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De acuerdo con el Observatorio Venezuela de la Universidad del Rosario, entre 2015 y 2023, más de 7.7 millones de venezolanos han abandonado su país, muchos de ellos a pie. Ante esta crisis migratoria, la concesionaria Vía Sumapaz, que lidera el proyecto de modernización de la vía Bogotá-Girardot, lanzó hace cinco años la iniciativa Vía Esperanza. Este programa ha proporcionado asistencia humanitaria a más de 42 mil migrantes, incluyendo mujeres embarazadas, niños y personas con discapacidad.
Desde su inicio en 2019, Vía Esperanza ha trabajado en colaboración con organizaciones como la Cruz Roja Colombiana, la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), World Vision y el Servicio Jesuita a Refugiados. Juntos, han ofrecido a los migrantes espacios para descansar, hidratarse, recibir primeros auxilios y kits energéticos, además de proporcionarles acceso a internet para comunicarse con sus familiares y brazaletes reflectivos para su seguridad.
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Alexandra Álvarez, directora Social de Vía Sumapaz, señaló que Vía Esperanza se creó para responder a las necesidades del entorno vial, bajo los principios de Movilidad Positiva de VINCI Highways, empresa matriz de Vía Sumapaz. Este enfoque busca no solo mejorar la infraestructura, sino también promover el progreso y la equidad en las comunidades.
En 2023, 550 niños y adolescentes participaron en el programa Rincón de lectura V.I.A.L, que promueve habilidades de lectura y escritura. Además, el programa Caninantes, iniciado en 2021, ha ayudado a más de 900 mascotas de migrantes, ofreciéndoles collares reflectivos, hidratación y comida.
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Vía Sumapaz también ha implementado el proyecto EkomuroH2O+, que recoge y filtra agua de lluvia para proporcionar agua potable a los migrantes, mejorando así su bienestar.
Vía Sumapaz, liderado por VINCI Highways, es responsable de modernizar la vía Bogotá-Girardot, uno de los corredores viales más importantes de Colombia. El proyecto incluye la construcción de un tercer carril en un tramo de 65 km, mejorando la capacidad y atendiendo la creciente demanda de esta ruta clave que conecta la capital con el Pacífico colombiano.
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Por Redacción Bogotá
