Una joven fuerte de carácter, alegre, apasionada por la cultura musical Kpop y el baile. Así recuerda Mónica Sánchez a su hija María Fernanda Poveda Sánchez, de 15 años, quien murió por suicidio en septiembre de 2023. “Era una fuerza de la naturaleza”, agrega.
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Bajo un diagnóstico de ansiedad y depresión, con ideas impulsivas y suicidas, María Fernanda pasó por tratamientos psicológicos y psiquiátricos, y estuvo en clínicas de salud mental. Un año en el que Mónica tuvo que batallar contra un indolente sistema de salud. Ahora, luego de dos años, quiere hablarle a los jóvenes desde una mirada de prevención.
Ese año en Bogotá, se reportaron 439 muertes por suicidio, la mayoría (7 de cada 10) fueron hombres. Lo que preocupa es que, si bien fueron menos las mujeres se quitaron la vida (124), la mitad tenían entre 10 y 29 años. Los mayores factores desencadenantes fueron conflictos de pareja, enfermedades dolorosas, presión escolar, la muerte de un familiar, problemas económicos, entre otros.
Para 2024, si bien los casos disminuyeron 15% (347 casos) y la proporción de hombres aumentó a 8 de cada 10, el panorama en cuanto a las mujeres no varió. Como tampoco lo hizo la tendencia de ideas suicidas e intentos de suicidios, que en los últimos años viene en aumento y donde las mujeres superan de lejos a los hombres. Mientras en 2023 fueron 5.486 mujeres las que intentaron suicidarse frente a 2.726 hombres, para 2024 las cifras pasaron a 5.500 y 3.082 respectivamente.
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En septiembre, mes en que se conmemora la prevención del suicidio, analizamos por qué la idea de ponerle fin a la vida es un fenómeno que afecta más a las mujeres, así como los factores estructurales que las alejan de su bienestar emocional y qué está haciendo el Distrito, en el caso de Bogotá, para atenderlas.
Ser mujer como factor de riesgo
El año pasado se logró revertir una tendencia creciente en los casos de suicidio en Bogotá, con una disminución de casi 15%, la cual se mantiene en lo corrido de 2025: con corte al 30 de julio, se han reportado 185 muertes, un 12,3 % menos que en el mismo periodo del año anterior. A pesar de las alentadoras cifras, a detalle, en la población adulta mayor y las mujeres hay mucho por trabajar. Según el Boletín del Adulto Mayor de Medicina Legal, entre enero y junio de 2025, se reportaron 31 suicidios en la capital, 13 más en el mismo periodo durante 2024 (18). En el caso de las mujeres que representan el 52% del total de población en Bogotá, también es problemático.
Los datos más recientes, con base en el estudio Salud mental de las mujeres en Bogotá: Diagnóstico de factores de riesgo y protectores, del Observatorio de Mujeres y Equidad de Género (OMEG), encontró que el 57% de personas con conducta suicida corresponde a mujeres, en especial son mujeres jefas de hogar que viven solas (24%). La población más vulnerable son las que tienen entre 18 y 29 años, con un 81% más de probabilidades de presentar conducta suicida, respecto a las mayores de 60 años. “La falta de un entorno relacional sólido y protector en esta etapa puede dificultar su desarrollo personal y profesional, afectando su seguridad y bienestar”, dice el documento.
Si miramos el fenómeno de las ideaciones suicidas (pensamientos que reflejan un deseo o intención de morir, y pueden incluir fantasías o prefiguraciones de la propia muerte), las mujeres reportaron más casos (65%) que los hombres (35%). La mayoría están en el rango de edad de 18 a 28 años, siendo las localidades de Suba (14%), Kennedy (14%) y Engativá (10%) las que reportan porcentajes más altos.
Mientras tanto, frente al intento de suicidio -conducta autoinfligida- se registran más casos en mujeres jóvenes que en hombres jóvenes. De los 8.500 intentos que reportaron las autoridades en 2023, el 64% fueron mujeres, de las cuales el 30% fueron menores de edad y el 42% tenían menos de 29 años. Hubo una alta prevalencia entre personas solteras, con el 73% de los casos. Las localidades de Suba, Kennedy y Engativá registraron los mayores números.
¿Cuáles son las causas?
Para entender el porqué de las conductas suicidas entre mujeres, hay que identificar elementos o situaciones que pueden afectar su bienestar mental, como la desigualdad, las experiencias traumáticas, los trastornos de salud mental, incluso la pandemia por el Covid19, entre otros factores.
En Bogotá, por ejemplo, la ansiedad ocupa el primer lugar. Entre el 2019 y el primer semestre de 2023 este trastorno afectó más a las mujeres (68,5%), donde el 40% eran jefas de hogar, que vivían solas. Frente a las que reportaron síntomas de un episodio depresivo, el 62% fueron mujeres.
La pandemia por el Covid19 también golpeó su salud mental, tanto por la dinámica del confinamiento como por sus efectos económicos. “Las desigualdades de género y las condiciones estructurales de inequidad impactan de manera desproporcionada la salud mental de las mujeres, debido a factores como la sobrecarga de tareas de cuidado, los estereotipos de género y la pobreza de tiempo”, detalló el informe que se publicó a comienzos del año pasado, pero que sigue vigente.
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Sobre esto último, vale la pena recordar la carga de trabajo desproporcionada que enfrentan las mujeres debido a los múltiples roles que desempeñan en los ámbitos reproductivo, productivo y comunitario. En la doble jornada, es decir, la combinación de tareas domésticas y de cuidado no remuneradas con las del empleo remunerado o actividades económicas, esto termina por limitar el tiempo personal de las mujeres y afectar su bienestar.
Así lo evidencian también las cifras. De acuerdo con la Encuesta Nacional del Uso del Tiempo desarrollada por el DANE, en Bogotá, 9 de cada 10 mujeres realizan trabajos de cuidado no remunerados, mientras que solo 6 de cada 10 hombres lo hacen. Además, las mujeres dedican en promedio 3 horas y 11 minutos diarios más que los hombres a estas actividades.
Por su parte, la triple jornada amplía esta carga al incluir, además, las responsabilidades del trabajo comunitario, ya sea en actividades de servicio voluntario, relacionadas con la provisión de recursos colectivos como agua o educación, o en actividades organizativas y políticas. “Esta carga desigual se traduce en una mayor incidencia de trastornos del sueño, niveles elevados de depresión y, en casos extremos, un aumento en la tasa de suicidios”, analiza el estudio.
Por otro lado, las mujeres que sufrieron una experiencia traumática o muy angustiantes, tienen 75% más de probabilidades de tener conducta suicida recurrente; 63% más de probabilidades de tener síntomas de depresión, y 67% más de tener síntomas de trastorno de ansiedad generalizado. En Colombia, los eventos que pueden resultar traumáticos o angustiantes están asociados a violencia intrafamiliar (77%).
Hablar, una de las formas de prevenir
El Distrito tiene un compromiso con las mujeres y sus derechos priorizados en la política pública, entre los que destaca el derecho a la salud plena. Es decir, que cada una pueda gozar de bienestar integral y autonomía, en todos los ámbitos de su vida: físico, mental y social. En línea con este derecho, la Secretaría de la Mujer cuenta con programas como las Escuelas de Educación Emocional Amar-te; espacios de Conexión Emocional con enfoque diferencial, y los Semilleros de Empoderamiento para niñas, adolescentes y jóvenes.
¿Su objetivo?: encuentros para reconocer emociones, gestionarlas y aprender herramientas para su vida que minimicen la vulnerabilidad a las alteraciones de su vida afectiva. Según datos de la entidad, al primero de agosto, las escuelas Amar-te atendieron a 222 mujeres (78 más que todo el 2024). Las beneficiadas fueron 64 jóvenes, 46 que realizan actividades sexuales pagadas, 44 mujeres con discapacidad, 18 lesbianas, bisexuales o trans, 16 mujeres rurales, 14 adultas mayores, 13 víctimas del conflicto, 4 migrantes y 3 que pertenecen a pueblos étnicos.
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Mientras tanto, los espacios de conexión emocional han atendido 1.182 mujeres en 47 espacios (311 más que en 2024) y los semilleros de empoderamiento, donde se desmitifican imaginarios y practicas sexistas para reconocerse como sujetas de derechos, han impartido 22 jornadas a 369 mujeres.
“En caso de identificar una violencia o necesidad de atención, redirigimos a las rutas que existen. Igualmente, estos espacios son fundamentales como un primer punto para fortalecer las redes de apoyo y pueden desarrollar habilidades para saber cómo vivir de otra manera sin que genere un riesgo de salud mental”, destaca Lina Lozano, directora de Enfoque Diferencial de la Secretaría de la Mujer, quien agrega que, para acceder a los programas, pueden escribir a las redes sociales de la Secretaría.
Que los suicidios hayan disminuido en 2025, no debe minimizarse. Pero el contraste entre los elevados niveles de ideación e intento en las mujeres, sugiere que muchas vidas se pueden salvar si se brinda ayuda a tiempo.
Tras perder a su hija, Mónica Sánchez ha atravesado un proceso de duelo con acompañamiento profesional en psicoterapia y psiquiatría, así como el grupo de ayuda de la Fundación Lazos, donde se ha encontrado con otros padres que también tienen una historia similar. “Ellos han sido un salvavidas para mí. Allá nadie te juzga y donde está permitido llorar o sentir rabia. Yo hubiera querido que existieran más fundaciones así para adolescentes como mi hija”.
Mónica asegura que la prevención del suicidio requiere trabajo y compromiso de un Estado. Por ahora, quiere dejarles un mensaje a los jóvenes: “A pesar de lo difícil que se vea el panorama; que así sea para una sola persona, ellos significan la vida entera. Así la enfermedad les haga pensar lo contrario, hay que buscar ayuda, así no se la brinden a la primera vez. Pero hay que seguir tocando puertas, porque siempre habrá alguien que sí te va a demostrar que vale la pena luchar”.
Líneas de atención en salud mental
La Alcaldía cuenta con una Red Distrital de Canales de Atención Psicosocial y Acceso a la Justicia, un grupo de recursos telefónicos orientados al cuidado de la salud a través de servicios de orientación y apoyo a la ciudadanía, muchos de ellos dirigidos al cuidado de la salud mental:
- Línea 106, el poder de ser escuchado: apoyo psicosocial e intervención en crisis en salud mental para todas las personas, 24 horas al día los 7 días a la semana en la línea 106 o el Whatsapp 300 754 8933.
- Línea Calma: Espacio de escucha emocional para hombres mayores de 18 años (Lunes a viernes de 8:30 a.m. a 10:30 p.m. Sábados y domingos de 2:00 p.m. a 10:30 p.m) en el telefóno 01 8000 423 614.
- Línea salvavidas: Contención en crisis de niños, niñas, adolescentes y jóvenes en riesgo de suicidio y discriminación (Lunes a viernes de 7 a.m. a 7 p.m. y sábados de 7 a.m. a 12 m). Teléfono: 311 766 8666 o al correo hablamoscontigo@sergiourrego.org
- Línea de emergencias 123
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Por María Angélica García Puerto
