Los autos eléctricos son tendencia y Colombia sigue la corriente de los mercados globales –que señala unas 6,6 millones de unidades vendidas durante 2021 en todo el mundo y 4,1 millones en los primeros siete meses de 2022–. El país lidera el mercado de los cero emisiones en la región, casi cuadruplicando sus propios registros, pues pasó de 591 ventas entre enero y julio de 2021, a las 2.269 que registró durante el mismo período de 2022 (Andemos).
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Las posibilidades, en lo que a diseño se refiere, son tan amplias como las de los vehículos que funcionan con gasolina, diésel o gas. Sus propósitos también, así resalta que las dos referencias con mayores registros en el país (BYD BC89S01 y BC11S01) sirven al trasporte público. Les siguen camiones, cuadriciclos, compactos, SUV, sedanes, entre otros.
Ahora bien, pese a la novedad que aún representan los carros con estas tecnologías, su familiarización, en términos de operación, no genera mayores dudas en quienes los conducen. Es decir, manejarlos difiere poco de un vehículo con motores convencionales, asemejándose a la conducción de un vehículo automático.
Las diferencias se enfocan en su estructura y por tal razón a su mantenimiento. También, claro, su propuesta de manejo, en ocasiones tan reactiva como el componente eléctrico lo permite. Estas son algunas de las diferencias entre un vehículo convencional y uno eléctrico.
Claro, el propulsor
“Un vehículo eléctrico cuenta con menos componentes en sus motores”, señala Gilberto Gaviria, brand manager de Renault-Sofasa. El experto enfatiza que en ningún momento requiere de algún combustible fósil para operar y su método de operación radica en el uso de componentes de cambio, como aceites y filtros. Entre otras cosas, la operación del o los propulsores, agrega, “no tiene ruidos ni vibraciones en el momento de acelerar, algo común en los vehículos convencionales”.
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Menos mantenimiento
“Los eléctricos tienen muchas menos piezas, engranes, tornillos, remaches, frente a los de combustión interna. Para el cliente, esto se traduce en menos costos y mantenimiento de piezas que fallen, se dañen y necesiten cambiarse. En algunos casos, los eléctricos tienen un mayor peso, a causa de las baterías”, cuenta Santiago Narváez, gerente de producto de Audi en Colombia.
Sin cambios ni embrague
A la fecha, los vehículos eléctricos disponibles en el mercado son automáticos. Elkin Espitia, supervisor de regulaciones y programas en General Motors, señala la ausencia de palancas de cambios y embragues en los carros con estas tecnologías. Esto se traduce en una conducción tipo automático, basada en dos pedales y, además, ratifica la eliminación de ruidos como los que genera “revolucionar el carro”.
Eficientes
“Los vehículos puramente eléctricos se consideran los más avanzados y eficientes. El motor de un vehículo eléctrico tiene una eficiencia de alrededor del 90 %, a diferencia del de motor de combustión, que puede oscilar entre el 30 % y el 40 %, lo que significa que aprovechan mejor la energía”, agrega Espitia.
Regeneran su energía
“Los carros a combustión no regeneran energía. En los eléctricos existen sistemas como el frenado regenerativo, que, a diferencia de un carro convencional, recicla la energía presente al soltar el acelerador o presionar el freno. Los EV aprovechan parte de esa energía para cargar sus baterías”, dice Ricardo Álvarez, ingeniero experto de Motorysa.
Nueva conducción
Libres de revoluciones, el panel de instrumentos de un carro eléctrico indica la velocidad y el porcentaje de energía con que cuenta la batería. Sin un esfuerzo mecánico al presionar el pedal derecho, estos productos entregan sus mejores cifras de cero y de forma casi instantánea.
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“Toda la potencia y el torque de los vehículos eléctricos se entrega desde el momento en el que el conductor oprime el acelerador, es decir, no hay que esperar a que se alcancen revoluciones en el motor, como ocurre con los que funcionan a gasolina. Esto representa un placer de conducción realmente inigualable”, concluye el brand manager de Renault-Sofasa, Gilberto Gaviria.