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Adrenalina para superar la adicción: así trabaja este centro en el sur de Bogotá

Humberto Rodríguez Vargas es uno de los rostros jóvenes, que lidian con algún trastorno mental, por consumo de sustancias psicoactivas. Su historia la cuenta desde uno de los pocos centros que apuestan por cambiar hábitos, con atención especializada.

Juan Camilo Parra

07 de septiembre de 2025 - 09:33 a. m.
Unidad de Servicios de Salud, Nuevas Delicias. Las localidades donde predomina el consumo abusivo de sustancias son Kennedy, Bosa y Engativá.
Foto: Juan Camilo Parra
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Para Humberto Rodríguez Vargas todo comenzó a los 18 años, con un ‘moño’ de marihuana, que sació su curiosidad de probar la yerba. Pero su historia comienza antes, con las primeras provocaciones de probar las sustancias psicoactivas. Sin saber que haría parte de una minoría, el haber cruzado esa puerta no solo hizo que, a sus 25 años se detonara en él un brote psicótico (producto de años de consumo), sino que lo llevó a dejar su empleo como vendedor de zapatos, en el centro.

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Unidad de Servicios de Salud, Nuevas Delicias. Las localidades donde predomina el consumo abusivo de sustancias son Kennedy, Bosa y Engativá.
Foto: Juan Camilo Parra

Así lo cuenta, sentado junto a su padre, en el jardín de la Unidad de Servicios de Salud Nuevas Delicias, lugar que se caracteriza por su peculiar forma de abordar las adicciones: escalando paredes, plantando huertas. Ubicado entre la avenida Boyacá, la autopista Sur y la calle 45 sur, en Kennedy, este centro cumple 14 años usando enfoques alternativos, y desde octubre de 2024 se sumó al programa integral Hospital Día de la Subred Sur Occidente, en el que un grupo de profesionales guía a los asistentes a entender el mundo psicoactivo y sus riesgos. Dejar las sustancias es decisión de ellos.

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La decisión

“Un día salí de la casa a pegarme unos ‘plones’...”. Así comienza Humberto el relato del día que salió a fumar marihuana y sufrió una crisis psicótica. “Me pegué dos plones y comencé a sentir que todo el mundo me observaba. Miraba a mi alrededor y todo se me hacía familiar. Me preguntaba: ¿Pero a quién están buscando? Llegó un punto en el que salí a la calle y veía gente con los celulares en la mano buscandome a mí”. Desde entonces empezó a sentir delirios de persecución y después, a desarrollar esquizofrenia. “Eso fue una alerta para decir ¡Ya no más!”.

Humberto ahora se encuentra en un círculo, junto a seis hombres y dos mujeres. Son las 9:00 a.m. en la unidad Nuevas Delicias, donde los horarios varían según los grupos y las personas que acuden a la atención. La instructora comienza con un ejercicio de memoria con los nombres de las y los asistentes. Todos llegaron voluntariamente y buscan, si no reducir su consumo, dejarlo totalmente.

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Unidad de Servicios de Salud, Nuevas Delicias. Las localidades donde predomina el consumo abusivo de sustancias son Kennedy, Bosa y Engativá.
Foto: Juan Camilo Parra

La timidez, antes cómplice, se va perdiendo y el grupo avanza en otros ejercicios, que generan cercanía y llevan la mente a otros escenarios. Uno de ellos es adivinar lo que otro dibuja en su espalda. La psicóloga María Alejandra Osorio Avendaño explica que son ejercicios del servicio integral.

Unidad de Servicios de Salud, Nuevas Delicias. Las localidades donde predomina el consumo abusivo de sustancias son Kennedy, Bosa y Engativá.
Foto: Juan Camilo Parra

Aunque ya existían modelos de atención de este tipo, “este programa abrió el año pasado ante el aumento de consumo problemático, habilitando un lugar ambulatorio para que los pacientes reciban apoyo de un equipo interdisciplinario. En 9 meses hemos atendido 364 personas”, señala Osorio.

Karol Franco, otra de las asistentes, cuenta que llegó buscando mejorar sus hábitos. Para ella fue el alcohol. “Vengo de una familia en la que el alcohol estuvo muy presente. Luego, al ser mamá, me doy cuenta de las consecuencias del alcohol en un hogar. Pero lo cambié por el tabaco, la cocaína y la marihuana hasta que el exceso desordenó mi vida. Por eso vine acá”.

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Otras formas de elevarse

El psiquiatra Diego Castro explica: “aquí se manejan varios talleres. Es un programa pionero en usar, no solo la huerta para fomentar la responsabilidad y la adquisición de hábitos, sino también talleres psicoeducativos. El deporte es esencial para generar hábitos y ayudar a la deshabituación de la sustancia. A eso le apostamos y por eso somos de los pocos centros de salud con muro de escalar”.

Humberto creía que no podía subir el muro, o eso era lo que pensaba. Ingrid Paula Bautista Rondón, educadora física de la Unidad, dice que muchos pacientes vienen de estar en calle o de haber dejado la actividad física y el ejercicio. Creen que no pueden. En el caso de Humberto, a su bajo peso se sumaba una lesión en un hombro, pero luego de unas semanas pudo escalar. “La toma de decisiones, el manejo de las emociones, sobre todo la frustración, es en lo que nos concentramos”, dice Bautista.

Unidad de Servicios de Salud, Nuevas Delicias. Las localidades donde predomina el consumo abusivo de sustancias son Kennedy, Bosa y Engativá.
Foto: Juan Camilo Parra

A muchos de los asistentes, las terapias se les volvió un buen hábito. “Trato de venir tres o cuatro veces a la semana, depende del cronograma que me hagan. Los ejercicios que más me gustan son los de trabajo mental, donde nos refuerzan la concentración, la comunicación asertiva y la empatía. Los médicos no nos ven ni nos tratan como consumidores”, dice Karol.

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El muro de escalar y otras actividades extremas, tienen una razón de ser: “Acá trabajamos varias cosas con deportes, que generan adrenalina, como la escalada, el parapente, el slackline... todo este tipo de actividades favorecen a esta población, porque es lo que ellos sienten cuando consumen. Entonces, la idea es demostrarles que hay otras maneras de llegar a esas sensaciones”, añade la educadora.

El contexto y la psiquis

El psiquiatra dice que algunos de los problemas asociados al consumo de sustancias, “casi siempre vienen acompañados de patología psiquiátrica como depresión, ansiedad, esquizofrenia, varios tipos de psicosis, trastorno afectivo bipolar”. En cuanto a Bogotá, agrega, las localidades más afectadas por consumo de sustancias psicoactivas son Bosa y Kennedy”.

La psicóloga Alejandra Osorio cuenta que desde su área han identificado que la mayoría llegan con problemas emocionales, violencias, abusos, maltratos y, muchas veces, la problemática ni siquiera es el consumo. “Ellos tienen sueños de ser personas con un propósito; que pueden cambiar su vida. Además, tenemos claro que son papás, que son hijos y pueden generar un impacto en la familia”.

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Unidad de Servicios de Salud, Nuevas Delicias. Las localidades donde predomina el consumo abusivo de sustancias son Kennedy, Bosa y Engativá.
Foto: Juan Camilo Parra

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Y es que acá no solo se concentran en lo individual. Otro aspecto clave en Nuevas Delicias es “ofrecer un apoyo también a su círculo social, como se nota con Karol, la madre que intenta dejar su relación con las sustancias, quien destaca dos cosas del programa: que no la traten como consumidora y le enseñan a reconocer y ser dueños de sus hábitos sin fármacos.

“Más allá de querer mostrarme un tema médico, me han mostrado que muchas conductas se pueden cambiar por medio de nuestros hábitos. Cambiar formas de pensar y las rutinas pueden hacer grandes cambios en nuestras vidas”, resalta Karol. “Uno no tiene que refugiarse en algún medicamento o droga. Hay formas de conocer nuestra mente, nuestra persona, así mismo actuar y elegir”, concluye Huberto, mientras quita las raíces invasoras de su tramo de huerta.

Unidad de Servicios de Salud, Nuevas Delicias. Las localidades donde predomina el consumo abusivo de sustancias son Kennedy, Bosa y Engativá.
Foto: Juan Camilo Parra

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Por Juan Camilo Parra

Periodista egresado de la Universidad Externado de colombia con experiencia en cubrimiento de orden público en Bogotá.jparra@elespectador.com
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