Antes de dictamen, padre del patrullero Díaz habló de un posible homicidio

Aunque el informe habla de "muerte violenta accidental", no puede descartarse que el uniformado haya sido empujado al vacío.

Verónica Téllez
05 de febrero de 2013 - 06:43 p. m.
Jairo Díaz, padre del patrullero muerto en Usaquén, junto a la psicóloga de la Policía y dos agentes más. / Luis Ángel
Jairo Díaz, padre del patrullero muerto en Usaquén, junto a la psicóloga de la Policía y dos agentes más. / Luis Ángel

“El resultado de la muerte (del patrullero Jairo Díaz) corresponde a politraumatismo secundario de caída en altura. Es una manera de muerte violenta accidental”. En esos términos , el director del Instituto de Medicina Legal, Carlos Valdés, explicó la forma en que falleció el uniformado.

Al ser indagado sobre si Díaz pudo haber sido empujado, expresó que esa posibilidad “hará parte de la investigación en manos de la Fiscalía”. Descartó de plano que el patrullero hubiera sido torturado.

La necropsia, que duró 10 horas, permitió establecer que el tiempo de muerte de Díaz corresponde a los mismos nueve días que tardó la búsqueda. Su cuerpo se conservó debido a las condiciones húmedas y frías del lugar, añadió Valdés. En el análisis del cadáver se utilizó un procedimiento de estándar internacional usual en aquellos casos en los que se pretende establecer si hubo condiciones violatorias de derechos humanos.

Antes de que Medicina Legal comenzara su examen para establecer la causa de la muerte del patrullero, cuyo cuerpo fue hallado el lunes en una quebrada del barrio Arauquita, su padre, Jairo Díaz, dijo a Caracol Radio: “Ahí no hay accidente, a él lo mataron. Cómo va a aparecer después de nueve días, lo encuentran y no está descompuesto ni nada, a él lo mataron o le metieron un golpe en la cabeza para poderlo coger y se les murió y lo botaron”.

Después de este pronunciamiento el señor Díaz sólo dijo algunas palabras ante los medios cuando salió de la sede del Instituto y abordó una patrulla de la Policía. Se mostró confundido respecto a la forma en que murió su hijo. Pero luego el hombre no se volvió a manifestar públicamente y estuvo todo el tiempo junto a miembros de la Institución.

Luego del diagnóstico de Medicina Legal, la gran duda que queda en torno a la muerte de Díaz es por qué la Policía tardó una semana en encontrarlo, si realizó una intensa búsqueda en la zona donde fue hallado el cuerpo. Al respecto la Policía no dio más detalles aparte de los que expresó el general Luis Eduardo Martínez, comandante de la Policía Metropolitana de Bogotá, el lunes, cuando señaló que el cadáver no estaba descompuesto ni tenía señales de tortura. El coronel Diego Páez, quien dirigió al equipo de rescate, no ha respondido dudas desde el hallazgo.

Ximena Vergara, prima del fallecido patrullero, no se explica por qué el joven que apenas llevaba 10 días en el CAI de Villa Nidia fue enviado a inspeccionar la zona ante la posible presencia de hombres armados en la peña que divide los barrios Santa Cecilia y Cerro Norte, de la localidad de Usaquén.

Esa tarde, del domingo 27 de enero, Díaz subió hasta la peña con otros tres compañeros en dos motos. Estuvieron revisando entre los matorrales y luego de no encontrar nada más que una pareja bañándose en una quebrada, Díaz siguió solo su camino. “Él era emprendedor, por eso cuando no lo volvimos a ver pensamos que se había devuelto al CAI por su cuenta”, dijo el subintendente Rúsber Hincapié y lo reiteró el comandante de la estación de Policía de Usaquén, coronel Reynaldo Rojas.

El único rastro que se encontró 24 horas después de su desaparición fue el chaleco. Las primeras hipótesis que se estudiaron fueron que se hubiera caído por la pendiente o estuviera secuestrado por algunas bandas criminales, como Los Pascuales o Los Luisitos, que operan en la zona desde hace 15 años.

El grupo de búsqueda y rescate de la Policía realizó labores con más de 45 hombres entre la maleza. Pero si se hubiera caído por la quebrada, lo hubieran encontrado rápido, dijo una vecina que vive junto al punto donde fue visto por última vez. La mujer agregó que un niño se había rodado por allí hace menos de un año y su cadáver fue encontrado el mismo día del accidente.

En medio de las distintas versiones que se han manejado en el caso, no es claro aún por qué el policía fue trasladado del barrio Quiroga, en la localidad de Rafael Uribe, hasta el sector de Villa Nidia, al otro extremo de la ciudad. Una fuente extraoficial indicó que podía tratarse de un castigo.

Tampoco resultan suficientes las explicaciones acerca de por qué lo enviaron a inspeccionar la zona del matorral cerca de Villa Nidia, donde finalmente murió, ni mucho menos por qué sus compañeros lo dejaron solo. “Eso es lo que no entendemos, por qué nadie le explicó nada para ir allá. Por eso crecen muchas dudas entre nosotros”, dijo su prima Ximena Vergara.

La velación del patrullero se realizó este martes en la noche y se espera el traslado del cuerpo a Manizales.

Por Verónica Téllez

Temas recomendados:

 

Sin comentarios aún. Suscribete e inicia la conversación
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta política.
Aceptar