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El pasado 25 de septiembre, la Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca (CAR) realizó una inspección en los ríos Apulo y Calandaima con el fin de identificar las problemáticas ambientales que afectan a estas fuentes hídricas. Durante el recorrido, liderado por el director de la entidad, Alfred Ballesteros, se discutieron acciones enfocadas en la restauración de los ríos y en la mitigación de los riesgos generados por fenómenos climáticos extremos.
Este trabajo hace parte de un plan iniciado el pasado mes de marzo, cuya meta es intervenir más de 20 kilómetros de estos afluentes mediante la remoción de sedimentos, lo que permitirá recuperar su capacidad hidráulica. De esta manera, el proyecto, que tiene un costo aproximado de 65 millones de pesos, busca prevenir inundaciones y sequías en las áreas circundantes, en un proceso que deberá completarse en julio de 2025.
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“Resaltamos la necesidad de implementar soluciones naturales para evitar daños futuros, en lugar de construir estructuras rígidas como muros de contención. Las emergencias invernales de años anteriores son recordatorios de la urgencia de estas intervenciones”, manifestó el director de la CAR.
Durante la visita, el equipo de la corporación sostuvo encuentros con las autoridades locales para abordar diferentes problemáticas relacionadas con el uso y conservación de los recursos hídricos. Uno de estos encuentros fue con el alcalde de Tocaima, Hernán Herrera, con quien se discutieron posibles soluciones a la problemática del acueducto local.
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Finalmente, la entidad firmó un acuerdo de conservación con la Fundación Lazos de Calamdaima para coordinar esfuerzos en la protección de la cuenca del río. Asimismo, la junta directiva del condominio Mesa de Yeguas mostró interés en colaborar en la mejora de las condiciones del embalse que abastece a la comunidad de Anapoima.
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Por Redacción Bogotá
