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¿Dónde quedó la biodiversidad en el Plan Nacional de Desarrollo?

El camino que deberá seguir Colombia en su próximo cuatrienio (2014-2018) lo traza este documento. ¿Cuáles son los pros y contras en materia ambiental? Expertos responden.

María Paulina Baena Jaramillo
02 de julio de 2015 - 03:48 a. m.
Mary Lou Higgings, Manuel Fernando Castro, Brigitte Baptiste, Claudia López, Juan Pablo Ruiz, Pablo Viera.
Mary Lou Higgings, Manuel Fernando Castro, Brigitte Baptiste, Claudia López, Juan Pablo Ruiz, Pablo Viera.

A comienzos de este mes el presidente Juan Manuel Santos aprobó la ley bajo la cual se rige el Plan Nacional de Desarrollo (2014-2018). Al otro día las bancadas del Polo Democrático y la Cumbre Agraria ya la habían demandado ante la Corte Constitucional por considerarla ilegal.

Las razones son tres, según los demandantes: primero, porque permite la actividad minera en zonas de páramo y se desconoce el derecho al agua. Segundo, porque les abre la puerta a los proyectos de interés estratégico (PINE) bajo una figura llamada “áreas de reserva estratégicas mineras”, que fomentan el desarrollo minero-energético, pero pasan por encima de los entes locales. Y tercero, porque omitió la conciliación que se hizo del plan en la Cámara de Representantes.

Ante esta discusión recogimos la opinión de expertos, ambientalistas, técnicos y funcionarios públicos frente a las oportunidades y retos ambientales del plan. Algunos coinciden en que el “Crecimiento verde” es un capítulo innovador y marca las pautas ambientales en todos los sectores productivos, pero cuestionan la protección de los páramos, cada vez más amenazados por la minería.

Mary Lou Higgins, directora de WWF Colombia
 
El Plan Nacional de Desarrollo, la hoja de ruta para los próximos cuatro años, presenta oportunidades para mejorar la gobernanza del agua y de los ecosistemas. Estas son: la estrategia de crecimiento verde, de pagos por servicios ambientales y de cambio climático, la creación del Consejo Nacional del Agua, el desarrollo y fortalecimiento de los POMCAS, el compromiso de reducción de la deforestación, el incremento de las áreas protegidas y la restauración de bosque degradado.

Adicionalmente al PND, hay otras iniciativas positivas del gobierno en términos jurídicos para fortalecer la política y legislación ambiental como la gestión de una nueva ley de cambio climático y un reglamento de las tasas por uso de agua.

Sin embargo, también hay grandes retos que superar. En primer lugar, hay que fortalecer la conservación y valoración de ecosistemas críticos para la regulación del agua como los páramos, humedales y bosques alto andinos.

Segundo, el eje transversal de crecimiento en el PDN es un gran logro para el país, pero el reto depende de cómo transformar el modelo económico dependiente de los recursos extractivos por uno que promueva la energía renovable e innovación en las actividades productivas.

Tercero, la protección de lugares únicos en el mundo por su biodiversidad como el Amazonas y el Choco Biogeográfico que pueden verse gravemente impactados con el desarrollo de actividades extractivas sin una esquema efectiva de ordenamiento.

Finalmente, hay que fortalecer la inversión financiera en el sector ambiental y la gestión de la ¨infraestructura verde¨, es decir, los ecosistemas naturales del país.
 
Claudia López, senadora por el Partido Verde
 
Al país y al medio ambiente les fue muy mal en el PND. Es una burla que se diga que este PND es del crecimiento verde. Este PND es un plan de minería como sea. Esto no es radicalismo ambiental sino sentido común. La mitad de los páramos del mundo están en Colombia. El 60% de licencias están en los municipios que tienen páramos. ¿Por qué no hacen la minería en los 650 municipios restantes?
 
Este gobierno no ha entendido una cosa elemental: no vamos en contra de la economía de mercado, sino que debemos desarrollar nuestras ventajas comparativas. Somos la séptima riqueza del mundo en agua, la número 19 en petróleo y la 24 en oro. ¿Cuál es entonces el recurso estratégico que debemos producir y patrocinar?
 
Juan Pablo Ruiz, miembro del Consejo Nacional de Planeación
 
El capítulo de crecimiento verde es una clara manifestación de la voluntad del Ejecutivo para asumir las recomendaciones de la OCDE y llevar el tema de la gestión ambiental a diversos sectores productivos y sociales. La limitación es que muchos de estos propósitos no tienen metas precisas ni recursos financieros asignados para avanzar en el cumplimiento de lo propuesto.
 
En referencia a los páramos, la ley del PND permite que los mineros con título y licencia ambiental anterior a 2010 y las de hidrocarburos anteriores a 2011 adelanten sus proyectos de explotación. La propuesta del Consejo Nacional de Planeación es que se suspendan todas las explotaciones de recursos no renovables en los páramos.
El gran riesgo es que la minería en los páramos tome fuerza. El reto es demostrar que el derecho al agua es fundamental.
 
Un contenido negativo del PND son las llamadas licencias exprés, que definitivamente no deben ser aplicables para proyectos complejos, pues los tiempos establecidos no permiten que los estudios se revisen con suficiente juicio.
 
El artículo 192 del PND genera un gran desequilibrio para que las comunidades puedan participar de manera efectiva en las decisiones sobre protección a un ambiente sano y a sus cuencas hídricas amenazadas por minería.
 
El Ejecutivo debe asegurar una completa transparencia en el uso de los recursos públicos asignados en el PND a la gestión ambiental y así contribuir a una efectiva y eficiente presión ciudadana.
 
Pablo Viera, viceministro de Ambiente y Desarrollo Sostenible
 
Sería una irresponsabilidad decir que el crecimiento verde dentro del plan no es un logro. El plan incorpora metas cuantificables para mejorar la gestión ambiental de los sectores y orientaciones para que su desarrollo se planifique sobre la base de los retos que plantea el cambio climático.
 
El plan da un mandato a los sectores de la economía para que implementen planes de acción sectoriales para reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero, causantes del cambio climático. Por primera vez el país habla de metas cuantitativas para reducir estas emisiones, las cuales deberán ser acordes con la contribución nacional que Colombia anunciará al mundo como su aporte al nuevo acuerdo climático global que se firmará a finales de este año.
 
Los sectores deberán implementar planes de adaptación al cambio climático. Esto permitirá prevenir daños y pérdidas relacionados con los impactos de este fenómeno en los sectores de salud, vivienda, industria, energía, minas, transporte e infraestructura.
 
El plan prioriza la conservación y el uso sostenible de la biodiversidad a través de metas concretas para combatir su pérdida. El país se ha propuesto reducir de 121.000 a 90.000 hectáreas la tasa anual de deforestación a 2018 y de iniciar el proceso de restauración en 210.000 hectáreas de ecosistemas degradados adicionales a las 90.000 que se lograron el cuatrienio pasado. El objetivo a 2020 será reducir a cero la deforestación neta en la Amazonia y a 2030 evitar la pérdida de bosques naturales en el país.
 
En los páramos se mantiene la prohibición de hacer minería: sobre el área de referencia para la delimitación de páramos no se podrán otorgar títulos mineros. El plan legisla claramente sobre qué ocurre con los títulos mineros que contaban con autorización ambiental partiendo de que la licencia ambiental previene, mitiga, corrige o compensa los daños sobre el ecosistema.
 
En el plan se parte de la necesidad de asegurar la conservación de los páramos y garantizar los servicios ecosistémicos que estos proveen, permitiendo alternativas de vida para sus pobladores.
 
Manuel Fernando Castro, subdirector de inversión pública del DNP
 
Debemos convivir con las restricciones presupuestales. Este plan incluye 16.2 billones asignación presupuestal y sector ambiental $9,5 billones. Si se compara con el PND del 2006 se le dieron $617 mil millones de pesos al sector ambiental.
 
Ningún plan anterior tiene alcance en políticas ambientales como tiene este plan. Debemos entender que la perspectiva de crecimiento verde es progresiva y no se da de la noche a la mañana.
 
Brigitte Baptiste, directora del Instituto Humboldt
 
En relación a las estrategias transversales, el plan únicamente concentra los resultados ambientales sectoriales a metas globales de desempeño, como emisiones de carbono y disminución de la tasa de deforestación. La información no se articula con indicadores de pérdida de biodiversidad o con incidencia en la creación de conflictos sociales, ambientales o indicadores de bienestar, los cuales nos pueden mostrar si vamos por buen camino hacia la consolidación de la paz.
 
Desde la estrategia territorial, vale la pena aclarar que no se incluye la visión de la región Amazónica. La entrega de autonomía territorial y financiera a los pueblos indígenas es excluida.
 
El anterior Plan Nacional de Desarrollo posicionó los temas de biodiversidad y los servicios ecosistémicos en el eje de sostenibilidad ambiental. La actual propuesta no los nombra de manera explícita, a pesar de ser dos temas muy importantes para el desarrollo del crecimiento verde.
 
Biocomercio y ecoturismo son grandes impulsadores de emprendimientos socioambientales. Son necesarios y requieren de apoyo del Gobierno en las condiciones actuales de pérdida de biodiversidad y urgencia de oportunidades para la paz y superación de la pobreza.
 
Colombia es un país anfibio y tiene una importante tradición de pesca artesanal. El sector pesquero cuenta con un gran potencial social y ambiental que requiere atención urgente.
 
***
 
Estrategia de biodiversidad del Grupo EPM
 
El Grupo EPM reconoce la dependencia de sus actividades de los servicios ecosistémicos y entiende que la oferta ambiental para su desarrollo está determinada en gran parte por la protección y conservación de las áreas de importancia urbana y rural.
 
La formulación de la estrategia para la conservación de la biodiversidad tiene un alcance inicial para los negocios en Colombia, cuenta con el apoyo de la Agencia Francesa de Desarrollo (AFD) y la Wildlife World Foundation (WWF) y permite proporcionar los lineamientos para mejorar decisiones corporativas en torno a los servicios ecosistémicos.
 

Por María Paulina Baena Jaramillo

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