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En un país donde el ruido del tráfico y la contaminación del aire se han vuelto parte del paisaje urbano, la llegada de nuevas tecnologías de movilidad representa mucho más que una evolución automotriz: es una oportunidad para transformar el entorno urbano y mejorar la calidad de vida. Así lo demuestra un experimento reciente realizado por Kia Colombia con su nuevo modelo eléctrico, el EV3, el cual recorrió los pasillos de una biblioteca sin generar ruidos ni emisiones perceptibles.
Este ejercicio simbólico pone sobre la mesa una reflexión necesaria: ¿cómo serían nuestras ciudades si la mayoría de los vehículos no generaran ruido ni gases contaminantes?
Los carros eléctricos eliminan dos de los principales impactos negativos del transporte convencional: la contaminación atmosférica y la contaminación sonora. Al prescindir de motores de combustión interna y sistemas de escape, los vehículos eléctricos reducen de forma significativa el ruido, especialmente en velocidades bajas, como las que se registran en áreas escolares, residenciales o en inmediaciones de hospitales y bibliotecas.
Este tipo de avance adquiere relevancia en el contexto colombiano. Según la organización ambientalista Greenpeace, más del 78 % de las emisiones contaminantes relacionadas con el cambio climático provienen de vehículos como buses, camiones, automóviles y motocicletas. Paralelamente, la Organización Mundial de la Salud (OMS) advierte que la exposición continua al ruido del tráfico puede desencadenar problemas cardiovasculares, auditivos y emocionales.
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El ruido urbano, una preocupación creciente
Los niveles de ruido asociados al tráfico vehicular se han consolidado como una de las principales problemáticas ambientales en las ciudades colombianas. En Bogotá, el 61 % de la población se declara insatisfecha con los niveles de ruido, siendo el tránsito la fuente predominante, según datos de la Red Colombiana de Ciudades Cómo Vamos.
En el Valle de Aburrá, una investigación de la Universidad de San Buenaventura señala que el 48 % de los habitantes identifica la contaminación auditiva como una de las principales afectaciones ambientales del entorno.
Ante este panorama, el experimento de Kia Colombia —en el que su modelo eléctrico EV3 recorre los pasillos de una biblioteca sin generar ruido ni emisiones— plantea una alternativa para mitigar este tipo de contaminación. Su paso fue prácticamente imperceptible: solo el leve movimiento de unas hojas, desplazadas por el aire que generó al avanzar, delató su presencia. “Más allá del concepto creativo, este experimento representa una reflexión sobre cómo los vehículos eléctricos pueden transformar positivamente nuestras ciudades. ¿Qué pasaría si más carros fueran como este?”, señala Camila Márquez, directora de Mercadeo de Kia Colombia.
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Ciudades que ya viven el cambio
La implementación de tecnologías limpias en el sector transporte está generando impactos concretos en varias ciudades del mundo. En Oslo (Noruega), los vehículos eléctricos representaron el 89% de las ventas de automóviles nuevos durante 2024, superando el 82% registrado en 2023, según datos oficiales de matriculación. Esta tendencia sitúa al país cerca de su meta de vender únicamente carros eléctricos para 2025.
En Shenzhen (China), la estrategia de electrificación total del transporte público ha sido una de las más ambiciosas del mundo. La ciudad cuenta actualmente con más de 16.000 buses y 20.000 taxis completamente eléctricos en operación, lo que ha permitido reducir hasta en un 48% los niveles de material particulado fino, uno de los contaminantes atmosféricos más nocivos para la salud respiratoria.
Según el Buró de Protección Ambiental de Shenzhen, esta disminución ha estado acompañada de mejoras sostenidas en indicadores de salud infantil y una reducción en las enfermedades respiratorias agudas, especialmente durante las temporadas de alta contaminación.
En el contexto latinoamericano, Medellín se ha posicionado como una ciudad pionera en movilidad eléctrica. La incorporación de buses eléctricos al sistema Metroplús, la operación de taxis eléctricos y el desarrollo de corredores verdes han contribuido a una transformación progresiva de su ecosistema urbano.
De acuerdo con el Sistema de Alerta Temprana de Medellín y el Valle de Aburrá (SIATA), estas acciones ya muestran una mejora en la calidad del aire, particularmente en zonas de alta circulación vehicular. Además, la ciudad ha apostado por un enfoque de movilidad multimodal, que integra vehículos eléctricos con bicicletas públicas, metro, tranvía y rutas alimentadoras, ampliando las opciones de transporte sostenible.
El futuro de la movilidad: silencioso, limpio y seguro
Según el fabricante, el Kia EV3, al ser un vehículo completamente eléctrico, no genera emisiones de gases contaminantes ni material particulado durante su operación. Este aspecto resulta particularmente relevante en ciudades como Bogotá y Medellín, donde, según datos del IDEAM y la Secretaría Distrital de Ambiente, más del 60% de la contaminación del aire urbano proviene del tráfico vehicular.
Como explica Camila Márquez, este tipo de ejercicios no solo muestran el desempeño técnico del vehículo, sino que invitan a repensar el papel de la movilidad en las ciudades. “Esto significa que, incluso en un entorno sensible como una biblioteca, el vehículo puede desplazarse con total control, sin riesgo para las personas ni el entorno. Al final, el video no solo busca sorprender. Invita a imaginar una ciudad en la que los carros no son una fuente de ruido ni de contaminación, sino una extensión armónica del entorno”, concluye.
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