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Comerciantes de Bogotá se rebelaron contra las cuarentenas

Microempresarios y dueños de establecimientos de 10 puntos de la capital atendieron el llamado a desobediencia civil y abrieron sus locales, desafiando el confinamiento decretado para contener la velocidad de propagación del coronavirus. Hubo bloqueos y cierre de estaciones de Transmilenio, pero al final las movilizaciones se levantaron gracias a acuerdos con el Distrito.

Redacción Bogotá
17 de abril de 2021 - 02:04 a. m.
Tras las reuniones para levantar los bloqueos, los comerciantes insisten en que más que ayudas necesitan que les permitan abrir sus negocios.
Tras las reuniones para levantar los bloqueos, los comerciantes insisten en que más que ayudas necesitan que les permitan abrir sus negocios.
Foto: GUSTAVO TORRIJOS

Una vez el Distrito anunció el nuevo aislamiento obligatorio para este fin de semana, varios gremios llevaron a cabo manifestaciones esporádicas que anticiparon lo que sería el primer día de cuarentena. Ayer, cuando empezó a aplicar la restricción, comerciantes de 10 zonas de Bogotá cumplieron el llamado a declararse en desobediencia civil y abrieron sus negocios como en un día típico, desafiando al confinamiento, la Policía y las alcaldías locales.

Pronto el desacato derivó en manifestaciones. No hubo disturbios, y por tanto no fue necesaria la intervención del Esmad, pero sí se registraron bloqueos y cierres de estaciones de Transmilenio, por lo que la mermada movilidad se convirtió en trancones en varios puntos de la ciudad. Y aunque las mesas de negociación entre comerciantes y alcaldías locales hicieron que las calles volvieran a la normalidad, la preocupación por la cuarentena está latente y algunos comerciantes podrían volver a desobedecerla este fin de semana.

Las razones del descontento son las cifras del comercio tras más de un año de periodos de confinamiento. Para los empresarios y vendedores formales es muy grave que siga aumentando el porcentaje de negocios cerrados definitivamente, como lo reveló la Cámara de Comercio de Bogotá en su más reciente encuesta sobre reactivación productiva.

En el informe, la entidad consultó a empresas de todos los sectores y concluyó que la proporción de empresas que no aguantaron el impacto de la pandemia pasó del 8 % en octubre de 2020 al 14 % en marzo de 2021. Según la encuesta, la mayoría de consultados también manifestó que los pedidos han disminuido. Por ejemplo, en octubre de 2020 el 70 % de empresarios se quejó por ese tema, pero la cifra pasó a un 62 % en marzo de 2021, cuando se registró el menor porcentaje desde que inició la pandemia.

De ahí que el movimiento Comerciantes Unidos de Colombia, que agrupa microempresas de grandes zonas de comercio como San Victorino, San Andresito y Restrepo, haya invitado a abrir sus negocios. La inquietud del gremio radica en que están intentando reactivarse, pero los continuos cierres no han permitido que avancen en ese propósito. “En enero tuvimos un cierre de más de 15 días y en abril decidimos cerrar jueves y viernes santo para evitar aglomeraciones”, dice Yansen Estupiñán, gerente del popular centro comercial Gran San.

Ahora, de acuerdo con Juan Esteban Orrego, director de Fenalco Bogotá, la preocupación es que esta fue una semana de solo tres días laborales, en la que además hubo pico y cédula y aforo limitado. “El sábado, que es el mejor día de la semana, se pierde. Y el viernes, que teníamos la esperanza de trabajar, también se perdió. Esto va a significar una caída para el comercio formal del 80 % de las ventas, lo que termina agravando la situación que hoy vive el comercio”.

Si bien los comerciantes no ignoran la situación de salud pública que afronta el país, afirman que los cierren están provocando serios problemas económicos. Asimismo, se quejan de que otros espacios y actividades no tienen restricciones, a pesar de que se han esforzado por mejorar los protocolos de prevención.

“No desconocemos la situación que se vive, pero llamamos a que reconsideren ciertas cosas. Muchas veces estamos abriendo espacios donde realmente hay aglomeraciones y no tienen en cuenta que el comercio formal esta manejando los protocolos de bioseguridad desde el principio y que situaciones como estas lo que terminan es logrando que se pierdan más empleos”, agregó Orrego.

En eso coincidió el gerente del Gran San, quien aseguró que hay preocupación tanto por las cifras de contagios y la capacidad hospitalaria como por el bolsillo de los comerciantes, pues dice que muchos ya no tienen flujo de caja para sus obligaciones y mucho menos para el sustento personal. Por eso considera que los cierres solo son sostenibles si hay ayudas con las que puedan solventar sus gastos. “Estamos de acuerdo con los cierres pero que implementen un plan de ayudas en subsidios que sean representativos para pagar arriendo y servicios públicos y poder aguantar este tercer pico de la pandemia”, añadió Estupiñán.

La Secretaría de Gobierno destacó por su parte que, a pesar de las movilizaciones, se lograron entablar diálogos con los líderes de los grupos que estaban bloqueando las vías. Contrario a lo que propuso Estupiñán, la mayoría de ellos no buscan tener subsidios sino que les dejen abrir sus locales, incluso por lapsos más cortos. Tras varias horas, el pacto al que llegaron fue que la próxima semana se instalarán varias mesas con el Distrito para llegar a nuevos acuerdos en los que se puedan priorizar la salud y la vida.

Luis Ernesto Gómez, secretario de Gobierno, reconoció que el comercio ha sido uno de los sectores más sacrificados por la pandemia y que han hecho un gran esfuerzo para su reactivación. Sin embargo, indicó que hay que seguir priorizando la prevención del contagio. “Sabemos que están agotados y que solo quieren volver a trabajar. Lo que pasa es que el ‘sálvese quien pueda’ al final no salva a nadie. Tenemos que pensar hoy más que nunca en el cuidado colectivo”.

Para el funcionario, las marchas no pueden ser la solución, porque aumentan el riesgo de contagio y, por lo tanto, puede significar “más tiempo de restricciones”. En la primera jornada de esta nueva cuarentena se realizaron 739 operativos de inspección en los que hubo 124 dueños de negocios que decidieron cerrar. También se impusieron 831 comparendos (644 por incumplimiento del aislamiento, 92 por no usar el tapabocas y los demás por venta y consumo de bebidas alcohólicas).

Redacción Bogotá

Por Redacción Bogotá

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ANDRES(mmyba)17 de abril de 2021 - 03:18 p. m.
MUY BIEN POR LOS COMERCIANTES DE BOGOTA. POR FIN. LAS MEDIDAS DE RESTRICCION DE LA ALCALDIA VULNERAN LOS DERECHOS FUNDAMENTALES CONSTITUCIONALES. EL COMPARENDO ES ILEGAL. LA CUARENTENA ES UN SECUESTRO SIMPLE. EL PROPOSITO DEL GOBIERNO ES EMPOBRECER A TODOS Y EL COVID LA FACHADA. LAS CIFRAS DE CONTAGIOS SON FALSAS PARA GENERAR MIEDO E INDUCIR EN ERROR AL CIUDADANO PARA QUE SE VACUNE Y SE INFECTE.
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