Una política para sanar las pequeñas economías

En las 141 subregiones del país están surgiendo negocios que jalonan el capital de las comunidades. El objetivo es construir una política para que ideas como el café, las artesanías y el ecoturismo sean la base económica de veredas, pueblos y municipios.

Redacción Bibo
28 de diciembre de 2018 - 02:00 a. m.
En las 141 subregiones identificadas por el DNP hay cadenas productivas que incluyen la producción agrícola.  / Gustavo Torrijos
En las 141 subregiones identificadas por el DNP hay cadenas productivas que incluyen la producción agrícola. / Gustavo Torrijos
Foto: GUSTAVO TORRIJOS

Sandra Acosta puede hablar indefinidamente sobre aguacate hass. Tiene todo un repertorio de usos para esta fruta. En helado, por ejemplo, como ingrediente cosmético o en pulpa. No podría ser de otro modo: es la representante de la Corporación para el Desarrollo de Versalles (Corpoversalles), un grupo que reúne a campesinos de este municipio ubicado en Valle del Cauca, y otros territorios vecinos. De ellos, 28 cultivan este alimento en sus fincas y lo venden en la región; algunos ya lo exportan y en un par de meses pretenden comercializarlo como una pasta, después de transformarlo con máquinas y procesadores. Ese será el valor agregado del negocio, sueñan. (Lea también: Detrás del Plan Departamental de Aguas más grande del país)

Tienen lo suficiente para conseguirlo. “El 21 de abril de 2019 estaremos listos”, asegura Acosta. Su confianza reposa en CET, programa de Competitividad Estratégica Territorial financiado por la Unión Europea (UE) e implementado por Mincomercio, junto con la Red Nacional de Agencias de Desarrollo Económico (Red Adelco). Corpoversalles, con su apuesta por el aguacate hass, es uno de los 13 proyectos locales que se han beneficiado con esta subvención.

En el caso del Valle del Cauca, estos productores han recibido $92 millones para adecuar sus fincas y certificarse para seguir exportando a Europa. Pronto recibirán otro desembolso para completar los $392 millones que les corresponde y dotarse de maquinaria para así estrenar, al fin, su planta de transformación. El negocio, al igual que otros desarrollados en comunidad desde subregiones del país, rueda de maravilla. Serán, si todo sale como esperan, un empeño existoso del territorio.

 

Un empujón que va más allá del dinero

El aguacate hass, impulsado por Corpoversalles, es tan solo un ejemplo de desarrollo local en Colombia de los 34 que CET pretende impulsar. En las 141 subregiones identificadas por el Departamento de Planeación Nacional (DNP) hay cadenas productivas que incluyen el turismo, la producción de café, las artesanías y la exportación de limón, entre otras. Un sinfín de negocios que, de tener más estímulos, podrían ser un brazo jalonador de la economía del país. De ahí que una de las metas del programa CET sea terminar el diseño de una política pública de desarrollo económico local.

Esta idea, que por el azar nunca ha sido concretada, fue pensada desde hace ocho años dentro del DNP. Fue tal el impulso que el rumor llegó a otras regiones, se organizaron mesas de trabajo y lo que allí se definió fue convertido en un borrador de documento Conpes que terminó por engavetarse.

Pero tener un instrumento de política que recoja los ejercicios de economía local y ayude a construir capital desde las mismas provincias, así como sucede en Argentina, Guatemala, Honduras, El Salvador y la Unión Europea, no podía seguir empolvándose en los cajones institucionales del país. (Acá: Un acto patriótico para conservar el ambiente)

Por eso la idea volvió a tomar forma en manos de la Red Adelco, el apoyo de la cooperación europea (UE), Mincomercio y una larga lista de actores locales y académicos. Entre ellos están universidades como la Externado, la Javeriana y los Andes, con el objetivo de definir qué es desarrollo económico local. También participan las 10 agencias de desarrollo económico local del país, algunas gobernaciones, secretarías de Planeación y de Desarrollo de municipios y departamentos y, sin lugar a duda, las cooperativas y asociaciones que la misma gente ha conformado en sus tierras.

Ahora bien, todos esos actores están aportando al diseño de la política a través de talleres territoriales, foros nacionales, opiniones de empresarios y recomendaciones de expertos. Además, una colcha de retazos de valiosos apuntes, como las mejores estrategias de la reforma rural integral consignada en el Acuerdo de Paz, o puntos de la política de crecimiento verde, aquella de desarrollo productivo en clave territorial, y otros detalles más, alimenta el diseño de este anhelado documento.

Asimismo, la experiencia de la Unión Europea al impulsar sus subregiones puede ser de ayuda. Según el Jefe de Cooperación de la UE en Colombia, "para lograr la competitividad en los territorios es necesaria la inversión pública focalizada y la articulación con estrategias que fortalezcan la investigación, el desarrollo tecnológico y de la innovación,  la mejora de la competitividad de las MiPyme, la preservación y protección del medio ambiente y la inversión en educación, formación y aprendizaje". 

Esa es la pretensión final: "construir una agenda territorial en las subregiones para mover las economías locales que van más allá de los municipios", así la define Carlos Callejas, director de Red Adelco. De esa manera, explica Callejas, se pretende construir gobernanza alrededor de apuestas territoriales y construir instrumentos que pongan de acuerdo a los actores para gestionar sus iniciativas y recursos y hacer más eficientes los procesos de gestión de economía territorial.

Por Redacción Bibo

Temas recomendados:

 

Sin comentarios aún. Suscribete e inicia la conversación
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta política.
Aceptar