Una investigación del Centro Interdisciplinario de Estudios sobre Desarrollo (Cider) de la Universidad de los Andes, y la ONG de desarrollo Cuso International, advierte sobre las precarias condiciones que tienen las 89.000 enfermeras, auxiliares de enfermería y mujeres sin educación superior dedicadas al cuidado de la salud de la población de Bogotá. El 54 % cuenta con un empleo formal, concluye el estudio.
La investigación tiene en cuenta los datos de la base de Registro Único de Talento Humano en Salud (ReThus) y la Gran Encuesta Integrada de Hogares (GEIH) para el periodo de 2014-2017 (las cifras más recientes registradas para este sector).
De las 89.000 trabajadoras que se estudió en promedio el 61% no cotiza a pensión y, adicionalmente, 33% no tiene una afiliación a riesgos profesionales. Y también se encontró que las trabajadoras sin estudios profesionales, que solo han cursado una educación básica primaria, ganan una remuneración promedio equivalente al 89 % del salario mínimo ($736.000).
“El cuidado de los enfermos en nuestra cultura es una tarea de mujeres que, además, por lo general no es bien valorado por la sociedad. Una prueba de ello es que estos trabajos estén marcados por la precariedad laboral y la violación de los derechos de estas mujeres”, agregó Alejandro Matos, Director de Cuso International en Colombia.
Las trabajadoras entre 40 y 59 años representaban el grupo más grande de este sector entre 2014 y 2017. Al mismo tiempo, cerca de 70% de las que tenían entre 25 a 59 años llevaba menos de un año cotizando a pensión, y 35% del grupo mayor de 60 años había cotizado entre uno y tres años. De acuerdo con Matos, estas cifras muestran un panorama desolador para la mayoría de estas mujeres durante su vejez.