Lilly, la adolescente de 12 años que se propuso acabar con el plástico en Tailandia

Tailandia es el sexto país del mundo que más contribuye a la contaminación de los océanos. Pero, en junio Lilly obtuvo su primera victoria: ayudó a convencer a Central, una gran cadena de tiendas, para que no distribuya bolsas de plástico de un solo uso en sus supermercados.

Sophie Deviller / AFP
17 de septiembre de 2019 - 02:36 a. m.
Lilly rema para recoger desechos plásticos en un canal en Bangkok. Tailandia es el sexto mayor contribuyente mundial a la contaminación del océano.  / AFP
Lilly rema para recoger desechos plásticos en un canal en Bangkok. Tailandia es el sexto mayor contribuyente mundial a la contaminación del océano. / AFP

"Soy una niña en guerra" dice Lilly, de 12 años, que se ha fijado por objetivo acabar con el plástico en Tailandia, inspirándose en la lucha de la sueca Greta Thunberg. En junio, esta adolescente de doble nacionalidad estadounidense y tailandesa obtuvo su primera victoria: ayudó a convencer a Central, una gran cadena de tiendas, para que no distribuya bolsas de plástico de un solo uso en sus supermercados. (Lea: Semana del Clima: un plan de emergencia)

Tailandia es el sexto país del mundo que más contribuye a la contaminación de los océanos. Como consecuencia, otros grupos de distribución implantados en este país, entre ellos la cadena japonesa 7-Eleven, se comprometieron en septiembre a no distribuir esas bolsas a partir de enero de 2020.

"Está bien que sea así" sonríe Lilly, mientras se acerca a una bolsa repleta de latas oxidadas y botellas rotas. "Al principio, pensé que era demasiado joven para militar, pero Greta [Thunberg] me dio confianza. Cuando los adultos no hacen nada, los niños tenemos que actuar", agrega.

Ralyn Satidtanasarn, conocida como Lilly, no estará en Nueva York junto a la joven sueca, ícono de la lucha contra el calentamiento global, en la manifestación organizada el 20 de septiembre antes de la conferencia de la ONU sobre el clima.

Pero se manifestará en Bangkok. "Mi lugar está aquí. La lucha debe librarse en el sudeste de Asia", dice. Varios países de la región –Tailandia, Camboya, Filipinas, Malasia, Indonesia– han rechazado recientemente convertirse en el "basurero" de Occidente, y reenviaron contenedores repletos de plástico para reciclar a sus países de origen. No obstante, siguen generando en su propio territorio cantidades astronómicas de plástico.

En Tailandia, las bolsas de plástico son omnipresentes, para embalar las comidas servidas en la calle o las bebidas que la gente se lleva al trabajo. Un tailandés usa de promedio ocho bolsas diarias, unas 3.000 al año, según datos del gobierno. Es doce veces más que en la Unión Europea. La muerte reciente de un bebé dugong –una especie de mamífero marino amenazada– que tragó demasiados residuos plásticos conmocionó en las redes sociales. (Puede leer: Greta Thunberg advierte frente a la Casa Blanca: "Nosotros continuaremos")

Las autoridades tailandesas quieren poner fin a la bolsa de un solo uso hacia 2022, según una ambiciosa hoja de ruta elaborada a principios de este año. Pero algunos dudan de su eficacia. "No está previsto ningún mecanismo jurídicamente obligatorio, y sensibilizar al público no será suficiente" advierte Tara Buakamsri, director local de Greenpeace.

En la línea del movimiento iniciado por Greta Thunberg, Lilly realizó una 'sentada' ante la sede del gobierno. También pidió una cita con el primer ministro Prayut Chan-O-Cha. Sin éxito. La joven puede contar con el apoyo de su madre, que la ayuda a escribir sus discursos ante responsables de la ONU o de las embajadas.

"Al principio, pensé que era un simple capricho de niña. Pero no ceja en su empeño" cuenta la madre, Sasie, que también fue militante ecologista. (Le puede interesar: Huelga mundial de jóvenes por el cambio climático)

Lilly empezó a militar a los ocho años, tras unas vacaciones en una playa de Tailandia "cubierta de plásticos". Desde entonces, aunque a veces tenga ganas de parar para ir a jugar, Lilly participa en las sesiones de limpieza organizadas por la asociación Trash Hero.

La última tuvo lugar en Bang Krachao, un barrio conocido como el "pulmón verde de Bangkok" pero que está lleno de botellas, bolsas y otros deshechos de plástico que arrastran hasta allí las aguas del río Chao Praya.

Muchos creen en la fuerza de convicción de esta joven adolescente. Pero en Tailandia "los grupos de presión son poderosos y eso hace más difícil cualquier cambio" matiza Nattapong Nithiuthai, un militante ecologista.

Uno de los mayores obstáculos es el sector petroquímico, muy centrado en el plástico, que representa el 5% del PIB tailandés y genera decenas de miles de empleos. (Lea también: Pacto por la Amazonia y energías renovables: el plan que Duque expondrá en la Cumbre del Clima)

Por Sophie Deviller / AFP

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