Así se aplicará el nuevo Código de Policía

El coronel Hernán Meneses, abogado de la Policía de Bogotá, explica que los encargados de sancionar serán los inspectores y no los uniformados, y que con ayuda de los ciudadanos no habrá espacios para irregularidades.

Laura Dulce Romero
29 de enero de 2017 - 02:00 a. m.
El Espectador
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Foto: EFE - Leonardo Muñoz.

“El Código de Policía no sanciona, no reprime, no castiga. Creo que es preventivo, educativo y que nos permite llegar más a la comunidad, pero haciéndoles ver que sus conductas podrían mejorar. Nosotros quisimos darle prioridad a la mediación policial”. Son las palabras del coronel Hernán Meneses, abogado de la Policía de Bogotá, quien está convencido de que el nuevo Código les enseñará a los ciudadanos a tener un mejor comportamiento. Si bien admite que las multas son protagonistas, insiste en que serán la última instancia, en caso de que las situaciones se salgan de control y no haya posibilidad de una mediación.

Aunque Meneses no lo ve como un asunto preocupante, uno de los mayores temores de los ciudadanos es que se les abra un espacio a las irregularidades y los sobornos, como en reiteradas ocasiones ha ocurrido con la Policía de Tránsito. Para que no existan dudas, el coronel explica que la multa se impondrá después de una mediación fallida o una reiteración de la mala conducta. Además, aclara que los uniformados no serán los encargados de imponer las multas. Esa tarea será de los inspectores de Policía.

En el caso de Bogotá, los inspectores son empleados de la Secretaría de Gobierno y funcionan como una segunda instancia. Usualmente son abogados especializados en seguridad que atienden los casos cuando nosotros los necesitamos”, agrega Meneses.

Se espera que en abril el Distrito contrate a 100 inspectores, pues, de acuerdo con la ley, su disponibilidad debe ser 24 horas, los siete días de la semana. De todas maneras, para evitar los actos de corrupción, el coronel les recuerda a los ciudadanos su derecho a documentar los procedimientos policivos a través de su celular u otras herramientas tecnológicas.

Paso a paso

Si un policía lo ve cometiendo una infracción, primero le llamará la atención, asegura el coronel Meneses. Si reincide o no quiere escuchar el llamado de atención, el policía podrá solicitar la ayuda del inspector, quien lo sancionará. Los datos de los infractores se almacenarán en una base de datos llamada Registro Nacional de Medidas Correctivas. Allí habrá un historial y se especificará el tipo de falta y el monto que debe pagar.

Los sancionados tendrán cinco días para cancelar su deuda y beneficiarse con una rebaja de un 50 %. Si pasan seis meses y no ha saldado la multa, se declarará al ciudadano deudor moroso del Estado.

“Eso quiere decir que inicia en un proceso coactivo para cobrar el dinero que no quiere pagar. A parte, no podrá contratar con el Estado, validar la tenencia de armas de fuego, pertenecer a escuelas de formación de la Fuerza Pública ni renovar el registro mercantil. Tampoco podrá ser funcionario público, y si lo es, no podrá ascender”, explica el uniformado.

Según la ley, los ciudadanos que sean sancionados con las multas tipos uno y dos, cuyo valor es de $98.362 y $196.724, podrán escoger entre pagar o participar en una actividad pedagógica y social. En el caso de los infractores reincidentes, la multa incrementaría a 50 %.

Tenga en cuenta que en los primeros tres meses las sanciones serán pedagógicas en todos los casos. Finalmente, Meneses asegura que todas las medidas correctivas prescribirán en cinco años.

¿Son suficientes las multas?

Para Hugo Acero, experto en seguridad y cultura ciudadana, esta nueva reglamentación abre el debate de la eficiencia del sistema de multas para mejorar la convivencia. Cita un ejemplo: “Desde hace dos años se multan a quienes ingresan sin pagar a Transmilenio. Según las cifras, 200.000 personas se cuelan al día y, desde que se tomó la decisión, sólo se han sancionado 6.300. De ellas, menos del 10 % ha pagado la multa. Ahí uno se pregunta qué capacidad se tiene para sancionar a las personas que cometen infracciones y si de verdad es un sistema efectivo, porque aún se siguen colando”.

Considera, además, que las consecuencias por no pagar las multas son débiles, pues no todos los sancionados aspiran a un registro mercantil, ser funcionarios, tener el permiso para portar un arma o ingresar a una escuela de formación militar. Así, advierte Acero, muchos seguirán violando las normas y esperarán a que prescriban las sanciones.

Destaca que el nuevo Código tiene avances como las retenciones por 12 horas. Cree que a veces esa medida de prevención es más efectiva que una sanción monetaria: “Sigamos con el tema de Transmilenio. Si mañana una persona atraviesa la vía del carril exclusivo para colarse y un bus debe desviarse por su mala conducta, se choca y hay más heridos, pues una multa no es suficiente”.

Si bien piensa que es necesario endurecer los castigos, considera, igual que Meneses, reforzar las campañas de educación e incentivar la cultura ciudadana.

Por Laura Dulce Romero

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