Las imágenes más impactantes de la polución en China fueron tomadas en febrero de 2014. Por esos días el norte de Pekín estaba envuelto en una espesa niebla tóxica que obligaba a todos los habitantes a usar tapabocas apenas salían de sus casas. El Índice de Calidad del Aire había superado todos los registros. Era tan altos que el entonces ministro de Sanidad lanzó un cálculo aterrador: esta contaminación estaba causando entre 350.000 y 500.000 muertes prematuras en el país asiático.
Esa seguidilla de eventos, que se fueron repitiendo con más alarmas, fue lo que llamó la atención de Chai Jing, una conocida periodista y presentadora de televisión que este fin de semana publicó Under the Dome (Bajo la cúpula), el documental que en tan sólo dos días ha logrado más de cien millones de reproducciones en Youko y Youtube, y se ha vuelto viral en redes sociales. ¿La razón? Según lo han registrado medios locales, es la mejor muestra de cómo los excesos de algunos sectores, la falta de regulación y la escasa intervención del Gobierno han convertido a China en un país que está al borde del colapso por culpa de la contaminación.
En su documental, Chai intenta resolver tres preguntas en un estilo muy similar al de Al Gore en Una verdad incómoda: ¿De dónde viene la contaminación? ¿Cómo me afecta? ¿Qué puedo hacer para remediarlo? Sus respuestas, como le dijo a EFE Li Yan, directora de la unidad de Clima y Acción de Greenpeace de Asia Oriental, son estupendas. “Es un trabajo muy bien fundamentado y explicado”.
Entre otras cosas, Chai, a través de entrevistas a altos funcionarios y especialistas, advierte sobre los riesgos de la industria carbonífera, el monopolio del sector energético y la falta de control de emisiones para sectores como el automotor. Además hace un llamado a la población mundial y a los tomadores de decisiones para, que de una vez por todas, tomen medidas concretas frente al problema.
Pese a que muchos de estos factores la impulsaron a hacer su documental, hubo uno, especialmente, que la motivó. Su hija fue diagnosticada con un tumor antes de nacer. Y Chai culpa, en parte, a la polución. “Antes no hacía caso a la contaminación —dice en el video—. Nunca me ponía tapabocas. Pero ahora tengo a alguien entre mis brazos que tiene que respirar. Antes no tenía miedo, pero cuando llevas una vida dentro de ti, que es tu responsabilidad, entonces lo sientes. Ahora tengo que tener a mi hija como una prisionera en la casa”.