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Mercedes-Benz no afloja el ritmo en 2025 y sigue lanzando novedades una detrás de otra, como si en sus plantas trabajaran a doble turno. Después de mostrar el CLA Shooting Brake, el AMG GT XX y el GLC eléctrico, ahora pone los reflectores sobre una pieza que busca dejar huella: el Vision Iconic, un coupé conceptual pensado para cautivar desde la primera mirada y, más importante aún, para marcar el rumbo de los deportivos que la firma irá revelando en los próximos años.
Este prototipo no es solo una maqueta bonita. Para Mercedes, el Vision Iconic es una declaración de intenciones sobre cómo imagina la movilidad que viene. Markus Schäfer, miembro del Consejo de Administración de la compañía, lo resume diciendo que este carro reúne innovaciones disruptivas como computación neuromórfica (tecnología que imita cómo procesa información el cerebro humano), dirección electrónica, pintura capaz de generar energía solar y conducción autónoma de nivel 4.
El diseño como carta de presentación
Más allá de sus aspectos técnicos, el mayor atractivo del Vision Iconic está en su diseño. El prototipo retoma la estética clásica de los años treinta y la mezcla con una mirada futurista muy propia de Mercedes-Benz. Gorden Wagener, jefe de diseño de la marca, lo describe como una pieza que condensa el ADN histórico de la firma: un capó interminable que le da porte, líneas fluidas con aire escultural, guiños al Art Déco y una silueta que no pasa desapercibida.
El frontal es una especie de tributo reinterpretado, recupera la parrilla clásica, pero con una lectura moderna y llamativa. La inspiración viene de modelos históricos como el W 108, el W 111 o el imponente 600 Pullman, todos conocidos por sus parrillas verticales que marcaron época.
Puertas adentro, el concepto se mueve en otra frecuencia marcada por un futurismo minimalista. Mercedes lo ha bautizado como diseño “Zeppelin”, con un tablero que integra una animación al estilo cine clásico y un asiento corrido en tono azul que rompe con el esquema tradicional de butacas separadas.
El puesto del conductor también aporta lo suyo en materia de sofisticación. El volante de cuatro radios combina un estilo deportivo con un formato clásico, y el emblema de Mercedes flota dentro de una esfera de cristal como si se tratara de una joya.
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Un auto que también podría generar su propia energía
Mercedes-Benz trabaja en una tecnología que permitiría recubrir la carrocería con un material solar extremadamente delgado. A diferencia de los paneles convencionales, este recubrimiento se aplicaría como una capa de pintura y podría adaptarse a diferentes superficies sin alterar el diseño del vehículo.
La firma alemana asegura que, si el Vision Iconic llevara este tratamiento en toda su carrocería, podría generar energía suficiente para sumar autonomía adicional según el clima y la ubicación. Para ponerlo en perspectiva, una superficie equivalente a la de un SUV mediano -unos 11 metros cuadrados- podría producir electricidad para recorrer hasta 12.000 kilómetros al año en condiciones ideales. Además, Mercedes asegura que este material no utiliza silicio ni tierras raras, puede reciclarse sin complicaciones y sus células alcanzan una eficiencia del 20 %, generando energía incluso cuando el vehículo está apagado.
En cuanto a la conducción, el modelo ya está preparado para operar con sistemas autónomos de nivel 2, pero su arquitectura permitiría llegar al nivel 4 con apoyo de inteligencia artificial. Según lo explicado por la marca, la idea es que en ciudad el conductor mantenga el control, mientras que en carretera pueda delegar la conducción y aprovechar el trayecto sin tener que enfrentarse al tráfico.
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