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El boletín más reciente del Instituto Nacional de Salud muestra que, hasta las 06:00 de la mañana de este 26 de diciembre, el número de lesionados por pólvora en Bogotá va en 32, es decir, 14 más de los que se consolidaron en 2018.
De estos la mayoría son adultos (con 24 casos) y el resto (ocho) son menores de edad. Así las cosas, Bogotá se mantiene como la tercera región del país con más lesionados de este tipo. La capital está por debajo de Valle del Cauca (que registra 48) y Antioquia (con 47).
El pasado 18 de diciembre, el secretario de seguridad, Jairo García, manifestó que en las últimas dos semanas la línea de atención 123 recibió más de mil llamadas de ciudadanos que reportaron venta y manipulación de pólvora. En su momento, el directivo hizo un llamado para que no se empleen estos artefactos explosivos, y menos cuando se está bajo el efecto del alcohol.
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Y es que en el consolidado nacional se ve que el licor sí juega un papel determinante al momento de generar lesionados por manipulación de pólvora. Este año el 38% de los adultos afectados se encontraban alicorados, mientras que el 5% de los niños estaban en compañía de un mayor de edad, bajo ese estado, al momento de ser herido.
En el país la cifra de lesionados por pólvora (373) sigue sin superar a la que se consolidó en 2018 (434). No obstante, y a diferencia del año pasado, en 2019 ya se registra la primera muerte por este tipo de prácticas.
En Colombia, el 68% de los lesionados son manipuladores de artefactos explosivos, el 21% observadores, el 3% transportadores y el 2% vendedores y almacenadores.
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Los tipos de lesiones, en su mayoría, son quemaduras (93%), seguidas por laceraciones 69%, contusiones 31%, amputaciones 7%, daños oculares 8%, y daños auditivos 7%. El Instituto Nacional de Salud explica que se puede presentar más de un tipo de lesión simultáneamente.
Los artefactos que más dejan lesionados en el país son los totes (27%), voladores (13%), volcanes (9%), cohetes (6%) y luces de bengala, también conocidas como ‘chispitas’ (5%).