No más extracción petrolera en San Andrés

El Consejo de Estado emitió esta semana un fallo que prohíbe la explotación de hidrocarburos en la Reserva de la Biósfera Seaflower.

Redacción Medio ambiente
23 de marzo de 2017 - 05:56 p. m.
En el 2000, el Archipiélago fue declarado por la UNESCO como reserva de biósfera, que lleva por nombre Seaflower.  / Archivo El Espectador
En el 2000, el Archipiélago fue declarado por la UNESCO como reserva de biósfera, que lleva por nombre Seaflower. / Archivo El Espectador

Una sentencia del Consejo de Estado le puso tate quieto a la extracción de petróleo en el Archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina. Con este fallo, el Consejo confirma la orden del Tribunal Administrativo de San Andrés que había suspendido cualquier proyecto de explotación en el mar de los siete colores, emblema de la región.

Los proyectos petroleros que se estaban cocinando allí quedan en stand by. Pues la Agencia Nacional de Hidrocarburos (ANH) había adjudicado al consorcio Repsol Exploration Colombia, Ecopetrol S.A y YPF S.A., dos bloques incluidos en la reserva Seaflower y su área marítima. Sin embargo, con este fallo, la actividad extractiva del consorcio se va al piso.

“El medio ambiente en Colombia celebra el triunfo de la protección de los derechos colectivos al desarrollo sostenible, a la solidaridad intergeneracional y a la riqueza natural y cultural, con la sentencia del Consejo de Estado, donde se da prevalencia a la garantía de salvaguarda de los intereses ecológicos sobre las posibles ganancias económicas de la actividad de extracción de hidrocarburos en el archipiélago”, afirmó Paola Iregui, supervisora del Grupo de Acciones Públicas (GAP) de la Universidad del Rosario, quienes apoyaron la protección de la Reserva de Biosfera.

Anteriormente, en el 2000, el Archipiélago había sido declarado por la UNESCO como reserva de biósfera, que lleva por nombre Seaflower. Ahora, este ecosistema pasa a ser una de las reservas de biosfera con mayor área marina del mundo: cerca de 65.000 kilómetros cuadrados quedan protegidos de actividades extractivas. Y junto con ellas, aproximadamente 400 especies de medusas, corales, peces, moluscos y aves también se salvan de la extinción.

Según el Consejo de Estado, la prioridad es conservar la riqueza natural y cultural de la región. Pues dada la fragilidad del ecosistema, es necesario tomar acciones urgentes, informó. Por eso, sugirió “extremar las medidas de protección a favor de la conservación, como principal forma de asegurar la transmisión efectiva a las futuras generaciones de este legado majestuoso que nos concedió la naturaleza”.

Por Redacción Medio ambiente

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