En marzo de este año, unas fotografías aéreas tomadas por miembros de la Policía Nacional, la Fuerza Aérea y funcionarios de Parques Nacionales revelaron que un grupo de personas había construido 17 kilómetros de diques, quemado y desecado una gran área de la Ciénaga Grande de Santa Marta.
Luego del escándalo público desatado por la filtración y publicación de esas imágenes se conformó un comité interinstitucional para evaluar la situación y diseñar un plan con el objetivo de detener el deterioro de este ecosistema que fue declarado por la Unesco Reserva de la Biosfera y también es considerado un sitio Ramsar por su importancia estratégica para el planeta.
Sin embargo, un nuevo sobrevuelo, realizado el 5 junio de 2015, dejó perplejos a todos los funcionarios involucrados en el problema. La quema, desecación, construcción de diques y carreteras, las nuevas plantaciones y la preparación de terrenos para ganadería iba más allá de sus peores pronósticos.
Nadie sabe cuántas hectáreas están siendo afectadas, pero la destrucción se esparce por el norte, el sur, el este y el oeste. Como lo revelan esta serie de fotografías conocidas por El Espectador, se trata de un problema que desbordó la capacidad de acción de la mayoría de instituciones involucradas.
“Urgente” es la palabra que han usado miembros del comité intentando llamar la atención de las autoridades nacionales, entre ellas la Fiscalía, el Ministerio de Medio Ambiente, la Policía Nacional y hasta la Presidencia.