Bugatti, reconocida por fabricar algunos de los automóviles más exclusivos del mundo, ha elevado su nivel de personalización con el lanzamiento del Programme Solitaire, un servicio que permitirá a sus clientes crear vehículos únicos, diseñados y construidos según sus preferencias.
La primera creación de este programa es Brouillard, un coupé que rinde homenaje a la estrecha relación de Ettore Bugatti, fundador de la marca, con los caballos, y en particular a su ejemplar favorito, que llevaba el mismo nombre. Este animal, capaz de abrir la puerta de su establo gracias a un mecanismo ideado por el propio Ettore, inspiró no solo el nombre, sino también la filosofía estética de este modelo.
Una inspiración histórica
Bugatti explica que el Programa Solitaire se nutre de sus raíces carroceras, una tradición que a principios del siglo XX impulsó la colaboración entre fabricantes y carroceros para crear piezas únicas. Jean Bugatti, hijo del fundador, llevó este trabajo artesanal al interior de la propia empresa, lo que permitió desarrollar modelos icónicos como el Type 57 SC Atlantic. Sobre el chasis del Type 57 también surgieron variantes como el Galibier, Stelvio, Ventoux y Atalante, con configuraciones que iban desde berlinas de cuatro puertas hasta descapotables y coupés.
Brouillard representa la interpretación contemporánea de ese legado. Construido sobre la plataforma W16 de Bugatti, incorpora la versión más avanzada del motor de 8.0 litros con cuatro turbocompresores, capaz de generar 1.600 caballos de fuerza. Esta mecánica, fruto de casi dos décadas de evolución, combina ingeniería de alto rendimiento con un diseño centrado en la armonía visual.
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Diseño
Frank Heyl, director de diseño de Bugatti, explica que Ettore veía en Brouillard —el caballo— un reflejo de la perfección que buscaba en sus automóviles: proporciones equilibradas, musculatura definida y estética atemporal. Por ello, el coupé evita líneas afiladas y apuesta por superficies fluidas que evocan la tensión de un tendón bajo la piel.
El tratamiento de volúmenes sigue principios del arte clásico, equilibrando el peso visual del conjunto. El tercio inferior presenta tonalidades oscuras que refuerzan la conexión con la sombra, mientras que los dos tercios superiores proyectan una silueta más ligera, baja y dinámica, que resalta el tamaño aparente de las ruedas.
Heyl señala que lograr una apariencia de simplicidad exige una gran complejidad técnica, integrando soluciones aerodinámicas, termodinámicas y estructurales propias de un hiperdeportivo de 1.600 caballos de fuerza, sin perder una premisa fundamental: hacer del Brouillard una presencia digna y atemporal.
Interior
El habitáculo combina artesanía y tecnología avanzada. Según la marca, los tejidos confeccionados a medida en París, incorporan patrones que evocan elegancia clásica, mientras que la fibra de carbono teñida de verde aporta un carácter contemporáneo y deportivo. Componentes de aluminio mecanizado se integran con precisión, y el techo de cristal crea una atmósfera lumínica que recuerda a la de una catedral.
Los acabados personalizados incluyen bordados con motivos ecuestres (actividades relacionadas con los caballos) en los paneles de las puertas, en honor al caballo que inspira el nombre del vehículo.
Los asientos, moldeados según las especificaciones del propietario, presentan un exclusivo trabajo de parches en cuero. La palanca de cambios, tallada en un único bloque de aluminio, integra un inserto de vidrio con una miniatura artesanal del caballo Brouillard, convirtiéndose en una pieza exclusiva en cada unidad.
Lanzamiento y exclusividad del Programa Solitaire
El Bugatti Brouillard se presentará oficialmente durante la Semana del Automóvil de Monterey, California, como la primera creación del Programa Solitaire. La marca ha confirmado que este servicio producirá un máximo de dos vehículos al año, garantizando que cada proyecto reciba la dedicación y el nivel de detalle necesarios para alcanzar la perfección artesanal.
Al igual que este modelo, las futuras creaciones emplearán sistemas de propulsión y chasis existentes de Bugatti —en este caso, el W16 de 1.600 caballos y un chasis de fibra de carbono y aluminio—, pero se centrarán en carrocerías y acabados interiores diseñados a medida, reafirmando la esencia de piezas únicas e irrepetibles.
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