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Algunos la llaman la sopa de plástico. Otros le dicen sopa de basura, sopa tóxica, gran mancha de basura, remolino de basura. Alguien la bautizó como el “séptimo continente”. De vez en cuando aparecen fotos en internet que intentan mostrar la dimensión de ese desastre. Fotos en las que las botellas de plástico, juguetes, vasos, cubiertos, tapas, cubren una extensa área marina.
El último y más serio intento por calcular cuánto plástico lanzamos los humanos al océano corresponde a un trabajo de la Academia de Ciencias de Estados Unidos en 1975. Desde entonces se creía que el 0.1% de la producción global de plástico inevitablemente terminaba flotando en el océano y afectando la vida marina.
Un grupo de investigadores encabezados por Jenna Jambeck de la Universidad de Georgia decidieron revisar las viejas cifras a la luz de los datos actuales para concluir, como lo plantean en un artículo de la revista Science, que hemos subestimado el problema.
De acuerdo a sus cálculos, cada año entre 4 y 12 millones de toneladas de plástico se depositan en los océanos. Esto equivale a un 1.5% a 4.5% de la producción mundial de plástico que es cercana a los 270 millones de toneladas. Y ese apenas es un asomo al problema, pues este mismo grupo de investigadores estima que en tan sólo una década esa cantidad podría ser el doble.
El nuevo dato se suma a otro igual de escalofriante establecido el año pasado por Marcus Eriksen del Five Gyres Institute en Los Ángeles: en los océanos flotas 700 piezas de plástico por cada ser humano.
El cálculo de Jambeck y su grupo partió considerando la población que vive en zonas costeras alrededor del mundo (50 kilómetros desde la costa). Es decir, alrededor de 6.400 millones de personas. Este grupo poblacional produciría alrededor de 99.5 millones de toneladas de plástico de las cuales 31.9 no tienen un buen manejo y por lo tanto entre 4.8 y 12.7 terminan en el agua para un promedio de ocho millones.
¿Qué significan ocho millones de toneladas? Los investigadores dicen que equivale a encontrar cinco bolsas llenas de plástico por cada 30 centímetros de playa.