A no dejarse amedrentar, el mensaje tras atentados en Bogotá

 

Las explosiones de ayer se dieron a plena luz del día y con las sedes de Porvenir como objetivos. Primero, a las 3:45 p.m., en la calle 72 con carrera 10, en la localidad de Chapinero, justo en el corazón financiero bogotano.

 

Minutos después, en la calle 13 con carrera 46, localidad de Puente Aranda, explotó un artefacto que dejaron en una sala de espera de la entidad. El saldo fue de nueve heridos: ocho en el primer lugar y uno en el segundo, ninguno de gravedad, según la Secretaría de Salud.

 

Detrás de esto, sin embargo, hubo sofisticación. Además de las explosiones casi simultáneas, la secretaria Flórez declaró que la organización del atentado en Puente Aranda incluyó una llamada previa a un teléfono que dejaron en la sede de Porvenir para alertar lo que venía. Aclaró que no se conocían amenazas contra ese fondo de pensiones. Directivas de la entidad señalaron que por ahora no se pronunciarán.

 

La Fiscalía asumió la investigación junto con la Policía, y el análisis de informaciones recibidas de diferentes fuentes apunta, “por ahora, a la guerrilla como posible autora”, aunque no especificó algún grupo. En la noche, sin embargo, tras un consejo de seguridad, la alcaldesa encargada, Martha Lucía Zamora, afirmó: “No podemos decir qué hipótesis se tienen. Todo está siendo analizado. Por ahora no podemos establecer responsables”. Fue la misma posición del ministro del Interior, Juan Fernando Cristo.

 

Las hipótesis que apuntan a la guerrilla como responsable tienen dos opciones: la cercanía del aniversario del Eln y la arremetida de las Farc, que esta semana reiteró su intención de intensificar los ataques. Curiosamente, el anuncio se produjo en el momento de mayor tensión en la mesa de negociaciones con el Gobierno. No obstante, en Colombia hay antecedentes que demuestran que justo cuando hay tensiones en los procesos de paz, aparecen acciones armadas de terceros interesados en pescar en río revuelto. Eso es lo que deben establecer cuanto antes las autoridades. 

 

Además de la seguidilla de atentados de comienzo de año (ver cronología), la semana pasada se generó un revuelo por la información del Ejército, según la cual las Farc planeaban acciones contra altos mandos militares residentes en Bogotá. Por otra parte, tras los atentados de mediados de este mes contra tres torres de energía en Medina (Cundinamarca), que el presidente de la Empresa de Energía de Bogotá, Ricardo Roa, atribuyó a un plan para dejar sin el servicio a la capital, la Policía dio a conocer ayer la captura de dos posibles integrantes de esa guerrilla, alias Wálter y Nano, como presuntos autores.

 

Zamora adelantó que con la Unidad Antiterrorismo de la Fiscalía analizan las cámaras de seguridad y “los estudios están dando resultados positivos”. El general Humberto Guatibonza, director de la Policía de Bogotá, aseguró que se consolida el plan para blindar la ciudad.

 

Los atentados de ayer cogieron al presidente Santos en Perú y lo obligaron a anunciar anoche su regreso al país para ponerse al tanto. El alcalde Gustavo Petro, que está en Francia, al cierre de esta edición no se pronunciaba. 

 

Los candidatos a la Alcaldía rechazaron los hechos y pusieron sobre la mesa, de nuevo, el debate sobre la seguridad en la capital. Y aunque la alcaldesa encargada pidió que esto no se utilice para hacer campaña, lo cierto es que queda como un punto de mucho relieve en la agenda política.