Lena Estrada Añokazi se convirtió, a finales de febrero de este año, en la primera mujer indígena que ocupa un ministerio en Colombia. Estrada, Uitoto M+n+k del Amazonas, llegó a la cartera de Ambiente para reemplazar a Susana Muhamad, una de las ministras que más tiempo había permanecido bajo el gobierno de Gustavo Petro.
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En los poco más de dos meses que lleva en el cargo, ha tenido que hacerle frente a la discusión que generó el proyecto de resolución de lineamientos ambientales para la Sabana de Bogotá y la capital del país. También participó de las últimas reuniones para lograr un hito histórico del movimiento indígena del país: la publicación del decreto que establece la hoja de ruta para la formalización de las entidades territoriales indígenas (ETIS), una promesa de la Constitución Política de 1991 que no se había materializado.
Al margen de los debates coyunturales y de las noticias más recientes, Estrada es consciente de las otras problemáticas que debe enfrentar como líder de la cartera ambiental: deforestación, hipopótamos invasores, el futuro del pez basa y la reglamentación pendiente de los bonos de carbono, un mercado que plantea varias inquietudes, sobre todo entre los pueblos indígenas de la Amazonia colombiana. En entrevista con El Espectador responde por estos y otros retos.
Hace unos días completó los primeros dos meses al frente de la cartera, ¿cómo encontró el ministerio?
Nos hemos encontrado un ministerio que ha estado un poco desconectado de las realidades territoriales del país. Por eso hemos empezado un trabajo fuerte para establecer unas relaciones con todos los sectores institucionales —alcaldías, gobernaciones, concejos de las diferentes partes del país—, la Cámara de Representantes, el Senado de la República, los otros ministerios y las corporaciones autónomas regionales. Hemos estado en una conversación directa y muy fluida con toda la institucionalidad que es lo que tiene que hacer el ministerio.
Y, por otro lado, ha implicado también poner en el centro a las comunidades que viven en los territorios, que tienen necesidades y que son los que cuidan la biodiversidad de nuestro país. Sobre todo estamos tratando que todos los programas que tenemos aquí en este ministerio vayan directamente a las comunidades sin que tengamos tantos intermediarios, que es lo que ha ocurrido históricamente. En ese camino de los intermediarios, se nos pierden a veces los objetivos y no terminan llegando las acciones concretas a los territorios. Eso vamos a evitarlo, vamos a hacer ese cambio, a transitar a un diálogo directo con la población que vive en los territorios.
Hace unos días se expidió un decreto que salda una deuda de más de 30 años con los pueblos indígenas: el que formaliza las entidades territoriales indígenas (ETIS). Usted estuvo en las últimas reuniones, ¿cómo recibe ese decreto?
Pues muy bien, ha sido un logro enorme de todas las organizaciones indígenas, de todas las poblaciones del país que pertenecen a los territorios indígenas, porque realmente esto se estaba esperando desde la Constitución del 91. Había que reglamentar y afortunadamente con este gobierno se ha llegado a una conversación muy adecuada y muy cercana también con los ministerios que han estado implicados.
Esto nos da unas garantías también a nivel ambiental para que protejamos realmente los territorios, porque es que los territorios más protegidos y más biodiversos son los territorios donde habitan los pueblos indígenas, pero aún no habíamos tenido dentro de esos territorios una autonomía clara, que es lo que se les está dando en este decreto a los territorios indígenas. No va a haber la intermediación que existía antes, que era con alcaldías o con gobernaciones. Ahora, el Estado tendrá que hacer una reestructuración para que los fondos vayan directamente a estos consejos que se tienen que empezar a conformar desde la visión propia de los pueblos indígenas y esto implica un cambio estructural en el país, un cambio en el mapa de nuestro país.
¿Qué retos, pero también qué ventajas identifica en la puesta en marcha de estas ETIS?
Va a ser un reto para las organizaciones indígenas que puedan ahora hacer un trámite que es por medio del Ministerio del Interior y que puedan también establecer las conversaciones internas para ver cómo se van a hacer esas delimitaciones de las entidades territoriales. Hay que entender que los resguardos indígenas, de una u otra manera, han venido un poco con una influencia desde los gobernantes, desde los gobiernos que han estado en curso cuando se ha conformado cada resguardo. Ahora, los pueblos indígenas tienen la oportunidad de definir de dónde a dónde va su territorio, incluso más allá de los resguardos que están hoy conformados o, incluso, más allá de las líneas que conforman los departamentos.
Se espera que salga prontamente otro de los decretos en donde se están proyectando unas entidades territoriales que abarcan dos o tres departamentos, porque van por afinidades culturales de los pueblos indígenas. Eso va a ser un reto, no solo para los pueblos indígenas, sino también para la institucionalidad, porque implica que pueda entender otra realidad que hasta este momento ha sido invisible y que afortunadamente ya ha sido reconocida. Es un reto para todo el país.
En los últimos meses, también hubo mucha discusión alrededor del proyecto de lineamientos ambientales para la Sabana de Bogotá y la capital del país. ¿En qué va ese proceso?
Desde el Ministerio de Ambiente se ha puesto una tutela y estamos esperando la respuesta. Eso no significa que vayamos a esperar hasta que la respuesta nos llegue, sino que mientras tanto vamos a iniciar unos diálogos para establecer unas mesas con los diferentes sectores de la sociedad y también con la institucionalidad. Eso lo tenemos que iniciar. Hemos estado internamente organizándonos porque tenemos varios puntos que son álgidos y que tenemos que resolver aquí en el ministerio, pero es algo que está a punto de salir.
¿Qué busca la tutela?
La tutela busca que pueda ser reconocida la resolución que ya nosotros habíamos tramitado.
¿Ha tenido la oportunidad de conversar con el alcalde de Bogotá?
Aún no hemos conversado.
El año pasado, el gobierno nacional expidió otro decreto en el que se reconoce que las autoridades indígenas son también autoridades ambientales. Sin embargo, los mismos pueblos indígenas han criticado el decreto porque no destinó presupuesto para fortalecer esa autoridad. ¿Ha tenido la oportunidad de revisar este tema?
Con respecto a los fondos de las autoridades ambientales, evidentemente eso también es nuevo, salió a finales del año pasado y no quedó proyectado para este año el recurso que pudiera implementar las autoridades ambientales. Sin embargo, ya estamos en unas conversaciones con las organizaciones indígenas para que podamos establecer una ruta de trabajo conjunto para la implementación de este decreto. Vamos a empezar por una socialización con todas las organizaciones y las comunidades que hacen parte de los resguardos, eso va a ser a nivel nacional, y después de que salgan los resultados de esta primera socialización, pues vamos a establecer la ruta que vamos a trabajar y sobre la marcha vamos también a buscar recursos para ver cómo vamos a hacer. Es algo que es urgente, y que esperamos dejar iniciado en este gobierno; es un proceso bastante largo.
Se ha esperado desde la Constitución del 91 para que este decreto se pudiera emitir, es una realidad y ahora hay que ponerlo en funcionamiento. Entre otras cosas, eso también implica una reestructuración interna del Ministerio y esa reestructuración tiene que venir con unas garantías de funcionamiento. Estamos en esos diálogos y también con el Ministerio de Hacienda ya hemos tenido unas conversaciones informales. La próxima semana tendremos una conversación más formal acerca del tema, pero ya hemos avanzado en los diálogos, porque evidentemente esto es una prioridad para el gobierno. Como vemos, en este gobierno están pasando cosas que nunca antes habían ocurrido y que se habían esperado desde que se emitió la Constitución del 91. Es decir, este gobierno le está cumpliendo a la gente.
Cuando se expidió este decreto, las corporaciones autónomas regionales y algunos sectores empresariales se opusieron. En los últimos meses, han usado el caso de un resguardo indígena que utilizó el decreto para permitir la extracción de oro. Aunque ustedes frenaron esas intenciones, ¿cómo piensan evitar que eso siga sucediendo?
En primer lugar, y lo he dicho siempre, hay que conocer las realidades territoriales, porque es muy fácil opinar desde la ciudad y desde el centralismo cuando no sabemos qué es lo que está pasando en [el resguardo indígena de Remanso] Chorrobocón (Guainía). Allí la situación es muy compleja para los pobladores que cometieron esta acción, que evidentemente ya todos sabemos que no está bien, pero antes de ponernos en discusión de si está bien o no está bien, hay que llegar a las causas de qué llevó a estos pueblos indígenas a que emitieran esa acción. Es una situación muy compleja que no vamos a hablar acá porque no es el espacio, pero lo que quiero decir es que las complejidades en los territorios indígenas son diversas y hay que entender qué es lo que está pasando en el territorio, que tiene que ver incluso con asuntos de seguridad, que están violentando los derechos de los pueblos, los derechos humanos, qué está pasando con nuestros niños, con nuestros jóvenes en esos territorios. Entonces hay muchas cosas detrás que evidentemente nosotros tenemos la información, pero que hay que estudiarlo y que evidentemente el ministerio no apoya esta decisión.
Sin embargo, eso no significa que esa sea una posición de todos los pueblos indígenas y ni siquiera de ellos, porque han ocurrido otras cosas detrás. Entonces, los pueblos indígenas hemos estado siempre en contra de la explotación de los recursos que hay dentro de los territorios. Y cuando se han explotado los recursos dentro de los territorios, hay agentes externos en esos territorios. Y esas claridades las tenemos que tener todos.
Una de las problemáticas más grandes que se tienen que enfrentar desde esta cartera es la deforestación. ¿Se sabe cómo va este fenómeno en lo que va corrido de 2025?
Nosotros tuvimos al inicio de año un aumento en la deforestación, teniendo en cuenta también que este gobierno ha sido el que más ha mitigado la deforestación. De todos los gobiernos de la historia, este es el que ha logrado que se frene la deforestación mucho más. Eso no significa que se haya acabado, evidentemente siempre hay problemas de deforestación. En el primer trimestre aumentó y ahora estamos con unas acciones muy fuertes en compañía de otras instituciones para llegar a las cabezas que son criminales y que trabajan con esta deforestación.
Uno de los actores que más relevancia ha ganado en lo que tiene que ver con la deforestación son las disidencias de las FARC. ¿Cómo debería afrontarse el rol que está teniendo este actor armado?
Por eso digo que estamos trabajando en unas rutas que tienen que ver con la investigación y poder llegar a esas cabezas de la criminalidad. Evidentemente, eso implica unas acciones que toman tiempo para recoger la información y poder llegar a ellos. Y no llegar únicamente al trabajador raso, sino llegar a las personas que son de los altos mandos. Eso es lo que tratamos de hacer y hemos tenido buenos resultados en los últimos meses, se han generado capturas de varios personajes que han estado diferentes partes del país dando las órdenes para la tala de árboles, la tala ilegal de árboles, y no solamente la tala, sino también en otros aspectos que afectan al ambiente.
La exministra de Ambiente se la jugó por los núcleos de desarrollo forestal. ¿Piensa ajustar o cambiar parte de la estrategia que trazó su antecesora?
Seguimos fortaleciendo la estrategia. Es una estrategia que ha sido de gobierno y, aunque haya habido un cambio de ministra, continuamos con todo lo que se ha dejado anteriormente.
Otra de las problemáticas que está creciendo en el país son los hipopótamos, una especie exótica invasora. ¿Ya están los protocolos para iniciar la caza de control, translocación y confinamiento?
Están a punto de expedirse y se ha trabajado bastante en esto, sobre todo con un enfoque muy técnico.
Una de las medidas de control que más han reclamado varios académicos es la caza de control. ¿Cómo ve ese camino?
Acá se le da mucha importancia a los ecosistemas locales, eso debe primar, la conservación de los ecosistemas locales, pero también el bienestar de la población local.
Pero, ¿cómo ve la caza de control?
Para eso se establecieron los protocolos, entonces están a punto de publicarse y estarán a vista de todos los colombianos.
Otra especie que ha generado intensas discusiones en los últimos años es el pez basa. ¿Ha podido hablar con la ministra de Agricultura, Martha Carvajalino, sobre lo que va a pasar con esta especie?
Por supuesto. Es un tema que para nosotros es muy importante abordar y también darle solución. Hemos hablado sobre esta especie, pero estamos viendo qué acciones vamos a tomar al respecto. Todavía estamos en las mesas discutiendo a ver cómo vamos a abordar este tema.
Hace más o menos un año, la Corte Constitucional, en la primera sentencia sobre bonos de carbono, le ordenó al ministerio expedir una normativa para regular este mercado. ¿Cómo va esa tarea?
Reglamentar los bonos de carbono es para nosotros fundamental. Para eso vamos a establecer una ruta, estamos trabajando en ello. Incluso se había iniciado una ruta de consulta con los pueblos indígenas, pero en este momento estamos volviendo a revisar la propuesta que ya tenía el ministerio y vamos a sacar una propuesta nueva que también se está conversando con el Ministerio de Hacienda y lo vamos a abordar más detalladamente, pero es una propuesta que implica un poco reestructurar la arquitectura financiera. Entonces tenemos que ir con mucho cuidado, pero también no dejamos de trabajar en ello.
Esperamos que este año, o a principios del próximo, podamos tener reglamentado todo este mercado. Sin embargo, también queremos trabajar con el sector privado, porque aquí tenemos que trabajar sector público y sector privado de la mano. No podemos trabajar de forma separada y esperamos que entre todos podamos construir una propuesta que sea para el bien de las comunidades.
En la COP16 también empezamos a escuchar sobre los bonos de biodiversidad. ¿Cómo ve el panorama de este mercado en el país?
Pues también se tienen que reglamentar. Ahora no solamente van a llegar los bonos de biodiversidad, van a llegar los bonos de plástico y los bonos azules. Todos estos bonos que tienen que ver con la naturaleza van a llegar y lo primero es reglamentar el tema del carbono y detrás vendrán los demás.
No es fácil porque es un tema novedoso, pero creo que acá nosotros tenemos todas las capacidades para hacerlo. Nuestro país es tan biodiverso que lo que tenemos aquí es mucho que ganar. Lo único que tenemos que hacer es trabajar articuladamente y con un respeto total hacia las comunidades, que son las que habitan los territorios y las que cuidan esa riqueza, que es la que nos va a generar ahora los bonos.
En seis meses será la cumbre de cambio climático, en Brasil. ¿Qué apuestas están preparando desde el ministerio?
Nosotros tenemos varias apuestas. Una de ellas, por ejemplo, es la creación de una nueva alianza que es la de las diferentes cuencas tropicales. En el mundo tenemos tres cuencas tropicales, la Amazonia es una de ellas y a finales de este mes tenemos la primera reunión de las tres cuencas tropicales del mundo y va a ser en África. ¿Por qué? Porque necesitamos encontrar regiones que sean lo más parecidas posible a nosotros, porque esas regiones, aunque están al otro lado del mundo, tienen situaciones y problemáticas muy similares, pero también podemos encontrar soluciones que nos sirvan.
Tenemos que buscar otro tipo de alianzas que no específicamente tengan que ser las de norte-sur, sur-norte, sino que sur-sur también. Ustedes saben que este gobierno estableció unas alianzas con África y con otros países del sur global, que es donde tenemos que mirar ahora, porque también es donde están mirando los países del norte y nosotros en este momento tenemos todas las capacidades para poder movernos hacia otras aristas.
Previo a la cumbre vamos a tener la reunión de presidentes de los países amazónicos aquí en Bogotá. Desde ahí queremos sacar un posicionamiento que también tiene que ver con los pueblos indígenas y es que esta COP va a ser, por un lado, amazónica, pero, por otro lado, es indígena, porque así lo han pedido los indígenas en Brasil y ha sido un pedido que hemos reforzado todos los países de la región.
En esta COP también se van a revisar los compromisos climáticos del país, conocidos como contribuciones determinadas a nivel nacional (NDC, por sus siglas en inglés). ¿Cómo va el país en ese proceso y cuándo esperan darlas a conocer?
Estamos también iniciando los diálogos porque eso tiene que consultarse con todo el país, así que haremos un despliegue por todos los departamentos para ver qué es lo que nuestra población quiere desarrollar y proyectar hasta unos 10 años más adelante.
Eso tiene que quedar plasmado en esos NDC con la participación de la población y estaremos en esas conversaciones. Estamos iniciando apenas. Tenemos que tenerlas terminadas en septiembre.
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