 meses.

Un viejo problema

Las crisis han marcado la historia del Canal del Dique casi desde su construcción en la década del 50 del siglo pasado. Pero cuando se hizo innegable para todos, gobierno, autoridades locales y habitantes de la zona, que era hora de tomar cartas en el asunto fue durante la pasada temporada invernal de 2010. En noviembre de ese año, la fuerza del río Magdalena provocó un boquete de 240 metros y las aguas inundaron cientos de hectáreas dedicadas a la agricultura y la ganadería.

El Canal del Dique arranca en Calamar, Bolívar. Se calcula que el 10% del caudal del río Magdalena se desvía por esta arteria de unos 100 metros de ancho. Su construcción se remonta a 1956 cuando el gobernador de Cartagena, Pedro Zapata de Mendoza, ordenó un trabajo de limpieza y conexión de las ciénagas del norte del departamento.

De los muchos proyectos de ingeniería y los millones de pesos que se han invertido en el Canal se destacan tres intervenciones (una entre 1923 y 1930, otra entre 1951 y 1952, y una última entre 1980 y 1984). Todas apuntaron a un mismo fin: moldear su recorrido para pasar de 273 curvas, que hacían lento y trabajoso el camino, a sólo 50. También se trabajó en un ensanchamiento que permitiera el tránsito de barcos de vapor.

Lo que debía ser una solución económica para la región se convirtió en un dolor de cabeza. Nadie calculó que los sedimentos serían tan altos y que el efecto sobre la bahía de Cartagena, frente a las Islas del Rosario, se convertiría en una tragedia ambiental. Se calcula que unos 10 millones de toneladas de sedimentos ingresan cada año al Canal del Dique. De éstas, 2 millones llegan a la bahía de Cartagena. La navegabilidad, por supuesto, cada día se fue haciendo más difícil.

La solución de este problema histórico apenas comienza. El gobierno acaba de contratar los estudios iniciales de una solución final que podría superar inversiones por 1 billón de pesos.

 

Por El Espectador

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