Durante los últimos dos meses, una grieta gigante en la Antártida ha ido creciendo la longitud de hasta cinco campos de fútbol por día. Ahora está a tan sólo 32 kilómetros de desprenderse completamente del hielo y convertirse en el iceberg más grande registrado en la historia: 5.000 kilómetros cuadrados, tres veces más grande que Bogotá.
La grieta, que ya alcanza los 175 kilómetros de longitud, está ubicada en la barrera de hielo Larsen C, al noroeste del continente blanco, encargada de frenar el flujo de los glaciares (ríos de hielo) que tiene detrás.
De acuerdo con el Proyecto Midas, un equipo de investigadores que ha monitoreado la grieta desde 2014, el trozo de hielo podría desprenderse “en los próximos meses, muy pronto”.
En 1995 se desintegró completamente la barrera Larsen A, perdiendo una superficie del tamaño de Berlín, y en 2002 se desprendió Larsen B. Aunque ambas eran mucho más pequeñas que Larsen C, se alcanzó a presentar un aumento en el nivel del mar, por lo que los científicos temen que, para esta ocasión, los glaciares que están detrás de la barrera se empiecen a agrietar rápidamente, lo que podría aumentar el nivel del mar global hasta 10 centímetros.
Según el doctor Eric Rignot, glaciólogo de la NASA, la estabilidad de toda la plataforma de hielo está amenazada dado que sólo pende de dos hilos. Aunque la grieta se debe a cambios geográficos, el calentamiento global podría acelerar el proceso.