Mejoró la percepción de seguridad en Bogotá, pero no en el transporte público. Así lo reveló la Cámara de Comercio de Bogotá en la última encuesta de Percepción y Victimización 2024 (a 19.345 hogares, de 19 localidades) que, si bien, mostró una tendencia positiva en la ciudad, donde esa sensación cayó de 76,5% en 2023 a 69,3% en 2024, no ocurrió igual en el transporte público: allí la percepción pasó de 67,5 % a 70,6 %, agudizándose para las mujeres, con un deterioro de 71,1% a 74,5%.
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De ahí que se exija mayor presencia de Policía para contrarrestar la alta sensación de inseguridad que sienten los casi cuatro millones de pasajeros que mueve a diario todo el sistema de transporte Público (zonal, troncal, alimentación y cable). Para ello, desde hace 25 años existe un convenio interadministrativo entre la Empresa de Transmilenio S.A. y la Policía Nacional, pero ¿hay suficiente pie de fuerza para combatir los hechos delictivos?
El pasado 28 de febrero terminó el último convenio y solo lo vinieron a renovar siete meses después. Aunque no había un documento formal de por medio, la colaboración operativa entre Transmilenio y la Policía se mantuvo activa, pero sí limitó la asignación de efectivos, pues los que antes estaban asignados al sistema volvieron a las calles a patrullar.
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“Esa fecha empezamos mesas de negociación. Tuvimos algunas dificultades para aumentar los recursos que nos pedía la Policía. Adicionalmente, tuvimos algunos trámites administrativos que superar y salvaguardar que el 100% de los recursos se ejecuten o, de lo contrario, retornen a Transmilenio”, explicó Natalia Tinjacá, directora técnica de Seguridad de Transmilenio, sobre las demoras del proceso.
Concejales como Diana Diago (Centro Democrático) alertaron en agosto sobre la reducción del pie de fuerza en el sistema durante esos siete meses. Cifras entregadas por la Policía Metropolitana de Bogotá a la cabildante indican una disminución del 50% de enero (882) a julio de este año (432) en el número de policías asignados al sistema. A la fecha, la Policía respondió a este diario que hay 300 uniformados desplegados.
“Los vigilantes privados de Transmilenio se sienten solos y a merced de los criminales. La presencia policial es insuficiente para garantizar seguridad. Es importante que el alcalde Carlos Fernando Galán y su secretario de seguridad replanteen la estrategia de seguridad al interior del sistema”, instó Diago.
En contraste, están los 1.932 hurtos que se denunciaron entre enero y septiembre de 2025, al interior de los buses de Transmilenio, 631 menos que en el mismo periodo del año pasado. Las estaciones Av. Jiménez, Calle 100 y Banderas fueron las más críticas al reportar aumentos de robo hasta en un 1.450 % en agosto, 467 % en julio y 350 % en junio, como lo ratificó Transmilenio.
¿Cómo se invertirá los recursos del nuevo convenio?
El 23 de septiembre se firmó el acta de inicio entre Transmilenio y la Policía Metropolitana de Bogotá y que estará vigente hasta el primer semestre de 2026. Una vez se cumpla el plazo, se iniciará un nuevo proceso de encuentros y análisis, para adaptar el nuevo convenio, de acuerdo con las necesidades cambiantes de seguridad de Bogotá y del sistema de transporte.
Con una inversión y un único giro de COP 8.000 millones (COP 2.000 millones más que el anterior convenio), Transmilenio busca ampliar las capacidades de atención a eventos de seguridad, priorizando la necesidad de vehículos, tecnología, infraestructura, capacitación y logística, asegurando que la Policía cuente con mejores herramientas para acompañar a la ciudadanía en el sistema.
Con ello se espera mejorar la seguridad y aumentar las actividades de prevención como requisas, patrullajes, campañas de sensibilización y prevención sobre acoso sexual e instalación y monitoreo de cámaras de seguridad en estaciones y buses.
Según la Policía Metropolitana de Bogotá, diariamente realizan aproximadamente 8.245 registros a personas, logrando, en lo corrido del año, incautar 28.134 armas cortopunzantes. Así mismo, haber realizado 1.813 capturas principalmente por delitos de hurto a persona en sus diferentes modalidades (cosquilleo, factor oportunidad, entre otros), lesiones personales e injurias por vías de hecho (acoso sexual).
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No obstante, es clave entender que este convenio no obliga a fijar un número mínimo garantizado de policías para el sistema. Esto significa que, al final, el éxito dependerá de la voluntad de asignar recursos humanos adicionales desde la dirección de la Policía Metropolitana de Bogotá, algo que puede estar condicionado por otras prioridades en materia de seguridad en la ciudad.
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Por María Angélica García Puerto
