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Tal como lo reveló El Espectador el miércoles pasado, el alcalde Gustavo Petro expidió ayer el decreto para estructurar el esquema de aseo que regirá en Bogotá a partir del 18 de diciembre. El paquete de medidas es el palo en la rueda para que los actuales operadores privados compitan con el Distrito, pues éste determinó que el relleno Sanitario Doña Juana sólo recibirá los residuos de las empresas que autorice la Unidad Administrativa Especial de Servicios Públicos (Uaesp), entre otras medidas. El mandatario también confirmó que como aún no se ha adjudicado la licitación para la compra de vehículos para la operación, el Acueducto garantizará la recolección por medio de una flota alquilada.
En menos de dos horas, luego de que el alcalde Gustavo Petro anunciara la expedición del decreto, la Contraloría Distrital visitó la sede de la Alcaldía para hacer un control previo al Distrito sobre el tema. Una fuente de la administración aseguró que “esta es la prueba de que hay una cacería de brujas en contra de Gustavo Petro desde los órganos de control”.
En cuanto a las medidas determinadas por la Alcaldía, el mandatario explicó que el nuevo esquema de aseo será transitorio hasta que la Comisión Reguladora de Agua Potable (CRA) apruebe la propuesta que hizo la Uaesp para adjudicar 12 áreas de servicio exclusivo a operadores públicos o privados y se estructure la nueva fórmula tarifaria del servicio. De esta última dependerá el pago vía tarifa a los aproximadamente 14.200 recicladores censados en la ciudad.
Otro de los artículos más importantes ordena que desde cada uno de los hogares de los capitalinos se separen los residuos. La Uaesp expedirá próximamente una resolución en la que se indicará que los materiales reciclables deberán separarse en una bolsa blanca y el material orgánico deberá disponerse en una de color negro. Petro insistió en que será un proceso progresivo acompañado de campañas pedagógicas y no acarreará sanciones. También aseguró que habrá incentivos para supermercados y tiendas que suministren a sus clientes las bolsas de diferente color.
El alcalde advirtió que la remuneración del operador se hará de acuerdo con la limpieza que tenga cada una de las áreas de servicio de aseo. Aclaró que la supervisión, el control y la coordinación de la recolección estarán a cargo de la Uaesp, ya que el Acueducto sólo será un operador por medio de su filial Aguas de Bogotá, que a su vez va a crear una empresa subsidiaria que se llamaría Aseo Bogotá.
En medio de estas reglas hay un artículo que será la manzana de la discordia entre los operadores privados y el Distrito: la disposición de los residuos. Petro reiteró que el acceso al relleno sanitario Doña Juana será permitido únicamente a Aguas de Bogotá y a las empresas que ésta subcontrate, para operar el servicio, las cuales deben estar autorizadas por la Uaesp. El alcalde ampara su decisión en la cláusula tercera del contrato entre el actual operador del relleno (CGR) y la entidad distrital. De incumplirse este punto, el Distrito terminaría el contrato unilateralmente.
En cuanto a la remuneración a los recicladores, el mandatario aseguró que se les pagará por tonelada entregada en las bodegas de reciclaje, que corresponde al mismo valor que se cancelará a las empresas que lleven las basuras a Doña Juana.
Además, el Distrito prohibirá que Aguas de Bogotá o las empresas subcontratadas por ésta contraten a sus empleados mediante cooperativas de trabajo asociado. Petro fue enfático en que en su administración no aceptará “más contratos laborales basura”.