La otra cara del profesor que enfrentó a Echeverry

La figura de Oscar Vanegas es más compleja que la de un maestro universitario. Su producción académica no es tan amplia y a algunos les incomoda su coqueteo con la política.

Pablo Correa / Sergio Silva Numa
24 de abril de 2016 - 01:55 a. m.

Dejando de lado el “tonito” y los pobres argumentos sobre extraterrestres y abducciones que intentó esgrimir el presidente de Ecopetrol, Juan Carlos Echeverry, durante el debate en la Comisión Quinta de la Cámara de Representantes, donde se discutía sobre explotación de hidrocarburos, una parte de esta historia quedó incompleta: quién es el profesor Oscar Vanegas y qué tan sólidos son sus argumentos sobre ecología e hidrocarburos.

Tras el altercado, el profesor se declaró “gravemente afectado por la burla del presidente de Ecopetrol” y anunció una denuncia penal. Mientras tanto aprovechaba Twitter para desquitarse en 140 caracteres: “Clase de hidrología para el Ufólogo Echeverry” (sic). “Debate mañana en marte” (sic). “Gracias a Echeverry los extraterrestres no secuestrarán más humanos”. “Información para Ufoecheverry... Descubren un río subterráneo bajo el Amazonas” (sic).

Vanegas se presenta como ingeniero de petróleos con especialización en finanzas, docencia universitaria, gerencia de hidrocarburos y candidato a magíster en hidrocarburos. Además es docente de la Universidad Industrial de Santander (UIS). Muchos colombianos escucharon hablar de él por primera vez, pero de tiempo atrás se ha involucrado en debates sobre petróleo y medioambiente.

Uno de esos fue la grave sequía que asoló Casanare en 2014. Cuando las autoridades locales apenas comenzaban a enterrar chigüiros, Vanegas señaló un culpable: las empresas petroleras. Con el paso de las semanas sus argumentos se fueron diluyendo. Colombia simplemente no tenía datos ni investigación en esa región y era imposible arrojar conclusiones. Luego, biólogos como Brigitte Baptiste o Germán Andrade mostraron que la sequía formaba parte de un ciclo en las sabanas de ese departamento y sugirieron investigar períodos climáticos antes de buscar culpables.

Sus argumentos, al parecer, tampoco tienen mucho peso entre su gremio. A los ojos de un directivo de la Sociedad Colombiana de Geología, el discurso de Vanegas tiene vacíos conceptuales. “No conozco su producción científica. Sólo lo he visto en charlas en video y no comparto sus argumentos. Si publicara con constancia investigaciones en revistas indexadas, podría saber más sobre las bases que sustentan su posición. Pero no las he visto. Y si me pregunta si es una referencia académica, mi respuesta es no”.

Algunos colegas tampoco comparten su posición. En 2014, Nicolás Santos, director de la Escuela de Ingeniería de Petróleos de la UIS, le envió una carta al viceministro de Minas y Energía, Orlando Cabrales, en la que desvirtuaba las opiniones de Vanegas. “Informo que sus comentarios carecen de validez y fundamentación, puesto que el ingeniero Óscar Vanegas no ha desarrollado investigaciones profundas que se basen en el método científico, en trabajo de campo y de soporte tecnológico experimental de laboratorio que le permitan establecer conceptos veraces y concluyentes”. Vanegas, en su defensa, dice que sus “investigaciones son exploratorias. Busco estudios y creo un estado del arte”.

El jueves de esta semana otro gremio divulgó un comunicado en el que desvirtuaba su posición. La Asociación Colombiana de Hidrogeólogos (ACH) dejó claro que para ellos la afirmación del profesor de la UIS carece de “base técnico-científica y refleja un desconocimiento de los procesos hidráulicos que suceden en el subsuelo”. Vanegas les respondió: “Son marionetas de la industria con intereses personales. Se limitaron a repetir lo que sustentó Juan Carlos Echeverry en la Comisión Quinta de la Cámara de Representantes, lo cual es cierto. Pero omitieron las explicaciones sobre los yacimientos, donde actúa el hidrodinamismo”.

Más allá de la ciencia

De acuerdo con la hoja de vida publicada por Colciencias en su base de datos del CvLAC, la producción científica del profesor Vanegas es limitada: sólo aparecen diez artículos. Una cifra que podría ser baja para un docente investigador con 26 años de experiencia. Sólo cuatro de ellos han sido publicados en una revista indexada: El reventón energético, clasificada como Categoría B (la primera categoría para Colciencias es A1. Luego le sigue A2, B y C). Por nombre llevan: “Nuestra escuela. La Escuela de ingeniería de petróleos de la U. de Santander” (2001); “El futuro precio del petróleo” (2001); “El perfil del futuro profesional en ingeniería de petróleos” (2002) y “Los efectos del Decreto 1760, la escisión de Ecopetrol. Comienzo de una nueva era en política petrolera” (2003). Prácticamente nada sobre los temas que debate en foros públicos.

Si nos ceñimos a lo que dice la página de Colciencias, los otros seis artículos de Vanegas fueron publicados en “revistas especializadas”. Pero sólo está el nombre de una: la revista Aseduis (Asociación de Egresados de la UIS), que no aparece en la base de Publindex de Colciencias. Las otras cuatro son “publicaciones para la Escuela de Petróleos de la UIS” en revistas que, según Vanegas, ya no existen. Una más es su trabajo de pregradode 1990.

Luego de preguntarle a Vanegas sobre este tema, argumentó que desde el 2003 no actualiza esa base de datos. Al pedirle que compartiera los restantes envió 19 artículos a El Espectador. En uno aparecía como director de tesis y sólo dos eran suyos: uno llamado “Pautas euroasiáticas para un proyecto sino-venezolano-colombiano: oleducto del Orinoco-Pacífico”, publicado en 2012 en la revista Lebret, de la U. Santo Tomás (Categoría C para Colciencias) y otro que lleva por nombre “Colombia-Venezuela: comparación de las petroleras nacionales”, de la revista Reflexión Política, de la Universidad Autónoma de Bucaramanga (Categoría B).

Vanegas escribe que tiene uno más publicado con la Unab y otros estados del arte en los que ha participado, pero se disculpa por no poder enviarlos. “En el portátil no tengo las últimas investigaciones. Pero hacer tres publicaciones en los últimos cuatro años en revistas indexadas es bastante”.

¿Y sus estudiantes?

No todos los profesores universitarios están obligados a mantener una alta producción científica, entre otras cosas porque dedican su tiempo a labores administrativas. Aunque aquellos que han enfocado su carrera en la docencia muchas veces cuentan con pocas publicaciones, a veces tienen un alto aprecio entre los estudiantes. No parece ser el caso de Vanegas. Luego de varias consultas entre egresados y estudiantesde la escuela de petróleos de la UIS, su imagen no es la de un maestro muy popular.

De hecho, en uno de los casi seis mil tuits que ha publicado, Vanegas escribió: “Otra investigación de la UIS, financiada por Pacific, sobre el hidrodinamismo”. El post estaba acompañado de una imagen que mostraba un documento elaborado por Jenny Cordero y Álvaro Moncada Díaz, de la Escuela de Geología de la UIS. Por nombre llevaba “Evaluación e identificación de los factores geológicos que controlan el hidrodinamismo en un campo, en la cuenca de Llanos, Colombia”.

Al estudiante Moncada no le hizo mucha gracia la acusación del profesor. Así se lo hizo saber en un mensaje privado que Vanegas no respondió. En un grupo de Facebook de geólogos de esa universidad compartió su molestia: esa “afirmación carece de verdad ya que en ninguna parte de la tesis se menciona el financiamiento de alguna empresa ni proyecto particular en la cual se desarrolló la investigación (…) No tuvo ningún aporte económico de ninguna empresa y menos de Pacific Rubiales (…) Le solicito que retire dicha publicación, ya que usted está incurriendo en una falta grave de acusación sin tener los debidos soportes para afirmar esto. Además está utilizando mi nombre y mi profesión sin mi permiso, lo cual puede causarme perjuicios personales y profesionales”.

Pero Vanegas tiene una lectura distinta. “Si abre la tesis encontrará la carta que ellos firmaron cediéndole los derechos a la UIS y permitiendo su consulta. Haría mal citar la tesis sin hacer el reconocimiento de sus autores”. Y en defensa muestra una tabla con sus calificaciones como docente. Su promedio es 83,4, por encima de la media.

Además de esto hay otra relación de Vanegas que ha causado cierta incomodidad, porque para algunos no cuadra con un discurso de argumentos científicos: su cercanía con sectores políticos. Actualmente asesora a Jorge Enrique Robledo, del Polo Democrático, y la Unión Sindical Obrera (USO) es la entidad que financia las conferencias que empezó a dar desde 2011 en municipios petroleros. “Gracias a esas charlas me empecé a dar cuenta de los impactos ambientales del petróleo. Yo no los conocía. Así que escuché a las comunidades y como soy curioso, busqué en internet con un alumno sobre los impactos de la sísmica. Ahí empecé a incluir el tema ambiental”.

Vanegas explica que su cercanía con políticos es vieja. Empezó en 2005 con el senador liberal Hugo Serrano Gómez y desde entonces, dice, aconseja a quien se lo pida sin fijarse en su partido. “Como Maritza Martínez, de la U, o Alirio Villamizar, conservadorPero jamás he sido candidato ni milito en unoEn 2013 me propusieron para el Congreso, pero no me lancé”. Admite que sí lo financia la USO y por eso mismo, además del esquema de seguridad le brindan, los asesora. Pero advierte que él fue quien los buscó y les pidió ayuda. ¿Por qué? “Porque dar las conferencias fue idea mía. Es una iniciativa patriótica”.

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Los otros males de La Macarena

Luego de la lluvia de críticas que cayó sobre la ANLA por que otorgara una licencia ambiental para explotar petróleo en La Macarena sin tener en cuenta las opiniones del alcalde ni de la población, se empezó a evidenciar que ese municipio del Meta también enfrenta males que tienen en vilo varios parques naturales. El mayor de ellos es, quizás, la deforestación.

El jueves el Ideam lanzó una nueva alerta en la que mostraba que justamente esa región tiene un gran problema de tala ilegal. De hecho, Meta concentra la mayor cantidad de deforestación del país (16 %). Carreteras ilegales, que al parecer se están construyendo con el auspicio de algunas autoridades, y ganadería extensiva, son los principales factores que están acabando con la selva.

Por Pablo Correa / Sergio Silva Numa

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