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Deshielo de la Antártida sería más grave de lo esperado

Un nuevo estudio muestra que el derretimiento de esa región podría incrementar en un metro el nivel de los océanos para el año 2100. Para 2500 aumentará 15 metros y pondrá en jaque a ciudades costeras.

Redacción Vivir
31 de marzo de 2016 - 04:47 p. m.
Flickr - Matias Puga / Flickr - Matias Puga
Flickr - Matias Puga / Flickr - Matias Puga

Desde hace varios años una de las noticias que acompañan los desoladores anuncios sobre cambio climático es el derretimiento de las zonas polares de la Tierra. Con constancia se publican estudios y alertas que advierten sobre esa relación entre el deshielo y sus consecuencias sobre el nivel del mar. La ecuación es simple: mientras más avanza el calentamiento global, lugares como la Antártida se derriten cada vez más rápido y eso desemboca en un inevitable aumento de los océanos. Y eso implica que a medida que ese fenómeno avanza, territorios costeros cada día se enfrentan a un riesgo mayor.

Sobre eso, varias veces ha llamado la atención el Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPPC), la máxima autoridad en estos temas. Sin embargo, una nueva investigación, publicada en la prestigiosa revista Nature, muestra que el panorama puede ser mucho peor de lo que hemos imaginado hasta ahora: el derretimiento de la Antártida puede ser mucho mayor de lo que ha estimado el IPPC. Eso indicaría que el aumento en el nivel del mar podría ser el doble de lo estimado. 

A esa conclusión llegaron investigadores de las universidades de Massachussetts Amherst y la Estatal de Pensilvania, tras simular los procesos de deshielo que se presentaron en la Tierra hace tres millones de años, lo que creó un modelo mucho más confiable que los existentes.

En términos concretos, creen que si la población continúa emitiendo gases efecto invernadero al mismo ritmo al que lo ha venido haciendo, para el año 2100 el nivel de los océanos aumentará más de un metro. Y, lo que es peor, para 2500 ascenderá 15 metros.

Eso, en otras palabras, implicaría que ciudades como Boston, al nororiente de Estados Unidos, experimenten incrementos del mar de hasta 1,5 metros en sus costas.

“En este caso, el calentamiento de la atmósfera pronto se convertirá en el conductor dominante de la pérdida de hielo, pero el calentamiento del océano prolongado retrasará la recuperación durante miles de años”, explicaron los investigadores en el artículo.

Sin embargo, como le dijo al New York Times, David Pollar, de la U. Estatal de Pensilvania y autor del estudio, esto no quiere decir que inevitablemente va a suceder, “pero sí es una señal de que hay un peligro inminente que debería recibir mucha más atención”. Y ciudades como Nueva York, Miami, Nueva Orleans, Hong Kong y Sydney también entrarían en la lista de lugares con alta vulnerabilidad.

Pero no todas las noticias son malas. De acuerdo a la investigación, el posible colapso de la Antártida podría detenerse si se hace un esfuerzo por detener las emisiones de gases efecto invernadero. Y esta es un anuncio alentador porque ya varios estudios habían hablado de un retroceso imparable de esa región. Pese a ello, hay un punto aún más preocupante: salvarla requiere esfuerzos mucho más grandes que los que se pactaron en la Cumbre del Clima en París a finales del 2015.
 

Por Redacción Vivir

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