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Llegó el tren, ¿qué falta para que los bogotanos viajen en metro?

El primer tren del metro viajó casi 20.000 kilómetros desde China hasta la capital. Su llegada es un hito que pone más cerca una vieja deuda con la ciudad. Empieza la cuenta regresiva de 911 días para su viaje inaugural.

Alexánder Marín Correa

13 de septiembre de 2025 - 05:00 p. m.
El primer tren del metro de Bogotá lo armaron en el patio taller el 11 de septiembre de 2025.
Foto: Cortesía Empresa Metro
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Ni el bogotano más incrédulo, en especial el que ha sido testigo de cómo se malogran proyectos clave para la ciudad, puede ignorar un hecho histórico: con la llegada del primer tren del metro de Bogotá empieza, por fin, la cuenta regresiva para materializar una obra que llevan esperando los capitalinos hace más de 80 años. Por eso, luego de décadas de promesas incumplidas, se puede decir que a partir de hoy serán 911 días antes de tener todo listo para que el 14 de marzo de 2028 se realice el viaje inaugural de la primera línea, con un trazado de 24 km, 16 estaciones y un viaducto de 14 metros de altura, que conectará las UPZ con más residentes del occidente y el corredor oriental, donde están los centros de empleo.

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LEA: Fin de la travesía del primer tren del Metro: en ocho meses rodará en el viaducto

Este tren llegó en la madrugada del jueves al patio taller, en Bosa, luego de una travesía de 38 días y casi 20.000 kilómetros que se inició en la sede de la fábrica CRRC Corporation Limited, en Changchun (China); pasó por el puerto de Qingdao y a bordo del carguero Everglade cruzó el océano hasta las costas colombianas, donde emprendió un último recorrido de 1.145 kilómetros desde Cartagena, pasando por Barranquilla, Aracataca, Aguachica, Puerto Salgar, Guaduas, Villeta y Facatativá hasta entrar por la calle 13 a Bogotá.

Uno de los vagones del primer metro de Bogotá, que descargaron en el patio taller. /Alcaldía de Bogotá
Foto: EFE - Alcaldía de Bogotá

Su traslado fue un reto logístico, desde la elección del puerto hasta la ruta en Colombia, que se empezó a planear el año pasado (cuando llegaron los rieles) y se afinó tres semanas antes del embarque en China, precisando detalles con los transportadores y las autoridades. Este proceso dejó lecciones para una operación que se repetirá cada mes, hasta noviembre de 2026, con el traslado de los 29 trenes restantes para completar la flota de la primera línea.

Es cierto: es apenas el primero. Pero su llegada sienta un precedente para un proyecto que, desde el día que lo planteó el exalcalde Enrique Peñalosa (quien, a favor de la opción elevada, descartó el proyecto subterráneo de Gustavo Petro), ha enfrentado una fuerte oposición; ha sorteado retrasos y una serie de dificultades en varios frentes de obra. Ahora al fin adquirió ritmo de ejecución, que cerrará 2025 con un avance general de 70%, para pasar a una fase final que requiere cuidado en los detalles. ¿Qué sigue para la obra, antes del primer viaje oficial de pasajeros?

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Recta final para el metro de Bogotá

Se vienen 30 meses de intenso trabajo. A grandes rasgos, se podría resumir el proceso en dos grandes momentos: 24 meses para culminar la construcción, y seis para para poner a prueba el sistema. Pero el detalle muestra que se requiere coordinación y precisión en cada movida para que todo vaya sobre rieles. De entrada, mientras sigue la construcción del viaducto y las estaciones, la atención hoy estará en los trenes.

Más información: En imágenes: el primer tren del Metro ya está en las puertas de Bogotá

Aunque algunos se preguntarán si vale la pena traerlos con tanta antelación para dejarlos parqueados en el patio taller, la realidad es que sí es necesario, pues a medida que cada vehículo llegue se debe someter a un riguroso trabajo de verificación.

Lo primero: tras bajarlos de los camiones, los vagones se deben acoplar en la línea férrea de prueba, de 905 metros de longitud, que ya está construida en el patio taller, antes de trasladarlos a las zonas de cocheras. Una vez allí, empieza la misión de poner a punto todos los motores (salvo los vagones de las puntas, todos tienen motores en cada eje).

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El primer tren del metro de Bogotá lo armaron en el patio taller el 11 de septiembre de 2025.
Foto: Cortesía Empresa Metro

Luego sigue la revisión de los sistemas de comunicación, cada componente electrónico y la parte eléctrica del vehículo, fundamentales para la operación automática de cada tren. Además, se probará la recepción de la energía de Bogotá (diferente a la china con la que se probaron inicialmente). “Es un proceso planeado, para tenerlos a punto y certificados para la operación comercial”, explica Leonidas Narváez, gerente de la empresa Metro, quien anuncia que vendrán meses clave.

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La primera prueba de los trenes del metro

El 22 de mayo de 2026, con al menos 10 trenes en las cocheras y el sistema eléctrico del patio taller listo, el constructor debe tener a punto los primeros 5.760 metros del viaducto, incluido el ramal técnico o salida del patio taller, y las primeras cuatro estaciones con equipos instalados. Todo para pasar a un proceso fundamental: las primeras pruebas de movilidad. Ese día se espera que los bogotanos, en especial los vecinos de las estaciones ubicadas entre Gibraltar y Compensar de Kennedy, puedan ver las primeras maniobras de los vehículos por fuera de la zona de parqueo.

Es clave recordar que cada vehículo se somete a pruebas de ruta en China, en las que cada uno acumula 2.500 km de recorridos para evaluar su desempeño en diferentes condiciones climáticas y de carga; verificar los protocolos de arranque y parada, así como las puertas automáticas, entre otros puntos. Este mismo proceso se llevará a cabo en la capital hasta completar otros 2.500 kilómetros, antes de tener la certificación de que son aptos y seguros para el servicio público de pasajeros.

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Cumplir con este indicador obliga a que cada vehículo haga 219 viajes de ida y vuelta. El objetivo es garantizar que los trenes, con un grado de automatización cuatro (el máximo posible), puedan transportar hasta 1.800 personas de manera segura, puntual, limpia y eficiente, alcanzando velocidades de 80 km/h entre estaciones.

El primer tren del metro de Bogotá lo armaron en el patio taller el 11 de septiembre de 2025.
Foto: Cortesía Empresa Metro

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Avanza el resto del viaducto del metro

Mientras todo esto sucede, los otros frentes de obra seguirán su curso y con las ocho vigas lanzadoras en operación constante avanzarán los procesos de cimentación, así como la construcción e instalación de columnas y capiteles. “Debemos tener control detallado de la programación. Nos toca trabajar de manera decidida, con todo el conocimiento y participación de los grupos vinculados a la obra, para cumplir la programación”, agrega Narváez.

Los trenes automáticos se operarán desde dos centros de control: uno ubicado en el patio taller, que proyecta tener su estructura lista en marzo del próximo año, y otro en la estación 13, ubicada en la avenida Caracas con calle 24, que se espera terminada a mediados del próximo año. Los equipos para que estos puntos se conviertan en el cerebro del sistema actualmente los están fabricando en China y deben llegar completos a mediados de 2027, momento en el que los 24 kilómetros de viaducto y los detalles de todas las estaciones deben estar culminandos para instalar todos los sistemas antes de septiembre de ese año.

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Las 16 estaciones se irán terminando progresivamente hasta agosto de 2027. Las cuatro primeras deben alcanzar el próximo año un nivel de avance que permita la instalación de equipos. La estación uno, por ejemplo, ya muestra avances significativos en acabados y se espera que esté lista su cubierta antes de finalizar 2025. Más allá de la obra civil, puntualiza Narváez, estas estaciones serán espacios agradables, con comercios y facilidades de acceso.

Paralelamente a los grandes frentes de obra se irá avanzando en otras tareas no menos importantes, como el traslado de las redes de acueducto para permitir la construcción del puente entre la Avenida Primero de Mayo y la Avenida Carrera 68 (terminará a mediados de 2027). También la construcción de las estaciones comenzará en noviembre y se extenderá hasta febrero de 2027, lapso en el que se irán entregando paulatinamente las obras civiles, así como los edificios de acceso a estas.

De momento, se avanza en los permisos del Instituto Distrital de Patrimonio Cultural para comenzar la construcción de las estaciones 14 y 16. Otro avance paulatino que verán los bogotanos serán las estaciones de Transmilenio, que se integrarán al metro. La estación Hospital, por ejemplo, está previsto que estará lista en diciembre del próximo año; la de la Avenida Jiménez, en febrero de 2027; la de la Calle 45, en marzo de ese año, así como la de la Calle 76.

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Según el cronograma, toda la primera línea debe estar completa el 14 de septiembre de 2027, exactamente en dos años, momento en el que los trenes mostrarán su cara hasta la calle la calle 72, cuando comiencen una fase de pruebas definida como “prueba blanca” en la que los vehículos recorrerán el trazado entero para evaluar el desempeño de todo el sistema, etapa que tardará seis meses.

El 14 de marzo de 2028 la primera línea del metro abrirá sus puertas a todos los bogotanos. “El sistema les permitirá a los trenes automáticos operar. No es solo el viaducto y rieles. Hay una cantidad de trabajo, que podría parecer pequeño, pero es más sensible”, recalca el gerente.

“Me preocupa más lo que falta”: gerente del metro

El gerente del metro dice que la ejecución va bien, gracias a la organización, el conocimiento y la disciplina de todos los equipos comprometidos con la obra. “Estamos satisfechos. Hoy trabajan casi 14.000 personas en 300 frentes, casi las 24 horas, pero siempre pensando en la comunidad aledaña al proyecto. Este 2025 ha sido un año de buena ejecutoria, a un ritmo de 2 % mensual. Al 31 de agosto de 2025, el progreso era de 62,16 %, por lo que la expectativa es cerrar el año con 70 % de avance. Esto nos dejaría en una posición interesante de cara al 30 % restante, que es muy detallado, para terminar las obras”.

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Para evitar sorpresas, Narváez resalta que cuentan con equipos de personal muy especializado y con gran disciplina, para tener claro el paso a paso, anticiparse ante cualquier contingencia y solucionarla a tiempo. “No nos podemos quedar esperando el avance a fin de mes. Tenemos que saber qué se hizo hoy y qué se hará mañana, así como enfrentar las dificultades a tiempo”.

Algo necesario, porque el camino antes de transportar al primer pasajero no será sencillo. Por eso, a la par con los trabajos en campo, se intenta anticipar y mitigar los riesgos en todos los frentes. Uno de ellos, por ejemplo, la relación con la comunidad y el malestar que pueden generar los trabajos, que, dice Narváez, se ha moderado gracias a una comunicación abierta, franca y positiva.

También el riesgo con la tasa de cambio o eventuales dificultades con los créditos, aspectos que se vienen monitoreando. “Si no se obtienen los créditos, pues tenemos algunas afectaciones. Eso se está evaluado y controlado. Estamos trabajando con el señor Alcalde, con la banca multilateral, con el Ministerio de Hacienda, para que el flujo de los recursos se mantenga como lo necesita el proyecto”.

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En la parte técnica, explica, hay dos elementos que podrían generar alertas: las interfases y la integración de la obra civil (la línea férrea) con los trenes y los equipos que vienen de China. Hay riesgos adicionales que de no corregirse a tiempo podrían poner en duda la meta del 14 de marzo de 2028, como algunos estudios de detalles para los cuales el concesionario no ha logrado el visto bueno del interventor; ajustes en algunos planes de manejo de tránsito para puntos específicos de intervención, entre otros asuntos que ya son materia de análisis entre los responsables de la obra.

“Es un servicio de transporte integrado, en el que el usuario se debe sentir cómodo, seguro, que preste un servicio puntual, con estaciones limpias, bonitas. Todos los riesgos los venimos analizando e implementando acciones para evitarlos”. El gerente del Metro, visiblemente emocionado con la llegada del tren y con el avance hasta el momento, enfatiza que el logro de traer el primer vehículo es un hito importante, pero no el final. A la pregunta ¿se emociona con el paso que acaba de dar la ciudad?, Narváez responde: “Sí, emociona, pero lo que más me preocupa y motiva es lo que hace falta por hacer. Hay que terminar, esto no es el fin. Esto es simplemente que estamos cumpliendo uno de los hitos del contrato. El fin es cuando arranque a operar, cuando se monte el primer pasajero en operación comercial”, aseguró.

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Falta camino para llegar a ese momento, pero al menos, luego de casi 80 años de frustración y de espera, y de bogotanos que sufren la incomodidad del avance de las obras, se sabe que serán dos años y medio más de paciencia para finalmente consolidar el sueño de un metro en Bogotá.

Para conocer más noticias de la capital y Cundinamarca, visite la sección Bogotá de El Espectador.

Por Alexánder Marín Correa

Periodista con experiencia en periodismo judicial, investigación, local y de datos. Actualmente editor de la sección Bogotá, del diario El Espectador y asociado de Consejo de Redacción (CdR), organización que promueve el periodismo de investigación en Colombia. @alexmarin55Jamarin@elespectador.com
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