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En Colombia, donde la venta de vehículos eléctricos lidera el mercado Latinoamericano —entre enero y marzo, con 1.097 unidades, estaba en la cima, seguido por México, con 570— y los híbridos enchufables duplicaron sus registros en el primer semestre —pasando de 701 unidades a 1.326 entre enero y junio de 2022—, han emergido retos como la estandarización del conector de carga y, por supuesto, la disponibilidad de estos puntos de recarga.
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El primero de estos se solucionó en 2021, cuando el Ministerio de Minas estandarizó la infraestructura y señaló que cada estación debe contar como mínimo con un conector tipo 1. El segundo es —y al parecer, por los próximos años, será— un reto para marcas y usuarios.
En Colombia hay 209 puntos de carga y 489 conectores que alimentan a híbridos enchufables y eléctricos. Instalaciones necesarias, aunque, claro, es importante indicar que estos automóviles bien podrían recargar sus baterías en tomacorrientes tradicionales, pero a través de estos sus tiempos de carga aumentan de forma exponencial.
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Por eso, es común escuchar que, en cada lanzamiento de un vehículo cero emisiones, el fabricante anuncia, junto al producto, una alianza con alguna empresa que facilita el acceso al conector para sus usuarios. Instalaciones necesarias, pero de las que, a grandes rasgos, emergen nuevos retos en materia de propiedad horizontal.
Volvo —fabricante de automóviles sueco, referente histórico en términos de seguridad y nombre relativo a electrificación— anunció un plan cuya primera meta es instalar 150 cargadores en el país, disponibles no solo a sus usuarios, sino también para propietarios de vehículos eléctricos de otras marcas.
En entrevista con Ángela Bolívar, gerente de mercadeo de Volvo Cars Colombia, habló del plan, su importancia y beneficiados.
¿Cómo avanza la instalación de puntos de carga por parte de Volvo y sus aliados?
Avanza con paso decidido y firme. Llevamos trabajando en este proyecto con mucho entusiasmo varios meses y ya tenemos cerradas alianzas estratégicas para estos puntos de carga. Nuestra meta para la primera fase es tener 150 cargadores funcionando al cerrar el año. La buena noticia es que llevamos instalados cerca del 40 %.
¿Por qué decidieron desarrollar este proyecto?
La electrificación es una realidad que ya está presente. Volvo, desde su preocupación por las personas, ha sido insistente en su pilar de sostenibilidad; por eso tiene unos compromisos muy claros: para el 2025, el 50 % de nuestro portafolio estará en versión eléctrica, al 2030 el 100 % y para 2040 seremos una compañía climáticamente neutra. Para lograr esto, entendemos que aportar a una movilidad sostenible va más allá de ofrecer un portafolio eléctrico; implica también un impulso a la infraestructura, para que los clientes que deciden dar este paso puedan cargar sus carros fácilmente. Nuestro portafolio ha evolucionado para cumplir esa promesa, pero sabemos la importancia de ofrecer soluciones a los clientes que han hecho esta apuesta.
¿Dónde están ubicados?
Hemos instalado cargadores en Bogotá, Manizales, Bucaramanga, Medellín, Cali, Ibagué y Villa de Leyva, empezando por nuestra propia red de concesionarios a nivel nacional. Empezamos por casa: están en nuestra red de concesionarios, hoteles, clubes, centros comerciales, grandes superficies y clínicas, entre otros.
¿Habrá cargadores cercanos en vías nacionales?
Es posible que en una siguiente etapa. Esta primera fase está centrada en cubrir puntos estratégicos de uso regular para nuestros clientes en las ciudades.
¿A cuántas personas beneficiaría?
Una particularidad de Volvo es que todo lo que hace tiene el propósito de aportar a una movilidad más segura y sostenible, donde el centro son las personas. Por eso, nuestros puntos de carga son para todo aquel que tenga un carro híbrido enchufable o eléctrico, con un conector de estas características (conector tipo 1), sin importar la marca.
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¿Cuál ha sido la inversión?
Cada punto se evalúa por separado. A veces los costos se pueden incrementar o disminuir según la ubicación. Podemos dar un cifra aproximada y es de US$7.845,26 (unos $34’350.000) por instalación.